CAPITULO 20
Estoy sumamente confundido, pero supongo que tiene algo de sentido, ella es igual de inteligente que su madre. Tantos recuerdos vienen a mi mente en tan solo el segundo en el que la veo. Quisiera poder pasar la mayor cantidad de tiempo posible con ella, pero sé muy bien que eso no será posible, solo deseo que no esté de nuevo en esa horripilante vida, o peor aún, en los viejos calabozos del castillo. Después de todo el llanto mutuo, lo único que pude hacer fue llevarla a una habitación vacía del castillo, mientras que ella no se tope con Lia todo estará bien, o al menos eso quiero pensar.
Es una habitación como todas las demás, de color amarillo pastel, con una cama, varios muebles y un baño propio.
-Vendré a las diez de la mañana todos los días por si necesitas algo, quisiera poder estar más tiempo contigo, pero no se me será posible, tengo que poner todo en orden en cuanto al reino y arreglar los problemas con Lia.
-No te preocupes por mí, se sobrevivir sola -Sus palabras son un arma de doble filo que no teme usar contra mí.
-Por favor no se te vaya a ocurrir salir de este cuarto, yo mandaré a alguien para que esté al pendiente de lo que quieras, pero enserio no salgas de aquí, no quiero volver a perderte. Y tu y yo sabemos perfectamente que Lia hará lo que sea necesario con tal de no tenerte frente a ella.
-Bien -Solo una palabra. Solo una, pero hay algo en ella que me hace pensar que no me hará caso por mucho tiempo.
Ella cierra la puerta en mi cara, y yo me alejo lentamente para cerciorarme de que no intente escaparse por el momento. Ahora solo debo de reconfortar a Lia.
-Linda, por favor evita decirle algo de todo esto a la reina. –le pido con preocupación a la mujer.
-Usted no se preocupe señor.
-Muy bien, entonces repíteme todo lo que harás.
-Mandaré a María a darle su desayuno a la señorita Lizet a las 8 am. A las tres en punto yo iré personalmente a entregarle su comida y cerciorarme de que todo esté bien. Para finalizar el día Camila le llevara su comida a las 8 de la noche.
-Bien, y ¿por qué lo harán diferentes personas?
-Es para que la reina no sospeche porqué o en que estamos ocupadas.
-Excelente. Lo dejo todo en tus manos. Confío en ti. -le digo esperando que ninguna me traicione, ella es muy importante para mí y no me gustaría perderla de nuevo.
Creo que por la mañana hablaré con algunos guardias; mientras tanto debo de hablar con Mark, ya después veré como se encuentra mi esposa.
*
Y como era de esperarse, Egil sabía exactamente donde podía encontrarlo. El comandante se encontraba en la entrada del castillo esperando la llegada del rey.
- ¡¿Quieres explicarme qué demonios es lo que paso allí abajo?! -el ambiente es tenso y el clima frío, un buen toque para esta escena tan dramática
-No pienso hablar sobre lo sucedido -hace una pequeña pausa para pensar si enserio quiere decir lo siguiente. Y lo dice- y mucho menos contigo. -sus palabras lo sorprenden, pero trata de no hacer evidente su dolor.- quiero discutir el hecho de que todos en el pueblo sufren por nuestra culpa.
-Espero que al decir nuestra culpa te refieras a ti y a la reina Lia
-Las personas son más pobres de lo que me imaginaba, y ni hablar de los problemas con ya sabes qué. Tenemos… No. Tienes que mandar agua suficiente a todos los habitantes para al menos una semana. Después ya veré como lo solucionare para que, a nadie, (incluyéndonos) le haga falta. ¿Entendido? -una pausa demasiado larga entre los dos se originó.
-Bien…-iba a seguir hablando, pero algo le hizo callarse.
Sin más que decir, el rey se fue directo a su habitación. Al llegar a la puerta, la abrió con lentitud.
- ¿Lia?
Al abrir lo suficiente la puerta, logró percibir la presencia de Lia a la orilla de la cama, sentada, inmóvil, esperándolo.
-Demoraste menos de lo que imaginaba. -hizo una pequeña pausa para ver si él tenía algo que decir, pero al percatarse de que no sería así, siguió- ¿Piensas decirme algo o te quedarás callado?
Dio un paso hacia dentro de la habitación, cerró la puerta y se sentó a su lado. Todo en sumo silencio.
-Te juro que yo no sabía que esto sucedería. Nada me pondría más feliz que ver a Lucia con nosotros -mintió
- ¿Estás seguro? -dijo exasperada- ¡¿ni si quiera el tener a tus dos hijos bastardos contigo he irte con tu amante?!
-Querida, no hay necesidad de gritarlo, ¿no quisieras que todos se enterasen de esto o sí?-Ella abre los ojos con sorpresa y se indigna con sus palabras.
- ¿Enserio me piensas chantajear para quedarme callada? ¿Qué acaso no notas que todos en el maldito castillo saben que te ves a escondidas con Mark? Tienes un serio problema Egil, deberías de darte cuenta. No está bien. Tienes que decidir. Yo ya no podré aguantar el hecho de que te veas con alguien más. Es el, o soy yo.
-Tenemos que repartir agua a los del pueblo…