En la oscuridad de la noche,
mi alma rota busca consuelo,
tratando de escapar de este cruel despecho
donde la alegría se ha ido y el dolor hen su lugar a traido.
El dolor de tu traición se une a la miseria en mi corazón,
tan profundo que no puedo dejar de llorar ni un segundo,
solo el tiempo ayudará a sanar la herida
de este pobre corazón, que por ser tan ciego y confiado,
ahora se encuentra desgarrado.
Mis lágrimas se convierten en un río de tristeza,
que fluye sin descanso por el valle de la desolación,
cada suspiro es un eco de mi agonía,
un recordatorio constante de tu traición.
Pero en medio de esta oscuridad y este dolor,
aún queda un destello de esperanza en mi ser,
una voz suave que me susurra al oído,
que el tiempo curará esta herida, este dolor tan perdido.