Ambrielle y Melody estaban calladas, cada una estaba inmersa en sus propios pensamientos. Con un ritmo lento pero seguro, cabalgaban junto a la otra.
El día soleado se alejaba de la misma manera que ellas del Reino Luna. El Reino había quedado atrás y el Bosque del Dolor estaba presente en el horizonte.
Melody giró su cabeza mirando a Ambrielle, la capucha celeste sobre su rubio cabello, definitivamente no dejaba nada al anonimato. No quería dudar de ella; había sido su amiga y compañera desde que eran pequeñas. Pero algo le inquietaba, la razón por la que Callista hubiera mentido.
Decidida aunque temerosa de la reacción de Ambrielle; no quería que se sienta atacada o se ponga a la defensiva, a pesar de esto Melody decidió hablarle de sus inquietudes.
— Ambrielle, ¿Hay algo que no me dijiste sobre el viaje?¿Estás ocultando información? —la radiante princesa la analizó, Melody estaba desconfiando de ella.
“”Eso no era bueno, Melody no debía dudar ni un momento de su amistad”” Eso fue lo pensó Ambrielle. Con su carisma innato le dio una pequeña sonrisa y le dijo:
— Ay, Melody —ella negó con su cabeza—. ¿Por qué preguntas eso? No te he ocultado nada sobre el viaje, lo único que trato de ocultar es mi dolor.
Sus últimas palabras hizo que Melody olvidará su desconfianza y se preocupó genuinamente por cómo se estaba sintiendo.
— Dime, te escucharé… —dijo Melody notando el dolor de Ambrielle.
— Estoy desde pequeña enamorada de Kenaz, aunque él siempre me vio como su hermana menor, yo no pude hacer lo mismo. Mel, de pensar que podría estar desaparecer —su voz se quebraba, Melody notaba su dolor y eso hacía que no pudiera mirarla a los ojos—, sin Kenaz ¿Cómo seguiré con mi vida?
— Haremos lo posible para que eso no suceda —dijo finalmente manteniendo su mirada en su amiga—. Sé que sientes miedo, pero demos nuestro mejor esfuerzo para salvar a Kenaz, es lo único que podemos hacer.
— No sé cómo encuentras la forma de hacerme feliz en momentos como este. Gracias —contestó Ambrielle agradecida.
La sonrisa en el rostro de Ambrielle reflejaba un claro agradecimiento pero, también mostraba la culpa de arrastrar a Melody a un viaje sin retorno, el peso de sus decisiones harían que en cualquier momento decidiría; quién debe quedarse y él que se irá para siempre.
— Por cierto. ¿A dónde vamos? —preguntó Melody curiosa.
— La pista de Callista fue: “Si la flor de cristal quieres encontrar, al bosque oscuro deberás entrar” —la mirada de espanto, hizo reír a Ambrielle.
— ¡¿Me estás diciendo que iremos al Bosque del dolor?! —exclamó. Ambrielle le devolvió una sonrisa tensa y forza, esperando que Melody no cambiará de opinión.
El Bosque del Dolor es denominado así por causar sufrimiento de forma física o psicológica, a cualquiera que esté allí. De sólo pensarlo, Melody sentía los pelos de punta, pero debía estar endeble frente a su amiga.
Aunque decidió indagar sobre cómo obtuvo esa información.
— Ambrielle, ¿No crees que la bruja puede mentirte? —dijo preocupada, Ambrielle sólo se tentó de la risa.
— Callista es la bruja real del Reino Luna. Es un hecho que en mi reino, ningún brujo real puede mentir. —la sonrisa pícara de Ambrielle, dejaba ver que se trataba de otro hechizo más.
— ¿Por qué harían algo como eso? —preguntó un poco indignada.
— En tu reino la magia no es practicada. En el Reino Luna valoramos la magia tanto como la verdad, ¿Cómo podríamos tener brujos mentirosos? Eso causaría muchos problemas. —explicó Ambrielle.
Las palabras de Ambrielle pasaban a ser una perturbación latente para Melody. Ella pensó “”Sí Callista no puede mentir, entonces lo que estaba en la carta es verdad, o quizás sólo la “verdad” que ella cree .""
— En el Reino Sol no tienen preocupaciones, viven una vida tranquila, sin lidiar con magia. La sagrada luz del sol los bendice. —afirmó Ambrielle con una sonrisa.
— El Reino Estrella es similar, sus principales problemas se basan en escapar del aburrimiento a otro reino —dijo Melody, Kenaz y sus locuras se le vino a la mente.
— Sí, el aburrimiento condenó a Kenaz. —susurró la rubia, mientras se encogía de hombros. De sólo pensarlo, se sentía angustiada de nuevo.
— Me da curiosidad como una maldición tan fuerte afectó a Kenaz.
— No es muy complicado. Es incluso más fácil de lo que imaginas. —Ambrielle tomó una gran bocanada de aire—. Lo siento, no quiero hablar de esto.
Entendiendo que había llevado su curiosidad demasiado lejos, Melody se disculpó apenada:
— Ambrielle, perdóname. No quería ser insensible.
— Tranquila. —le respondió con una sonrisa fingida.
“”No puedo hablarle a Melody sobre ese hechizo maldito, de lo contrario será una desventaja para mí.”” Ambrielle tenía razón; la memoria de su amiga era realmente buena, especialmente cuando algo captaba su atención.
Frente a ellas, el Bosque del Dolor estaba allí, tenebroso y misterioso. Un aire completamente gélido envolvía el lugar, anunciando que era el comienzó de la búsqueda.
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Editado: 10.05.2024