Capítulo XXIII

LIND: No estoy negando que no te di algo para que lo hiciéramos, pero… ¡no te he drogado!

ALEX: No te creía así. Me voy –tomó su chaqueta de cuero negra y atravesó la habitación hasta la puerta, azotándola al salir-.

LIND: -Observó como el joven caminaba a través de la habitación. -Alex… -él parecía no escucharla -Alex –volvió a llamarlo mientras el chico cerraba la puerta y ella corrió tras él, alcanzándolo en el jardín principal -Espera, Alex… -lo detuvo por la manga de la chamarra-.

ALEX: ¿Qué quieres? -Dijo sin voltear hacia la chica-.

LIND: Perdona… yo…

ALEX: Hasta luego –se deshizo del agarre y siguió su camino hasta salir por el enorme portal de oro blanco y llegar hasta su auto. Abordó el vehículo y sin más preámbulos hizo sonar el motor para no escuchar lo que le gritaba la joven, poniendo así, el auto en marcha a su casa; o al menos al inicio tomaba la ruta que llevaba a su casa, pero cambió el rumbo hacia el portal que conduce al Submundo, con la intención de buscar a Hoshi. En todas las veces que había ido de paseo, jamás notó que el paisaje del Submundo no era tan diferente al Wampworld; se dijo el chico; a excepción, tal vez de algunas especies de árboles o animales nativos; pero los vampiros de ambos mundos eran muy similares, al menos en aspecto físico: altos, delgados, piel pálida, ojos grandes, manos largas… ¿quién podría notar la diferencia?... quizá por el olor de la sangre, pensó. Se abrió paso hacia la carretera entre las montañas que dirigían al castillo Blackmoon.

Luego de haber convencido a Corey; el padre de Hoshi; para que los dejara ir de viaje solo a ellos dos, Terry se dirigió a su castillo para empacar ropa, en su mayoría de color oscura, vaqueros, tenis, zapatos y, por supuesto las lociones para evitar morder a los mortales… no para convertirlos ya que solo hay dos maneras de ser vampiro: 1.- Ser hijo de una pareja de vampiros ó 2.- Beber la sangre del “Vampiro Creador”, Fluxkrups; sino para alimentarse de su sangre, de ser así, terminaría en el calabozo del Consejo el resto de la eternidad o aún peor, en “El Limbo”. Mientras Hoshi se dirigió a su habitación para empacar algunas prendas variadas: vestidos cortos de seda, jeans ajustados, blusas de tirantes en colores opacos, blusas ajustadas de manga corta, lociones y algunas chamarras tan solo para aparentar si hacía frío, dado que los vampiros son incapaces de sentir el cambio de clima; zapatos, botas y tenis.

Una vez que Alex estacionó su auto a una cuadra del castillo Blackmoon, caminó hacia el gran portal, al inicio dudó un poco en si sería el mejor momento para hablar con la pelirroja… armándose de valor, caminó a través del portal, cruzando el amplio jardín cuyos arbustos ya tenían los nuevos brotes de diversas variedades de flores propias del Submundo que daban color al oscuro paisaje.

ALEX: -Frunció el ceño. - ¿Qué haces aquí, Bäckmann?

MATT: La pregunta correcta es: ¿Qué haces tú aquí? –Mencionó enfatizando el “tú”-.

ALEX: He venido a ver a Hoshi, pero si hubiera sabido que tendría este espantoso encuentro contigo, venía en otro momento.

MATT: Me alegra que compartamos el sentimiento… si tan desagradable soy, ¿por qué no te largas?

ALEX: No voy a darte el gusto –entrecerró los ojos-.

MATT: No tendrás que hacerlo.
ALEX: ¿A qué te refieres?
MATT: ¿Planeas entrar por la puerta?
ALEX: No pensarás que usaré la ventana, ¿verdad?
MATT: Su padre jamás permitirá que alguien como tú entre a su castillo, ustedes son los enemigos –dijo en tono arrogante-.

ALEX: -Eso lo sorprendió. - ¿Qué?

MATT: Conmigo no finjas, yo sé de dónde eres.

ALEX: Me alegro, una cosa menos con la que hablar contigo.

MATT: -Lo fulminó con la mirada. -Ya, te vas.

ALEX: ¿Por qué he de irme yo?

MATT: Yo llegué primero y tú no vives aquí.

ALEX: Pero yo la conozco desde antes que tú… y… soy su mejor amigo.

MATT: Ya era hora de que lo reconocieras.

ALEX: No me causas gracia Bäckmann.
MATT: Al menos yo sí soy su novio… -respondió dudando-.

ALEX: -Notó duda en la voz del joven. -Oh, claro y yo soy mortal.

MATT: -Frunció el ceño. - ¿No me crees?

ALEX: Tu expresión lo dice todo.

MATT: Claro, ahora me dirás que lees la mente de los demás, ¿no?

ALEX: -Le miró con expresión “duh face”. -Ya quisiera.

MATT: -Entornó sus ojos hacia Alex. -Bien, ¿qué esperas para irte?

ALEX: Yo vine a ver a Hoshi, te agrade o no -expresó indignado-.

MATT: No eres bienvenido por aquí, deberías saberlo –se cruzó de brazos-.

ALEX: ¿Sí? No me interesa…

MATT: ¿Qué harían los del Consejo si se enteraran que estás aquí, Nikolaevich?

ALEX: Los del Consejo son unos idiotas.

MATT: Oh, yo no diría eso en voz alta si fuese tú.

ALEX: ¿Tanto miedo te causan?

MATT: No es eso, ellos viven aquí.

ALEX: Ya, creía que vivían en Limbo.

MATT: No, idiota. Viven en este castillo, con los Blackmoon.

ALEX: Ah –su rostro palideció-.

Sin previo aviso, se abrió la puerta principal, tomando por sorpresa a los dos jóvenes vampiros.

Terry estacionó sigilosamente su Arash AF10-2006 en color plata, frente al castillo de los Blackmoon, donde pudo observar al par de vampiros discutir, esta vez estaba decidido a no dejar que algo o alguien le estropeara sus planes; decidió hacerle una llamada por celular a la pelirroja.

HOSHI: -Contestó su móvil al ver de quién se trataba. - ¿Terry? ¿Qué sucede?

TERRY: Hola, estoy por llegar al castillo, ¿ya estás lista?

HOSHI: Sí, ¿te espero en la puerta principal?

TERRY: ¡No! -Se exaltó-, quiero decir, no es necesario, te veré en la parte trasera…

HOSHI: ¿Se puede saber el por qué?

TERRY: -Se quedó un rato en silencio, ideando una mentira. -No queremos encontrarnos con los paparazzi, ¿cierto? –Rodó el castillo para tener acceso a la cochera trasera-.