Durante todo el día Ethan no dejó de pensar en su cita con Daphne. Cita, ¿debería llamarlo cita? Realmente no le agradaba pensar que esa salida con ella como una cita. La última vez que había ido a la feria había sido hace dos años, con Ellie, unas semanas antes de que muriera. Con sólo pensar en ello tenía menos ganas de ir con Daphne.
—¿Será demasiado tarde para cancelarle? —se preguntó.
Ya estaba en su departamento, se encontraba sentado en su sofá. Miró la hora en su teléfono, ya eran las siete. Tenía que ir por Daphne ya. Sé quedó un momento más ahí mirando hacia la puerta, sin la voluntad suficiente para levantarse, comenzó a considerar muy seriamente no ir, tal vez sería muy grosero y desconsiderado de su parte, pero sentía que no debió aceptar esa propuesta.
—No debí haber aceptado —dijo para sí mismo. Permaneció un momento más ahí reprendiéndose antes de ponerse de pie y salir de su departamento.
Fue hacia la casa de Daphne, tocó el timbre y esperó, mientras lo hacía se sentía, inquieto, ansioso y nervioso, sólo podía pensar en que desearía no haber aceptado. No pasó mucho para que la chica le abriera, al verla, como solía pasar, se olvidó de todas sus contradicciones; con sólo ver su rostro se sintió embelesado.
Daphne se veía hermosa, su cabello estaba suelto, tenía un sutil maquillaje. Tenía puestos unos jeans una blusa con ligeras mangas a los hombros, también pudo percibir que tenía puesto un perfume. Se notaba que ella se había esmerado más en su arreglo. Él sólo se había cambiado de camisa al llegar a su departamento, se había lavado la cara y se había sentado en el sofá a lamentarse por haber aceptado su invitación.
Sin embargo, su lamento se había detenido rotundamente al ver a Daphne sonreírle al abrir la puerta.
—Llegaste un poco demorado —comentó Daphne. Ya eran cerca de las siete con veinte.
—Sí, llegué un poco tarde a mi departamento —aseguró Ethan. Realmente había llegado lo suficientemente a tiempo para ir por ella puntualmente.
—Bueno, al menos ya llegaste —dijo la chica restándole importancia.
Realmente se había sentido un poco nerviosa cuando Ethan comenzó a retrasarse. Ella estaba lista desde poco antes de la hora acordada, y con el paso de los minutos después de las siete, comenzaba a pensar que la había dejado plantada, sintió un gran alivio cuando escuchó el timbre sonar y vio a al chico al otro lado de la puerta.
Daphne salió de la casa y cerró la puerta tras de sí. Ethan se hizo a un lado para dejarla pasar, la chica sonrió y se acercó a él para entrelazar sus brazos. A Ethan se le saltó un latido al tenerla tan cerca, y se puso muy nervioso e incómodo, hubiera preferido no tenerla tan pegada a sí, sin embargo, se repuso de inmediato y no la apartó.
—«Definitivamente —dijo para sus adentros—, esto es una cita». —se lamentó.
—Vamos —dijo Daphne tirando de él con una gran sonrisa. Ethan siguió su paso—. Deberíamos tomar un taxi —dijo la chica, la feria no estaba demasiado lejos, pero sí a una distancia considerable como para ir a pie.
—No es necesario —habló Ethan—, podemos llegar a pie en unos minutos— aseguró, mas al pensar en la distancia desde este punto hasta la feria, pensó en que, si bien a él no le molestaba caminar largas distancias, tendría que tener esa consideración con Daphne—, o si tú prefieres...
—No, descuida, no me molesta caminar —aseguró Daphne, no le importaba caminar una larga distancia si eso significaba pasar más tiempo junto a Ethan.
Durante el camino hacia la feria, Daphne se mostró muy conversadora. Le hablaba a Ethan sobre el tipo de juegos mecánicos a los que siempre le había gustado subirse en las ferias, y acerca de que detestaba los juegos de destreza, ya que siempre parecía tener un truco para que casi nadie, o nadie ganara. Ethan la escuchó atentamente, aunque no habló mucho, sólo hacía uno que otro comentario ocasional, eso no le extrañó mucho a Daphne, sabía que podía ser muy callado, así que no le molestó el ser la que más hablara.
Al llegar a la feria varios recuerdos acudieron a la mente de Ethan, recuerdos de Ellie emocionada al venir por primera vez una feria, entusiasmada con las atracciones; probando suerte en los juegos de destreza sin tener ningún éxito en ninguno, sin embargo, terminando todos sus intentos con una sonrisa.
La feria tenía un aspecto y ambiente muy alegre, cientos de colores y luces se extendían por todo el lugar. Lo primero que se veía al llegar eran las luces, comenzando con las de los puestos de comida, más adelante los juegos de destreza y los juegos mecánicos. Todo el ambiente era festivo y alegre con muchas personas divirtiéndose por todos lados, además de la música que resonaba por todo el lugar.
Pero, para Ethan, el ver todo eso, se sentía muy amargo. Había olvidado su arrepentimiento por ir durante un largo rato, desde que había visto a Daphne salir de casa. Ahora, al llegar a la feria, sentía de nuevo que no debió haber aceptado la invitación de la chica.
Eran demasiados recuerdos, bueno y malos, Ellie era un recuerdo muy duro, tenía sentimientos encontrados al pensar en ella.
—¿A qué te gustaría subir? —preguntó Daphne, sacando a Ethan de sus pensamientos.
Ethan volteó a verla, ella miraba hacia los juegos mecánicos con una sonrisa mientras caminaban, aún tenía su brazo enlazado al de él, no lo había soltado en todo el camino. Él se repuso de inmediato.
—No lo sé, tú decide —respondió, realmente no le interesaba subir a ninguno de los juegos mecánicos. Ya quería regresar a su departamento.
—¡Entonces, vamos! —dijo animadamente tirando del brazo a Ethan para dirigirse al primer juego mecánico.
Al final, fue Daphne quien decidió a qué atracciones subirse. Ethan sólo se dejaba guiar y la seguía, al principio sólo podía pensar en regresar a casa, pero después de un rato sintiendo la adrenalina provocada por los juegos mecánicos a los que subían, comenzó a cambiar bastante su humor, en algún momento se descubrió a sí mismo divirtiéndose junto a Daphne.
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Editado: 02.11.2023