Forbidden Love

Capítulo XVII

- “No creías que te iba a dejar ir así de fácil.” -Sus palabras sonaron más como pregunta-.

VELVET: Lo nuestro ya pasó…

- “No he dejado de pensar en ti todo este tiempo, y por eso me determiné a cambiar, tan sólo por una oportunidad…”

VELVET: ¡No!, no, Tegoshi… por favor déjame en paz.

TEGOSHI: Dame una buena razón para irme y juro no volver a buscarte.

VELVET: Eso me dijiste un siglo atrás.

TEGOSHI: Vel, me mandaste al calabozo por noventa y cinco años… -un rastro de risa nerviosa se quebró en su voz-.

VELVET: Después de que intentaste matarme, ¿qué más se supone que debía hacer?

TEGOSHI: -Lanzó un bufido. -Las cosas no fueron así, yo jamás le haría eso al amor de mi vida –se acercó a ella-.

VELVET: Di lo que quieras.

TEGOSHI: Sabes que digo la verdad.

VELVET: En tu vida, jamás has sido honesto.

TEGOSHI: He cambiado.

VELVET: Sí, claro –rodeó los ojos y luego miró su reloj -si me disculpas, voy tarde, con permiso –intentó sacarle la vuelta-.

TEGOSHI: -La detuvo por la cintura. -Dime una razón por la cual deba de dejar de luchar por ti.

VELVET: Tengo novio ahora…

TEGOSHI: ¿Te refieres a ese simple mortal?, yo puedo esperar por ti el tiempo que sea necesario. Regresé y esta vez no estoy dispuesto a perder, voy a demostrarte que he cambiado y que aún te amo.

VELVET: -Logró zafarse del agarré él y abrió la puerta del restaurante. -Suerte con eso –le respondió resentida-.

TEGOSHI: Esto no ha acabado… -logró gritar antes de que la puerta se cerrara, dejándolo fuera del restaurante como un pobre cachorro abandonado-.

Velvet entró al restaurante y la recepcionista la llevó hasta la mesa donde Sugizo la esperaba.

SUGIZO: -Su expresión delataba cuan contento estaba por ver a Velvet. -Hola, amor.

VELVET: -Trató de poner su mejor sonrisa. -Hola, amor, ¿te hice esperar mucho? –Preguntó sentándose en la silla frente a Sugizo-.

SUGIZO: Claro que no, mi cielo.

VELVET: ¿Seguro?

SUGIZO: Sí, dime… ¿El restaurante es de tu agrado?

VELVET: Sí, mi amor, es muy bonito.

SUGIZO: Me alegra escuchar eso.

*Ambos tomaron el menú*

SUGIZO: ¿Qué es lo que vas a pedir?

VELVET: -Observaba el menú detalladamente debido a que lo que se encontraba en el menú podría causarle daño, por lo que se demoró en responder –Eh, creo que escogeré la pasta Tagliatelle con vegetales y, ¿tú?

SUGIZO: Pediré lo mismo.

 Encargaron dos órdenes de pasta Tagliatelle con vegetales que fueron llevadas casi de inmediato. Conversaron amenamente durante la cena, pero Sugizo notó algo diferente en Vel., aunque no sabía si debía preguntar o no.

 

MAY: Te lo vuelvo a repetir cordialmente, o te vas de mi casa o llamo al Consejo, tú elijes –le miró desafiante y se cruzó de brazos-.

DANIEL: Deberás obligarme primero –se acercó a May y antes de que ella pudiera hacer algún movimiento le robó un beso apasionado y salvaje, pero romántico-.

May dejó llevarse por el beso de Daniel sin poner resistencia alguna ya que, aunque quisiera ocultarlo, sentía algo especial por Daniel desde aquel día que los encontraron en la discoteca. Lamentablemente tocaron la puerta de su habitación, obligando a al par de jóvenes a alejarse-.

MAY: ¿Mande? -Gritó para que el vampiro del otro lado de la puerta pudiera escucharla-.

COREY: Soy yo hija, ¿puedo pasar?

MAY: No, no puedes. -le respondió nerviosa-.

COREY: ¿Por qué no? Si soy tu padre -respondió incrédulo-.

MAY: Oh pues… porque… me estoy cambiando, ya voy –habló en voz baja hacia Daniel: -Tienes que irte…

DANIEL: No me voy a ir.

MAY: Qué terco eres.

COREY: ¿Ya puedo entrar? Debemos hablar de un asunto…

MAY: Un segundo –volvió hacia Daniel-; escóndete en mi clóset y no salgas hasta que te diga –lo aventó hasta el clóset-.

DANIEL: Por ti hago lo que sea –entró en el clóset e intentó robarle otro beso a May-.

MAY: -Antes de que lograra su cometido, le cerró a Daniel la puerta del clóset en la cara. -Algún día me perdonarás.

DANIEL: Malvada.

COREY: -Volvió a tocar la puerta. - ¿Listo?

MAY: -Abrió la puerta. -Perdona la demora, ¿de qué querías que habláramos?

COREY: ¿Puedo pasar?

MAY: Oh, claro –a pesar de los nervios, fue lo suficientemente valiente como para dejar entrar a su padre-; entra.

COREY: ¿No está tu hermana?

MAY: Creí que le habías dado permiso para salir esta tarde con Matt…

COREY: ¿Matt?

MAY: Sí, el hijo de Lemmy…

COREY: Yo no recuerdo haberle dado permiso de salir con un vampiro, y menos a estas horas.

MAY: Pero si se fueron desde hace cuatro horas.

COREY: ¿Cuatro horas? No recuerdo, pero de eso no vine a hablarte.

MAY: ¿Qué era eso tan importante que tienes que decirme?

COREY: Tenemos un huésped de honor.

MAY: ¿Huésped de honor?

COREY: Así es, ¿recuerdas ese vampiro con el que tú y tu hermana solían jugar de niñas?

MAY: ¿Podrías ser más específico?

COREY: ¿Por qué no nos acompañas al hall?

MAY: -Dirigió la vista al clóset. -Eh, está bien.

 Salieron de la habitación y se dirigieron al Hall.

 

Mientras Alex conducía hacia el portal que comunicaba ambos mundos; el Submundo con el Wampworld; fue a casa de Lindsey estando alerta en todo momento, sabía que violaba las reglas de su mundo al entrar al Submundo y más el involucrarse con una de las vampiresas del lugar. Tomando el suficiente valor, se animó a tocar la puerta. El castillo Bäckmann era muy grande, contaba con un portal de oro sólido, un jardín amplio con árboles frutales, pinos y diversas especies de flores daban color al pasto verde y otras más adornaban los ventanales; un castillo elegante y rústico de la época medieval, cuyos tallados estaban hechos por un calificado artesano.



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En el texto hay: vampiros, misterio, romance

Editado: 05.11.2020

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