Estábamos los dos sentados en la alfombra, utilizando de respaldo la cama.
Marcus dejó de hablar, había terminado de relatarme su recuerdo, y sólo me miraba, esperando a mi reacción. Creo que hubiera sido mejor no insistir en el tema. El tema de su exnovia no era en nada parecido a lo que yo me había imaginado. Pensé que me contaría una linda historia de amor, pero en cambio, era un recuerdo triste, lleno de decepción y dolor, y yo era la causante de todo eso. Y esto no terminaba aquí, porque todavía me quedaba mucho daño más por hacerle, había pensado en este plan con la intención de destruirlo, de vengarme de todas las bromas que me hizo en la infancia, pero… ¿Acaso ya no lo he hecho sufrir demasiado?... ¡No!, ¿O sí?... ¡Aaay!, no sé qué pensar, y me avergüenzo de dudar. ¡Momento!, creo que ya sé de qué se trata esto, Marcus intenta ganarme poniéndose como víctima, quiere que yo me sienta culpable y sienta lástima por él, y que de esa manera me vea incapaz de rechazarlo. ¡Ajá!, suerte que me di cuenta a tiempo, voy un paso delante de él, cuando piense que por fin me ha ganado, revelaré mi juego, y su corazón será destruido.
Miré a Marcus fijamente. No te olvides de actuar.
— No sé qué decir — puse mi mejor cara pesarosa.
— No tienes que decir nada — me aclaró, se giró hacia el frente, a mirar la pantalla de la computadora, pero sabía que en verdad no estaba prestándole verdadera atención a la película que rodaba — No es tu culpa, es mía, por no saber cómo dejar de amarte.
— ¿Cuánto tiempo piensas intentarlo?, es decir, dijiste que veías una posibilidad, ¿Cuánto piensas esperar a qué se dé?
— La verdad, no lo sé… ahora mismo creo que podría persistir por siempre, pero no sé si este corazón que llevo es tan fuerte como mi voluntad.
¿Por qué me dolía el corazón?, sentía una opresión molesta en el pecho, conocía la forma de deshacerme de esta molestia, pero mi orgullo es más fuerte, me niego a dar marcha atrás en el plan, después de todo lo que he avanzado.
Los créditos sonaron en la pantalla, acompañados de un instrumental bastante intrigante para el ambiente que se había forjado en la habitación. La incomodidad era palpable, tan sólida que si quería podía agarrarla con la mano y guardármela en un bolsillo.
— No sientas culpa, ni lástima — dijo Marcus volviendo a girar para mirarme de cerca — Si decides quedarte conmigo, quiero que sea porque te enamoraste de mí, de verdad, no porque sientes alguna responsabilidad por romperme el corazón.
Miré a Marcus sorprendida, es como si me hubiera leído la mente. ¡Ahora sí que no sabía que pensar!
— ¿Y si te enteras que en verdad estoy contigo por eso? — le pregunté, quería saber su respuesta, más que ninguna otra.
— Si eso pasara, terminaría nuestra relación de inmediato.
— ¿Pero no sería mejor tenerme de esa manera a no tenerme? — no lo comprendía, si de mí dependiera, y tenía una oportunidad de estar con Nicholas, aunque fuera por la razón más penosa, lo aceptaría, es lo que siempre desee, y no me importaría la forma en la que se diera, lo quiero.
— No, no lo es, porque sería una relación artificial. Sería la culpa lo que te ataría a mí, y yo quiero tu amor. No me sirve tenerte, si tu corazón no está conmigo.
Lo miré, comprendiendo sus palabras, pero sin estar de acuerdo con ellas. Pensé en Nicholas, lo quería a toda costa, sin importar las consecuencias ni las circunstancias.
Miré a Marcus, pero no pude decirle nada.
— Lo siento, por mi culpa arruiné la cita. No debí contarte sobre aquello…
— No — lo detuve — No fue tu culpa, fue mía por insistir a pesar de que tú no querías hablar. Ahora sé por qué querías mantenerlo en silencio.
Marcus sonrió de manera forzada.
— Pero, olvídalo, podemos ver otra película — propuse, estaba comenzando a sentirme culpable, esa mirada de dolor en su rostro me era insoportable, talvez si mirábamos otra película mejoraría el humor y yo ya no me sentiría así.
— No, creo que lo mejor será que vuelva a mi habitación.
Lo miré para debatirlo, pero pude ver en su mirada que quería estar solo. Decía amarme, pero se alejaba de mí. No lo entendía, y eso me ponía furiosa. Si fuera yo, aprovecharía cualquier oportunidad que se me presentara para estar con la persona que amo, no desaprovecharía ni un segundo del día, pero Marcus… quería irse. Estamos los dos solos en la habitación, es posible que no vuelva a tener una oportunidad como esta de estar a mi lado, y él decide irse.
— Bien — dije, intenté ocultar mi fastidio, pero igual fue notorio.