Y de repente salió un hombre vestido con terno negro y sombrero. Era él, aquel hombre con el que me iba a casar.
A primera vista se podía ver su nobleza, se veía respetable y por supuesto era muy guapo entre los estándares de cualquier mujer.
Al verme se acerco y despidió al chófer y este se retiró al verlo. Inmediatamente extendió su mano indicando que entrara en la casa. Por supuesto me dirigí allí y este procedió detrás de mí.
Al estar dentro de aquella mansión tal y como supuse era extremadamente grande, que mis ojos no tardaron tanto tiempo para abrirse totalmente por la sorpresa. Todo allí era hermoso y refinado. No había dudas de que tan solo un mueble podría alimentar a una familia por un mes, por lo caro que eran. Y cada parte de ella estaba tan limpia que relucía de lo impecable que era. También habían sirvientas. Pero no lo parecían por que cada una de ellas estaban con sus uniformes tan limpios y ordenados, sin ninguna arruga en ellos.
Sin duda alguna, era por que este hombre era muy organizado y le gustaba que las cosas se den correctamente y como a él le gustara.
Me quedé tan asombrada que cuando sentí una mano en mi hombro salte por el susto. Él me había tocado para decirme que me relajara por que este iba a ser mi hogar después de todo.
Yo quería decirle que me sentía nerviosa por que tenia miedo de cometer un error ya que no recordaba a nadie. Pero no pude y tan solo le dije─gracias.
Creo que lo noto por que después se dirigió a mí y me dijo─no te preocupes yo te ayudare a recordar todo lo que haz olvidado y volveremos a ser como era antes. Por cierto mi nombre es Ryan y te doy la bienvenida a tu nuevo hogar ...Valeria.
Editado: 21.11.2020