#maraton
Capitulo 2: Adam, me gustas...
NARRA ELISA
Con el tiempo, fui mejorando tanto de autoestima como de sociabilidad con las sesiones de terapia de Adam y los descansos de práctica con él en inglés me ayudaban mucho, para poder ayudar a Richard con sus traumas.
Richard es un niño que trajeron de Estados Unidos por salvar su salud mental. Antes era un niño feliz, pero desde que entró al colegio, empezaron sus traumas a su corta edad de 6 años hasta ahora que tiene 10. Todos sus traumas los causaron los simulacros por tiroteo ya que en todos los colegios estadounidenses lo hacen por seguridad y protección de los niños que están, pero a él le afectó mucho y no le sentaron muy bien esos simulacros. A sus padres le recomendaron sacarlo del país y llevarlo a algún psicólogo infantil y como nuestro centro de psicología estaba en una lista como uno de los mejores psicólogos y con mayor eficiencia, los padres decidieron traerlo aquí. Yo apenas llevo dos meses trabajando en este centro como psicóloga infantil, pero como solo estoy yo, pues me dieron su caso a mi.
Normalmente nos vemos cada semana para pequeños chequeos y ver como reaccionaba ante diferentes situaciones, aunque yo de vez en cuando le doy conversación para que se tranquilice después de esas pequeñas pruebas y ahí entran las practicas que tengo con Adam en nuestros descansos ya que mi inglés no es muy bueno en si.
-Hi Elisa! -dijo Richard.
-Hi my little boy! How are you today? -le pregunté para comenzar con la sesión de hoy.
-I'm kinda good but I would prefer to not talk about that. -me dijo medio triste.
-You know that you can trust me right? If you don't tell me I can't help you, but If you really don't want to talk about it I will not put any pressure on it. -le dije tranquilamente.
-Yeah, I know but I'm gonna tell you later. -dijo ya más feliz.
-Okay then, are you prepared to start? -pregunté para confirmar.
Me dijo que si con la cabeza y yo le puse unos cascos con unos sonidos fuertes para ver la reacción y proseguir con la sesión.
Un rato después ya estábamos terminando y como siempre le di un caramelo y tuvimos la última conversación donde me explicó porque cuando recién había llegado a la sala estaba un poco triste. Yo todo lo apunté en mi libreta para más tarde relacionar y dar otro diagnóstico.
-Okay Richard, you can go now. -me despedí de él.
-Thanks doc, see you next week! -dijo y se fue feliz.
En el descanso hablé con Adam sobre los comportamientos de Richard hoy y él dijo lo mismo que yo pensé, pero no estábamos del todo seguros así que decidimos buscar información acerca de esto.
Con el paso de las semanas veía mejoras en Richard, mientras yo cada vez que me acercaba a Adam me sentía cada vez más nerviosa hasta un punto de reconocer que me gustaba.
Decidí hablarlo con Alice.
-Elisa, que sorpresa! ¿Que haces aquí? -dijo mientras abría más la puerta para que entrará a casa.
-¿No me esperabas verdad? Bueno antes de decirte porque vengo, te quiero preguntar una cosa. ¿Está tu hermano en casa? -pregunté un poco nerviosa.
-No, Adam justo ha salido, ¿lo buscabas? -respondió y yo me alivié.
-Para nada, te buscaba a ti. Bueno primero vamos al sofá para más comodidad. -dije mientras caminaba hacia aquel sofá que para mí era gigante pero según Alice era uno pequeñito. -Bueno, te buscaba para decirte una cosa.
-Ya dímelo mujer, me estás impacientando. -respondió.
-Espero no te enfades, pero, me esta empezando a gustar tu hermano, ¿que hago? -dije y de inmediato ella se quedó rígida, temí lo peor, pero al momento siguiente me habló con completa tranquilidad y felicidad.
-¡¿Enserio?! ¿Te gusta mi hermano? ¡Que guay! Cuñadita. -me dijo sarcásticamente. Yo no comprendía.
-Oye, oye, no nos adelantemos, pero si. ¿Qué puedo hacer? -le volví a preguntar.
-No me estoy adelantando, es un hecho. Si me dejas contarte un pequeño secreto... ¡A mi hermano tambien le gustas!
¿Qué? ¿Cómo? Estaba teniendo un caos interno. Tenía que ser una broma.
-Imposible, ¿cómo le hoy a gustar a tu hermano? No me vengas con bromas Alice, que nos conocemos.
-¡Que no es broma Elisa! ¡Que le también le gustas a mi hermano! ¿Te acuerdas de aquel día que él te dio muchas cosas de las que vimos en el centro comercial? Era porque a mí me lo confesó hace tiempo y yo le dije que compráramos las cosas que tú cogías, pero las compraba yo con su tarjeta. ¡Se lo tienes que decir!
-¿De verdad eso fue todo tu plan? ¡Wow! Creo que se lo diré mañana en el descanso del trabajo, ¿estarás?
-No me lo pienso perder. ¡Claro que voy a estar!
Después de eso me fui a casa aun más nerviosa de lo que estaba cuando venía. No me lo podía creer, ¿cómo le gustaba a Adam? Y aparte desde hace tanto tiempo. Llegó la noche me hice la cena y me fui a la cama. No podía dormir por lo que me había dicho Alice y porque no paraba de darle vueltas a esa frase.
Al final solo dormí una hora en esa noche. Cuando desperté estaba muy nerviosa, pero traté de no mostrarlo durante las consultas con los niños. Llegó la hora del descanso...
-Hola Adam, ¿qué tal tu día? -dije para iniciar la conversación. Alice me miraba expectante.
-Super, ¡hoy me han ascendido y ahora soy vuestro jefe! -dijo super emocionado.
¿Qué? No. No podía ser pareja de mi ahora jefe. Imposible. No lo iba a hacer. Ni de broma. Alice me miró y supongo que leyó mi cara de incredulidad y sabía perfectamente que no lo iba a poder decir.
-¿Adam, te importa si me llevo un momento a Elisa para hablar? -dijo Alice sacándome de mis pensamientos.
-Claro, no tardéis. -dijo él.
Alice me cogió del brazo y nos fuimos a un rincón un poco alejado de donde estaba Adam, para que él no nos escuchara.
-Oye si no se lo dices tú se lo digo yo. Te aviso. -me dijo con seriedad.
-No. No lo vas a hacer. Yo tampoco. Ayer no pasó nada. ¡No puedo tener una relación con mi jefe! -asumí.