Fine Glass Of Wine

FRIENDSHIP

  • Una semana y no sé qué piensa – dijo Kayla mientras levantaba su mochila para salir del aula.
  • Estoy preocupada – le respondió Dalia.

Ya habían empezado sus clases hace una semana y nada que aparecía Elani. La llamaban y su celular estaba apagado, fueron a su casa y su mamá les dijo que se fue. No había rastro.

  • No se me ocurre nada y ya me cansé de hablarle por chat – dijo Kayla.

Ambas estaban caminando hacia la puerta de salida hasta vieron parada en un rincón a la persona que tanto buscaban – creí que estabas muerta luego de no dar señales – le dio un empujón Dalia.

  • Hola – le respondió Elani, sobándose el brazo por el dolor.
  • Hablando enserio, ¿que fue? Ya no vienes y es nuestro semestre – le dijo Kayla dándole un chocolate que llevaba en el bolsillo.

Elani sonrió un poco y las observo sin decir nada. Estaba con una delgada casaquilla, sin arreglarse como antes lo hacía y sin una mochila o bolso en el hombro. Se veía triste y preocupada – les parece si mejor vamos al parque – les señalo el camino fuera de la universidad.

Dalia observo a Kayla, y esta se encogió de hombros antes de asentir y caminar junto con ellas – te ves rara, ¿estas… enferma? – le pregunto.

  • No y si – dijo Elani. Luego se quedaron en silencio hasta llegar al parque.

Dalia observo una heladería y fue a comprar antes de que hablaran para estar más relajadas.

  • Ahora si dinos que te pasa. Es por dinero, necesitas una casa, trabajo… - empezó a enumerara Kayla con sus dedos – podemos ayudarte con la universidad…
  • No volveré a la universidad – les dijo. No las volteo a ver, pues sabía que ambas tenían la boca abierta, listas para darle un sermón sobre responsabilidad – estoy embarazada…

Kayla soltó el helado en su mano y se levantó de su sitio mientras de frotaba la frente – ¿es enserio?

Dalia se quedó callada y espero una respuesta – si… - y solo escucho un murmuro de aceptación.

Eliana bajo la mirada y soltó un suspiro – ahora tengo que hacer cosas más responsables y pensar en el futuro. Ya no puedo seguir perdiendo el tiempo…

  • ¿Crees que nosotras perdemos el tiempo en estudiar? – le dijo Kayla.
  • Bueno, no como tal, pero yo ya no puedo esperar a terminar y después quien sabe si lograre trabajar…
  • Tus padres tienen un negocio y por eso te apoyaron… – le dijo Dalia.
  • Al igual que yo, ustedes también tendrán su familia y se alejarán de su pasado. Yo lo estoy haciendo antes porque necesitaba una compañía, me sentía sola y…
  • Y vaya que compañía. Como nosotras somos fantasmas, obvio estabas sola – le dijo Kayla con sarcasmo – y el bajo… discúlpame, ¿tu compañero te está ayudando o ya se escapó?

Eliana levanto la cabeza y se puso de pie – él está junto conmigo porque ambos somos responsables. Ahora queremos salir adelante con nuestro hijo y…

  • Fui a tu casa – le dijo Dalia – no estás ahí. ¿Dónde estás?
  • Estoy viviendo con él. Sus padres tienen una tienda en la cual estamos pensando invertir para que crezca y…
  • Él tiene un hermano si no me equivoco – le corto Kayla.
  • Si, pero sus padres nos darán la tienda y…
  • De donde sacaras el dinero. Porque dudo que a él le paguen sus padres por ayudarlo – volvió a preguntar Kayla.
  • Vendí algunas cosas que ya no iba a necesitar y con eso estamos ampliando la tienda…

Dalia levanto la mano para que se callara – nos estas diciendo que te fuiste de tu casa detrás de él para ser responsable y criar a tu hijo, vendiendo lo que tus padres te dieron para ampliar una tienda que ni siquiera es tuya.

  • Será nuestra. Además, mis padres no quisieron ayudarnos. No tenía otra opción. Ustedes conocen a gente importante y sus padres son más buenos, pero yo…
  • Yo trabajo para mis gastos. Mis padres no me andan regalando cosas así por así, pero tus tenías eso y más. Que necedad de buscar lo que no se te pierde – le dijo Kayla.
  • Tu no entiendes porque no estas en mis zapatos. Yo estoy enamorada, algo que a ustedes no les interesa.
  • Pues bien, no me importa. Has como quieras – le dijo Kayla y se fue sin mirar atrás.

Dalia soltó un suspiro y asintió – bien, suerte con tu nueva vida.

  • Dalia no te molestes, tu no por favor. Estoy estresada por el trabajo y esta nueva noticia, entiéndeme.
  • no puedo entenderte, pero respeto lo que decidiste. No voy a criticar y solo esperemos que te vaya bien. Sabes donde vivo para celebrar cuando todo este mejor y más calmado – le dio un abrazo y se fue.

***

  • no quiero saber nada – le dijo Kayla al día siguiente en el aula cuando vio que Dalia estaba dudando en hablar con ella. Y ya suponía sobre qué.

Ambas estaban sentadas y mirando hacia el frente, en silencio hasta que Dalia se animó a hablar de todos modos - ¿poque estas tan molesta? A mí me preocupa más que molestarme.

Kayla dejo a un lado el lapicero en sus dedos y suspiro – más que preocuparme por ella, me preocupan sus padres y su hijo. Ellos le dieron todo para que no sufra, y ese niño no tiene la culpa de lo que esta ella está haciendo.

  • Lo sé, por eso nosotras podemos ayudarla si es que llega a tener algún problema y…
  • Ese es el punto – le corto Kayla – no siempre podrás ayudarla. Lo harás mientras puedas y con lo que puedas, pero si ella no pone de su parte nunca podrás ayudarla de verdad.
  • Pero aún no sabemos que pasara más adelante. Quizá esto funcione – dijo Dalia, con una sonrisa optimista.

Kayla la observo y suspiro – ojalá, es lo que más quiero.

Ambas volvieron a quedar en silencio por otro rato, hasta que Dalia recordó algo que dejo postergado – hoy quiero ir a comprar una compu nueva.

  • Pero si trabajas hasta las 8. Ya no encontraras nada – se rio Kayla.
  • Por eso te quería pedir un favor – le entrego una cámara – quiero que vayas a ver los modelos y precios. Les sacas foto y luego me los muestras para que yo pueda decidir.




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