De la noche a la mañana.
Desde el primer rayo del sol hasta el último.
Se escucha en su mente dos personas cuestionando decisiones del pasado, remarcándole cuantas preguntas dejó atrás, recordando cuántos errores cometió en el pasado, cuantos aciertos cometió en el pasado, cuantas lágrimas soltó, cuantas carcajadas dio, cuantos gritos exclamó a los cuatro vientos y cuantas pocas sonrisas verdaderas.
De un lado, la que le recuerda las cosas buenas.
Del otro lado, la que solo le recuerda sus más grandes errores.
Y en el medio, las que las divide, obviamente.
Ella misma.
¿Cuántas preguntas dejó sin responder? ¿Cuántos malos momentos dejó pasar sin responder? ¿Cuántas lágrimas ocultó sin dejarlas salir? ¿Cuántas sonrisas falsas dio sin dejar caer una máscara?
¿Cuántos arrepentimientos está ocultando? ¿Cuántos dolores aún no supera? ¿Cuántos llantos aún tiene retenidos? ¿Cuántas explosiones internas tiene aún?
Su presente le está haciendo la mala jugada de hacerla dudar de lo que está viviendo.
¿Amor? ¿Gustar? ¿Odio? ¿Asco? ¿Vergüenza? ¿Desvergonzada? ...
Montada en su bicicleta salió.
Y caída en la nada quedó.
Atrapada en su propia mente esta.
Y hasta no responder su pasado, no lograra escapar.
Es su propia presa, es su propia víctima, es su propia guía, es su propia duda.
Si ahora le preguntaras... ¿Te arrepientes de eso?
Su respuesta será clara y sin dudar.
《No.》
¿Te arrepientes de tu pasado? ¿Te arrepientes de no haber sido clara?
Su respuesta nunca saldrá.
Y esa respuesta es la que necesitará.