Estaba preparada para lo que venga.
Analizaba la situación pero todo llevaba a una cosa: cualquier día te irías,
pero, ¿quién en su puta vida vería perderlo todo en cuestión de segundos?
Mientras la oración salía de su boca, yo lloraba, fallecía, moría.
«La mami ha fallecido»
Y se la llevó.
Así, sin haberme dado la oportunidad de despedirme.
Por siempre.
No hay que ser inteligentes para saber que cuándo una persona muere, nunca revive.
Nunca le vuelves a ver.
Nunca le vuelves a abrazar.
Nunca le vuelves a besar.
Se la llevó, se fue.
Y me dejó a mí, ¿por qué?
Me lo pregunto cada madrugada.
Sólo me queda recordarla, extrañarla,
y dejarle flores en su tumba.
Flores rojas, cómo a ella le gustaban.