Folded Dreams

18

El aceite derramado de la lámpara había empapado la tela negra y ahora que las llamas habían aumentado su intensidad, toda la habitación estaba iluminada. Karina mantenía fuertemente apresado al hombre con un brazo mientras que apoyaba el afilado cuchillo junto a su garganta expuesta. —¿Que…? —comenzó a decir mientras Dante se adelantaba desde la entrada oscura y quedaba a la vista del hombre tirado en el piso. —¿Me recuerdas? —dijo guardando su cuchillo.

—Eres el novato. —dijo el hombre con un tono de voz calma que nada parecía acorde con la situación extrema que se vivía en aquella pequeña habitación subterránea.

—Puedes soltarlo. —dijo el joven mirando a su compañera. 

—¿Estás seguro?

Dante asintió con la cabeza y Karina aflojó la presión sobre el hombre. Inmediatamente usó su mano libre para quitarse las gafas de visión nocturna y ocultarlas bajo su capa.

—Está bien. —dijo apartando finalmente el cuchillo de la garganta mientras retrocedía unos pasos sin dejar de estar alerta ante un posible movimiento brusco del prisionero. —Lo que tu digas.

El hombre se acarició el cuello en el punto donde Karina había apoyado su arma e hizo el ademán para girar la cabeza, pero la voz de la mujer lo detuvo en seco. —No te des vuelta. —ordenó en forma imperativa. El hombre asintió con la cabeza y volvió la vista hacia Dante.

—Tu nombre es… Dirk ¿Verdad? —preguntó el joven poniéndose de cuclillas frente a él. —Nos conocimos en las catacumbas debajo de la ciudad hace poco. ¿Eres un Asesino de La Orden, verdad?

El hombre de tez oscura mostró una sonrisa blanca. —¿Asesino? —preguntó. —No, tengo el aspecto de uno claro, pero mi verdadera profesión es Informante.

—Osea un espía. —dijo Karina.

El hombre no corrigió a la Teniente por lo que Dante pensó que era mejor cambiar de tema inmediatamente. —¿Qué estás haciendo aquí? ¿La Orden también utiliza estos túneles para entrenar a sus luchadores?

Dirk miró atentamente a Dante pero ya no sonreía. —¿Realmente crees que tengo que responder a esa pregunta? —preguntó.

—¿Eh?

—Soy un jugador que se especializa en pasar desapercibido, en descubrir y documentar rumores y secretos, en recolectar toda clase de información y discernir lo verdadero de lo falso para poder venderlo al mejor postor. Estos túneles, junto con los callejones y rincones oscuros son mis zonas de confort y mi lugar de trabajo, soy uno con las sombras y los secretos…¿Y tú me preguntas qué hago YO aquí? ¿Que haces TU aqui, novato? Eres un recién llegado a Calypso que no llega ni a la primera semana de juego y te encuentras en uno de los laberintos más secretos y peligrosos de todo el mapa del juego. ¿Cómo has llegado aquí? ¿Quien es esa misteriosa mujer que se movió en completo silencio sin que mis agudizados sentidos del oído y olfato hayan podido detectarla?

—No responderemos a ninguna de esas preguntas. —dijo Karina. —Hemos perdonado tu vida, conténtate con eso.

Dirk sacudió la cabeza. —Mi vida no valía nada para ustedes. —afirmó. —Si usted, señorita, hubiese rasgado mi garganta con ese cuchillo mientras estaba completamente oculta a mis sentidos jamás hubiera sabido quien o que me mató, la interfaz solo me informaria que un jugador me atacó por sorpresa, pero ninguna información extra podría sacar de eso… ahora en cambio… —dijo mirando a Dante a los ojos. 

Dante se cruzó de brazos y sonrió. —Al menos puedes comprobar que realmente somos novatos en esto. —se sinceró el joven suspirando. 

Dirk asintió. —Te concedo eso, Dante. —respondió el hombre. —Pero tu sinceridad no es suficiente, no en estos tiempos de oscuridad e incertidumbre en donde las lealtades valen menos que los harapos que vistes ¿Sabes que lugar es este?

—Mir. —dijo Dante. —Como verás estamos tratando de entrar a la ciudad.

—Y haz elegido el peor camino posible. —respondió el hombre de piel oscura. —Más allá de esa puerta. —dijo señalando una abertura oscura del otro lado de la habitación. —Allí comienza uno de los laberintos más difíciles y traicioneros de todo Calypso, jamás podrás salir con vida de estos túneles malditos.

—Pero tú estás aquí. —dijo Dante. —Así que no debe ser tan imposible de recorrer. —razonó.

El Informante guardó silencio sin quitar los ojos de encima a Dante, quien meditaba las palabras del hombre tratando de encontrar una forma de persuadirlo para que los ayudara. Karina no obstante se estaba cansando de la actitud del hombre. —¿Estas con el imperio o con El Enjambre? —preguntó.

—Con ninguno de ellos. —respondió Dirk. —Cuando tienes un trabajo como el mío, no puedes elegir un bando.

—Osea que te vendes al mejor postor según la oportunidad. —dijo con desprecio la Teniente.

—Lo que vendo es información. —la corrigió él hombre. —Esto no tiene nada que ver con lealtades.

Dante escuchó aquello y sacudió la cabeza. —¿Alex te envió a averiguar lo que sucedía en esta ciudad? —preguntó.

—No. —dijo Dirk. —Mi presencia aquí no tiene nada que ver con La Orden.

—¿Entonces?

Dirk volvió a sonreír. —Mi gente es quien descubrió estos túneles, nadie salvo nosotros conoce su existencia y ni los del Imperio o el Enjambre han logrado recorrer todo el laberinto desde Mir hasta encontrar una salida fuera de la ciudad… ¿Entonces cómo es posible que un novato como tu haya entrado desde fuera de la ciudad y llegado hasta aquí?

Dante se rascó la cabeza. —Escucha Dirk… realmente no puedo decirte nada sobre como llegamos o que vamos a hacer aquí. ¿Comprendes?

—Todos tenemos secretos, Dante. —dijo el informante. —Pero algunos son más valiosos que otros. Tu presencia aquí (y la de tu misteriosa compañera) me dice varias cosas, pero es lo que callas lo que más me revela sobre tu verdadera identidad o propósito en Calypso. ¿Comprendes?

Karina tuvo suficiente de aquello. —Volvamos. —dijo. —No tiene sentido perder el tiempo aquí, regresemos a la entrada y escalemos el acantilado, si nos damos prisa llegaremos al anochecer.



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En el texto hay: videojuegos, isekai, macross

Editado: 27.12.2020

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