Flashback

CAPÍTULO 23

— Sí — respondí — sí quiero.

Luego de pronunciar mi respuesta sentí como un impulsó externo me alejaba del cuerpo de Marcus. Al principio no entendía lo que sucedía, estaba lo suficientemente avergonzada, y mi corazón latía tan apresurado que me abrumaba hasta convertir mi mente en una nebulosa sin sentido. Pasados varios segundos, la realidad volvió a mí, y comprendí lo que estaba pasando.

Nicholas se había interpuesto entre nosotros, me había tomado de un brazo y alejado de Marcus. Los miré alterada, esto podía acabar en una pelea.

 ­— ¿Qué estás haciendo, maldito? — Nicholas tenía a Marcus del cuello de la camisa y lo amenazaba como si fuera a matarlo— Si te vuelvo a ver de nuevo tan cerca de Diana, juro que te…

Me colgué del brazo de Nicholas cuando entendí que se preparaba para romperle el rostro de un puñetazo.

Mi corazón se aceleró, y mi cuerpo tembló a causa de la tensión generada en medio de la pista.  

— Déjame Diana, voy a romperle la cara…

Marcus se desligó de los dedos de Nicholas que se ceñían a su camisa con un manotazo. Lo miró con desafío pero al mismo tiempo con una sonrisa triunfante en su rostro. Conocía bien a Marcus para saber cuál era la causa de su sonrisa, le enojaba la interrupción por parte del castaño, pero esa no era razón suficiente para borrar esa estúpida sonrisa de su boca, sonrisa generada por lo que había surgido entre nosotros, que seguramente lo sentiría tan irreal como yo.

— No, no puedo dejar que le pegues — dije con las mejillas rojas. Toda esta situación, a pesar de ser actuada por mi parte, no dejaba de avergonzarme.

— ¿Qué dices? — me miró como si de repente mi cerebro hubiera perdido toda cordura — ¿Por qué no debería matarlo? — su tono de voz sonó amenazante, y miró a Marcus con los ojos entrecerrados, destilando peligro. 

— Porque nosotros… — ¡Mierda!, no podía decirlo, me latía el corazón a mil, me temblaba el cuerpo. Sentía miedo, mucho miedo. ¡Vamos, Diana!, ¡Tú puedes!, si no lo dices el plan se echará a perder.  

No necesité de tomar el valor que me faltaba, ya que Marcus me ayudó. Me rodeó la cintura con un brazo y me pegó a su cuerpo. Mi corazón latía como loco, pero no podía saber por qué, si era a causa del plan que era aterrador, podía ser descubierta y perderlo todo, o si era por sentir como Marcus me apresaba con fuerza contra él, llegándome su perfume delicioso y empañándome del calor que desprendía su cuerpo. No podía ser la última opción, ¿No?, Seguro que era porque estar actuando de esta manera conlleva mucha presión, sí, seguro que era eso.      

— Porque nosotros ahora estamos juntos — completó mi frase Marcus, enmarcando una enorme sonrisa después de depositar un besito en mi cabello.

¡Oh, mierda!

Nunca creí que vería semejante expresión en el rostro de Nicholas.

— ¡Deja de decir estupideces! Y ¡Suéltala!

En ese momento llegaron Lea y Jeremy. Se veían preocupados por la escena que estábamos armando.

— ¿Qué sucede? — Lea se acercó a Nicholas a punto de llorar, pero él la ignoró, por eso Lea buscó mi mirada, y cuando me miró tan cerca del enemigo me envió una expresión confundida e interrogante.

Yo en respuesta le giñé el ojo, ella entreabrió la boca, como si apenas comprendiera lo que quise decirle con ese gesto.       

— No son estupideces… es la verdad — exclamé con las fuerzas que creí que ya no existían en mí. Estaba muy nerviosa, sentía que en cualquier momento podría desmayarme del estrés.   

Entonces el rostro de Nicholas se transformó, y me di cuenta que esa expresión era la que estaba buscando. Era como si me hubiera escuchado decir que las hadas existían, o cualquier otra cosa fuera de lugar, totalmente inverosímil. Nicholas nunca se esperó que semejantes palabras fueran pronunciadas de mi boca. Eso era algo que ni él, ni yo, nunca nos planteamos, ¿Marcus y yo novios? una completa locura. Pero así era, había aceptado salir con él, pero lo que ninguno de ellos sabía era que el motor de este noviazgo no era ningún sentimiento romántico, no, todo lo contrario, era una forma de buscar los celos de Nicholas, de pedir su atención, que sólo me vea a mí, a nadie más, que esté tan celoso que no pueda pensar en nadie más, a tal grado, que en su cabeza sólo haya lugar para mí, y de su corazón desaparezca el sentimiento latente por Lea, y lugar que dejará vacío para ser llenado por mí.    

Todo marchaba bien.

Nicholas no escuchó la pregunta de Lea, sólo podía verme a mí y a Marcus como rodeaba mi cintura de manera posesiva. Lo vi rechinar los dientes en un signo de rabia.   

El castaño saltó sobre Marcus y ambos cayeron al suelo.



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En el texto hay: amorodio, drama, frienzone

Editado: 19.01.2020

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