Folded Dreams

Epílogo

 


 

El asesinato de Dante Sebastian Joyner desató un verdadero torbellino en la Flota 41, pero incluso esa noticia fue rápidamente opacada por el aparente suicidio del Lider del Imperio, el poderoso jugador conocido como Victorius, quien apareció ahorcado en su habitación veinticuatro horas mas tarde que el cuerpo de Joyner fuera encontrado en su departamento con un disparo en la cabeza.

Si la muerte de Joyner había provocado un torbellino, el manifiesto que Victorius distribuyó en las redes antes de su drástica determinación creó un verdadero huracán, con la NUNS en el centro del mismo.

Rápidamente el aparato de censura del gobierno de la NUNS borró todo rastro del mismo en las redes sociales, pero el jugador había también previsto aquello y copias del artículo impresas en pergamino dentro de Calypso fueron repartidas por los soldados del Imperio a todos los jugadores sin importar su bando o afiliación.

 

Victorius acusaba a los militares de utilizar a Calypso contra los propios jugadores y mantener los cuerpos de los mismos como rehenes mientras lentamente utilizaban la simulación para condicionar el pensamiento de los colonos. Finalmente instaba a una rebeldía general y a la necesidad de que el UniEngine dejara de estar en manos privadas y que fueran los Colonos, por medio de la representación democrática, quienes supervisaran la simulación y que se respetara el espíritu del creador del juego, el mítico Wladyslaw Waltz.

  

Los rumores brotaron como hongos después de una copiosa lluvia. Los jugadores de Calypso dudaron casi al instante de la versión oficial del “suicidio” de tan importante personaje en el juego y todos los dedos señalaron a la cúpula militar como los responsables de aquellas muertes. El Capitán Simmons tomó la drástica decisión de desconectar la simulación de Calypso y posponer el inicio del Gran Salto, poniendo en riesgo todo el plan y la existencia de la flota misma, pero debía restablecer el orden en la Colonia rápidamente. Las protestas se intensificaron dentro de la Flota 41 y por un momento todo el proyecto estuvo a punto de zozobrar bajo la fuerte presión popular, pero Simmons no iba a dejar que el trabajo de tantos años colapsara bajo sus narices y utilizó con eficiencia todo el aparato represivo de la NUNS para acallar las voces más resonantes.

 

No fué difícil para la Justicia Militar reunir las evidencias necesarias para vincular la muerte de Joyner con Victorius; las declaraciones de los Capitanes del imperio sobre los últimos momentos en que el joven estratega había sido visto con vida junto con su Líder fueron determinantes en el rápido esclarecimiento del crimen. Aquello acalló un poco al público, pero la muerte inexplicable de aquel empleado desconocido de Alpha Corporation despertaba mas preguntas que certezas y un millar de teorías conspirativas llenaron las redes privadas y las charlas de café, lejos de los oídos de los militares y su sistema de censura.

Una nueva fecha de salto fué establecida y el toque de queda fue declarado dentro de la Colonia. Los últimos Colonos que quedaban por entrar a las vainas fueron escoltados por personal militar hasta asegurarse que no quedara nadie fuera de aquellos aparatos. A los cinco días transcurridos de la muerte de Joyner, solo los Directores de Alpha Corporation, La Teniente Karina O’Higgins y su padre, el Capitán Simmons, permanecían fuera de la simulación. Todos los demás, incluidos el ciento por ciento del personal militar, se encontraban ahora inmersos en aquel sueño inducido.

 

Las cuatro personas restantes se reunieron en el pequeño cementerio de la colonia, un parque rodeado de una alta cerca de arbustos en un rincón del interior de la enorme nave, completamente apartado de las zonas habitables.

El ataúd con los restos mortales de Joyner fué escoltado por ellos hasta la pequeña capilla junto al recinto de cremación, donde un pequeño grupo de hologramas los esperaba mientras sus imágenes eran transmitidas en tiempo real desde la simulación de las vainas de viaje.

Duval se adelantó al grupo y se dirigió hacia el Capitán. —Estas personas son amigos que Joyner hizo durante su paso por la Simulación. —explicó mientras hacía una profunda reverencia. —Creí que sería importante para ellos despedirlo en este lugar.

—Simmons asintió. —Ha sido un buen gesto, le agradezco. —dijo.

 

Los hologramas de todos los miembros de La Orden estaban allí, aunque en aquel lugar todos usaban sus verdaderas identidades y no los avatares de Calypso. Uno a uno caminaron hasta el ataúd y se despidieron en silencio de aquel joven al que habían conocido por tan poco tiempo. 

Karina vestía su uniforme de ceremonias e insistió en cubrir el féretro de Dante con la bandera de la NUNS, ya que según explicó, el joven siempre quiso ser parte de la milicia. Su padre aceptó sin poner ninguna objeción y así fué como ella misma lo acompañó hasta la capilla ardiente.

Silvana estaba destruida. La joven vestía ropa de luto como todos, pero era evidente que había llorado sin cesar durante todo ese tiempo. Ella y Mirna se sostenían una a la otra y no dejaron de llorar durante toda la ceremonia. Finalmente ambas depositaron espectrales flores virtuales sobre el féretro y se reunieron con los demás a un lado de la capilla.

Diógenes fué el último en acercarse a despedir a su amigo y no estaba solo; una joven de anteojos de aspecto frágil y con el rostro completamente demacrado por la pena lo acompañaba. Ambos depositaron sus flores y tras despedirse en silencio se reunieron con los miembros de la Orden. 

 

Fueron Duval junto con Willy y Karina quienes depositaron el ataúd sobre el sistema de transporte mientras los amigos de Dante y el Capitan Simmons guardaban un respetuoso silencio. El féretro con los restos mortales de Dante entró a la cámara de cremación y en pocos segundos desapareció en un abrir y cerrar de ojos. 



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En el texto hay: videojuegos, isekai, macross

Editado: 27.12.2020

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