Violette se levantó temprano aquel día, salió de su departamento y cerró con llave la puerta, se dirigió al ascensor y antes de que la puerta cerrará alguien más entró.
Un hombre de cabellera pelinegra, maquillado, sí uno se fijaba en los pequeños detalles con brillo alrededor de los ojos y lápiz labial junto con una vestimenta excéntrica diría que le gusta llamar la atención o que prácticamente se consideraba externo a los demás.
Violette miro a aquel hombre y él hizo lo mismo, ella dió una media sonrisa y regreso su vista al frente esperando que llegara a la planta baja del edificio en cualquier momento.
Las puertas del ascensor se abrieron indicando que ambos habían llegado a su destino, aquel hombre como todo un caballero dejándola pasar primero.
Ella sonrió levemente saliendo del elevador, se dirigió a la entrada del edificio y tomo rumbo directo a ESMOD, justo antes de ingresar al edificio Raziel Nossard se encontraba fuera recargado en la pared.
Violette paró en seco sin saber que hacer, volteo a ambos lados tratando de encontrar a su amiga entre las personas y sin éxito se rindió al tratar de buscarla, suspiro y decidió entrar al edificio sin más que hacer.
Nossard la veía a lo lejos, la sigo hasta estar a su lado y con calma le hablo.
—¿Buscabas a alguién?
Ella se sobresalto un poco —¡¿Cómo se te ocurre hacer eso?!
Algunas personas que se encontraban cerca de ellos la miraron por su exclamación, Violette solo se avergonzó por lo que hizo y bajo la mirada un poco.
Raziel sonrió —Lo siento.
—Me asustaste.
—No volverá a suceder —los ojos azul de Raziel se fijaron en aquello que se encontraba alrededor del cuello de Violette—. Linda mascada, combina con tus ojos.
Las tonalidades rojas subieron por las mejillas de Violette —Gracias.
Violette ya no sabía que más hacer, o incluso como continuar con la conversación, socializar no era lo suyo, y menos aún cuando se trataba de un hombre mientras decidió sacar una carpeta donde tenía dividido por pestañas las clases que le tocaban ese día.
—Debería ir a clase —dijo ella tímidamente mientras abría la carpeta en la pestaña de su primera asignatura.
Raziel miro el cuaderno en su mano izquierda notando el horario donde las materias asignadas le tocaban aquel día.
—Al parecer tenemos la misma asignatura —Nossard mencionó cuando notó el nombre de la siguiente asignatura que tendría anotado en una hoja blanca adornada de una forma llamativa en la carpeta de ella.
Violette regreso su mirada a la carpeta la cual llevaba en mano sintiendo la vergüenza en su interior mientras una leve tonalidad roja subía por su rostro; había olvidado por completo que aquel galante de Raziel Nossard estaba en el mismo año que ella y lo más probable es que en algún momento concordararían en más de una materia.
—Claro —Violette cerró su carpeta mientras la tomaba con su brazo derecho.
Él le sonrió mientras ella le sonreía a medias para dar media vuelta y comenzar a subir las escaleras para dirigirse a su respectivo salón.
Al llegar al salón ambos notaron que está misma se encontraba cerrada, Violette dió un suspiro mientras se recargaba en la pared.
—Genial —murmuró ella mientras pasaba su mano izquierda por su cabello.
Raziel sonrió ladinamente mientras tocaba la puerta —No te preocupes.
—¡Adelante!
Raziel abrió la puerta al recibir la aceptación de que podían entrar dejando que Violette ingresará primero y él detrás de ella, un hombre de cabellera pelinegra, maquillado con pequeños detalles con brillo alrededor de los ojos y lápiz labial junto con una vestimenta excéntrica se encontraba parado a lado del pizarrón blanco mirando a los recién llegados con una carismática sonrisa.
Aquel hombre no pasó desapercibido por Violette, era el mismo hombre que había visto en el ascensor de su edificio.
—Bonjour professeur —ella sonrió—. Lamentamos la tardanza.
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Editado: 23.12.2023