Flawless

DRUGS

Por increíble que pareciera, a penas me hube asegurado de que el duque estaba siendo debidamente atendido, como que el motor que mantenía en funcionamiento mi cuerpo hizo corto circuito y caí tendida en cama.

Luego de dos días con sus respectivas noches, justo al medio día del tercero, me dio hambre y decidí levantarme. O sea, me levantaba a hacer necesidades inaplazables, pero aparte del sueño, no tenía ganas de hacer nada.

-Oh, señorita Leah. Al fin despierta- dijo amablemente Abril acercándose a mi cama con gesto preocupado.

Estaba boca abajo, completamente desnuda y cubierta únicamente con una manta que a duras penas tapaba mi trasero.

>> ¿Cómo se siente? - preguntó acomodando un mechón de mi cabello tras la oreja dejando despejado mi rostro.

-Como la mierda- murmuré. Cosa que solo provocó su risa.

- ¡Ay señorita! Le va a parecer raro, pero extrañaba sus comentarios poco refinados. Incluso Catrina la echa de menos.

-Bueno, no lloren por mí. La rebelde con causa ha resucitado. Ahora… ¿por qué no me haces un favor y me pisas las alas? No creo poder moverme de lo contrario.

Pero Abril se quedó estática con la mirada perdida e insegura de cómo proseguir.

-No entiendo a lo que se refiere- concluyó finalmente.

-Me refiero a que te quites los zapatos, te subas a mi espalda y pises mis alas- expliqué con calma.

- ¿Se encuentra bien? - preguntó tras unos segundos de silencio- ¿debería llamar a un médico? - intentó de nuevo tocando mi frente.

- ¿Médico para quién? – preguntó Loren entrando de repente- ¿Le pasa algo a mi hermana? ¿te pasa algo? - preguntó a Abril y a mí respectivamente.

-Solo pido que pisen mis alas ¿puede alguien…

- ¡YUPI! ¡SÍ! – exclamó Loren si dejarme terminar. Inmediatamente se deshizo de sus zapatos y tras tomar entre sus brazos el montón de tela de la falda de su vestido se dispuso a subir a la cama con delicadeza; cosa que no hizo en mi espalda, puesto que nada más tuve su peso encima, mis huesos traquearon.

- ¡Oh por Dios! - exclamó Abril llevándose las manos a la boca para acallar sus exclamaciones.

- ¡Genial! Extrañaba hacer esto- declaró mi hermana subiendo hasta la altura de mis hombros y dejando a su paso varias costillas acomodadas.

-Oh mierda. Sí. A eso me refería- comenté una vez Loren se bajó.

-Ustedes están locas- susurró Abril con los ojos abiertos de par en par, retrocediendo hasta la puerta.

- ¿Podrías prepararme un baño? Apesto- me quejé.

Supongo que le hice un favor a la muchacha, pues salió disparada de la habitación. Loren por otro lado no aguantó la carcajada al ver a la pobre chica espantada.

-Pobre chica. Ser tu doncella debe ser toda una osadía- murmuró recostándose a mi lado.

-Ni lo menciones- resoplé al tiempo que me giraba boca arriba y cubría mi busto con la sábana- ¿Cómo está? – pregunté tras unos minutos de silencio. Obviamente me refería al duque.

-Mejorando. Creo que compartiste su tiempo de gravedad, estos dos días ha ardido en fiebre, pero es fuerte, sigue luchando. La pobre Catrina no se separa de él y cuando el pobre tiene consciencia no hace otra cosa que preguntar por ti.

- ¿Qué tal fuese una parca? – sonreí- no desearía ni pronunciar mi nombre.

Loren me obsequió entonces un codazo en las costillas a lo que solo pude quejarme y sobarme.

-Lo que haces con las manos, lo desbaratas con los pies- refunfuñó ella.

-Como sea- dije poniéndome de pie. En ese instante Abril entró cargando una vasija con agua al igual que un par de muchachos que ayudaban con el oficio, entre ellos incluido Jose.

-Me alegra verla despierta- comentó este último tras dejar la vasija en su sitio.

-De no ser por el hambre, seguiría en coma- sinceré. El muchacho sonrió mientras negaba con la cabeza.

-Veré que a su salida del baño le traigan los mejores platos… de hecho- dijo tras pensarlo un momento- yo mismo me pondré a prepararle un rico postre- informó.

-Muy bien chicas ¿Me querían casada? Ya pueden darle el visto bueno a mi prometido- comenté tomando del brazo al chico el cual enrojeció al notarme finalmente con nada más que la sábana como atuendo.

- ¡LEAH! -gritaron Abril y mi hermana al tiempo.

- ¡Bah! Aguafiestas- despotriqué entrando en el baño.

Una vez bañada, cambiada y arreglada, me dispuse a salir de la habitación e ir por comida.

- ¡LEANDRO! – gritó de repente una voz masculina a mi espalda la cual hizo que me detuviera en mitad del descenso que hacía por las escaleras.

>>Al fin doy contigo. Insistí en que me dejaran entrar a tu recámara, pero me fue imposible. Hubiese estado más tranquilo si confirmaba con mis propios ojos que el salvador de mi primo se encontraba bien.

-Pues aquí me tiene- respondí con tono neutro.

Si les digo la verdad, tenía hambre. Y con hambre soy un poco tosca y malgeniada. ¿Has visto por ahí la propaganda de Snickers? Bueno, pues yo soy algo así, solo que mucho peor que un macho o un animal con poca inteligencia.



#30240 en Otros
#2034 en Novela histórica
#45904 en Novela romántica

En el texto hay: hermanas, amor, peleas poderes oscuros

Editado: 26.07.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.