Flores de Jacaranda

Capitulo 1

Sara

Desde hace mucho, madrugar se ha vuelto mi rutina, me hace ser una persona más activa, además siento que aprovecho el tiempo y soy más productiva. Después de tomar una ducha, me arreglo y bajo a la cocina para desayunar.

─Estas son las mañanitas, que cantaba el Rey David…─ es lo primero que escucho al entrar a la cocina, y ver que hay un pastel con una vela del número 18 sobre la Isla ─. Hoy por ser día de tu santo te la cantamos a ti... ─ todo el personal de la casa está alrededor de la Isla cantándome las mañanitas.

─Felicidades mi niña ─. Me dice margarita, mi nana, una vez que terminan de cantar, mientras me da un cálido abrazo.

─Awww que lindos, se acordaron ─. les digo mientras miro el pastel con emoción.

─Claro que nos íbamos acordar señorita Sara, hoy es un día muy especial ─. Me dice Octavio, el chofer.

─Muchas gracias a todos.

─No tienes que agradecer nada mi niña, mejor sóplale a la vela antes de que se derrita más ─me dice mi nana.

Me acerco al pastel y soplo las velas mientras que los demás aplauden.

─El pastel se ve delicioso ─. Digo mientras lo voy cortando y mi nana me ayuda a repartirlo.

­─El pastel lo hice yo señorita Jade ­─. Me dice Roció, la cocinera y quien se encarga de la limpieza de la casa junto a Laura, la otra muchacha de servicio.

─Pues con razón, el pastel esta delicioso ─. Digo mientras le doy otra mordida a mi rebanada.─ Por cierto, ¿Mis padres ya despertaron?.

─Huy mi niña sus padres se fueron desde hace rato.

─Pero si apenas son ocho y media ─. Digo mientras veo la hora en mi Apple watch ─No salen tan temprano los fines de semana.

─Pues al parecer tenían asuntos que hacer, porque los dos salieron muy temprano.

Después de eso no pregunte ni dije nada al respecto. Una vez que termine subí a mi habitación para pasar el rato en lo que llegaban mis padres y Lily, mi hermana, se despertara.

En la tarde mi hermana y yo decidimos ir a la plaza a pasar el rato, como regalo me llevo a una tienda de ropa y me compro un suéter de lana muy bonito, de ahí fuimos a un restaurant a comer algo y compramos algunas cosas más. Cuando regresamos ya era de noche y mis padres ya estaban en casa.

─Mom, Dad llegaron ─. Dijo Lily mientras les daba un beso a ambos a igual que yo.

─Hola amor, no tenemos mucho que llegamos ─. Dijo mi madre ─ ¿En dónde estaban por cierto?

─Fuimos a la plaza a pasar el rato, ya sabes.

─Que bueno mi amor ─. Dijo mi madre mientras regresaba su vista a una revista.

─ ¿Ustedes a donde fueron? ─les pregunto.

─Yo salí con unas amigas a hacer una caminata matutina y de ahí acompañe a tu padre a una comida de negocios.

─Ya entiendo, Y… ¿No tienen algo que decir? ─. Les dije mientras me acercaba más a ellos.

─Algo de que ─. Me respondió papá.

─ ¿En serio? ¿No saben que día es hoy?

─Dad, hoy es el cumpleaños ─. Le susurro Lily a mi padre.

Mis padres se vieron entre si mientras mostraban unas caras de sorprendido.

─Hay mi vida, lo siento, no sé qué traíamos en la cabeza y se nos olvidó la fecha ─. Dijo mi madre mientras se ponía de pie para intenta abrazarme.

─ ¡Si claro!, se les olvida que hoy es mi cumpleaños pero no se olvidaron que hoy tenían una comida y una reunión con sus amigos ─. Le respondí mientras me apartaba para no recibir su abrazo, ─ ¿Saben qué?, olvídenlo, buenas noches ─. Fue lo único que les dije antes de subir de prisa las escaleras mientras escuchaba el llamado de mi madre.

Una vez estando en mi habitación, me acosté mientras dejaba salir mis lágrimas, mis padres ni siquiera se acercaron a disculparse a pesar de que ya había pasado un rato. No hice nada más que dormirme después de estar un rato llorando. Valla cumpleaños.

Ulises

Llegar casa después de un largo día de trabajo es tan agotador que lo único que necesito en estos momentos es bañarme y dormirme.

─Hijo, báñate y baja a cenar, no te puedes dormir con el estómago vacío ─. Me dice mi mamá asomándose por la puerta de mi cuarto.

─Si jefa, voy.

─Pues apúrale.

Después de bañarme y ponerme algo cómodo bajo a cenar y en la cocina están mis papás y mi hermana.

─ ¿Qué tal la chamba? ─. Me pregunta Pamela, mi hermana.

─Algo cansado chaparra, estar cargando y pasando mercancía en la central esta pesado, me duelen un tanto los hombros y la cintura.

─Ándale, entonces termina de cenar y vete a dormir para que descanses ─. Dice mi mamá mientras me pasa el plato de comida.

Después de cenar le doy las buenas noches a todos y subo a mi cuarto para descansar. Trabajar todo el día en la central de abastos me agota bastante, son demasiados bultos los que debo pasar. Pero no me quejo, la paga es buena y solo es temporal, soy bueno para varios trabajos así que una vez que encuentre chamba en otro lado me salgo de ahí. Tampoco me quiero chingar el cuerpo tan joven, apenas tengo 20 años como para desgraciarme. En fin, mañana será un nuevo día y hay que madrugar. Puse mi alarma a las cuatro de la mañana y poco a poco fui sintiendo más ligero el cuerpo hasta que me quede dormido.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.