Capitulo Siete
Cuando entro a la habitación de Dove ya que dejo la puerta abierta, estoy sonriendo tan ampliamente por tener unos minutos a solas con ella.
Mi sonrisa se borra cuando la veo mirando su celular, no se ha cambiado, de hecho, no luce como para salir de la habitación. Levanta la cabeza de su celular y me mira. Su mirada me recorre de pies a cabeza.
-La vida de un famoso no es sencilla, ¿Sabes? –Dice mirándome. – No me dejan ir a la feria. No cuento con el permiso de mi manager.
-¿Debes pedir permiso para salir? –Pregunto incrédulo,
-A veces, debo pedir permiso hasta para ir al baño, Kyle.
-Bueno, es una pena. –Le digo antes de darme vuelta para ir a mi habitación otra vez.
-Kyle, ¡Espera!. –Me llama tomando de mi mano, nuevamente no puedo evitar sentir eso en mi estomago. –Podemos hacer otra cosa, ¿Sig
Me volteo para mirarla, ella mide unos centímetros menos que yo, asi que la miro para abajo. Ella sigue sujetando mi mano, aunque tiene mi atención.
-¿Por qué quieres pasar tiempo conmigo? ¿Te estoy dando lastima o algo así?.-Pregunto algo molesto.
-¿Qué? ¡No! Te he extrañado.-Dice ella apenas en un susurro.- ¿Por favor?.-Pregunta haciendo ese estúpido puchero que en ella se ve precioso.
-Justo para mi libro, experimentemos como puedo estar en una habitación con mi ex novia intentado convivir.-Digo y entro a su habitación, noto como ella sonríe y no puedo evitar sonreír por hacerla sonreír a ella.
-¿Estás escribiendo un libro así?.-Pregunta entusiasmada.
-No, realmente no, pero quizá ya tengo una idea para cuando decida hacerlo.
-¿De qué trata tú libro?.-Pregunta y yo suspiro.
-De un chico que se enamora muy jodidamente de una chica... Que es inalcanzable para él. Y cuando pueden estar juntos, pasan cosas y tienen que enfrentar si quieren realmente estar juntos.
-Suena genial.-Dice ella y yo le sonrió.- He leído tu libro, Gabe me lo ha pasado.
-Eso es trampa.-Digo y ella ríe. Me resulta tierno que se sonroje.
-Sabes que siempre fui tramposa contigo, eras el mejor en todo.
-Mucho tiempo sin poder vivirlo, he perdido memoria en algunas cosas.
-Yo recuerdo casi todo.-Me dice y asiento.
Ella llama al servicio a la habitación para que nos traigan nuestro pedido. Que consiste en comida chatarra. Mientras, me dedico a buscar una película en Netflix.
—¿Luz me odia, verdad?.—Pregunta ella, la miro. Parece un cachorrito herido.
—Luz odia que yo haya sufrido. –Le comento mirándola.
—También me odia porque era su amiga.
—Tú y ella vivieron algo parecido. Pensó que siempre serian amigas, vive esa desilusión.
—Así como ellos no me dejan ir a la feria, no me dejan ir a casa, no me dejan llamarlos. Esto es una mierda. A veces sólo deseo que esto sólo sea un sueño lejano. Que yo no soy famosa.
—Deberías disfrutar tu sueño, si ellos no te hacen felices, intenta buscar alguien, un equipo que te haga feliz.
Salgo de la habitación de Dove para ir a buscar a la mía mi celular. Cuando vuelvo, Dove me mira con una bella sonrisa.
Ella sigue siendo la rubia bonita. Sin duda alguna. Mi rubia bonita. Aunque ambos sabemos que ya no es mía.
—¿Sabes? Cuando di uno de mis conciertos, Stella, Becky y Camilo vinieron como si fueran mis mejores amigos.
—No sé qué te sorprende. Seguramente están llorando por haberte hecho lo que te hicieron.
—Yo los ignoro y fui a saludar a los fanáticos. Pero lo voy admitir, ame ver sus caras. Ya no soy la estúpida que ruega por amigos, la que quiere juntarse con gente popular.
—Ahora todos quieren juntarse contigo, eres la popular.—Le digo y ella se encoje de hombros.
—Ya no me interesa ser popular.—Me dice y yo asiento.
—¿Vives en hoteles? ¿O tienes tu propia casa?.—Pregunto y ella ríe.
—Ahora estoy viviendo aquí, pero ando buscando una casa. Quiero vivir un poco alejada de la ciudad pero tampoco muy lejos, debo conducir hacia el estudio casi todos los días.
La noche se pasa mientras nosotros miramos películas de terror y sonrió cuando la escucho gritar constantemente. Cuando el reloj marca la una de la mañana y la película termina, determino que es momento de irme a mi habitación.
Me pongo de pie y ella me mira.
—¿Te vas?.—Pregunta y yo asiento, estiro un poco mi cuerpo.
—Sí, ya es tarde. Tengo sueño.
—¿No quieres quedarte? Duerme en esa cama.—Me dice sonriéndome.
—No creo que sea buena idea que duerma aquí.—Le digo y ella asiente mirando el piso.
—Vale, ¿Nos vemos mañana?.—Pregunta y yo asiento. Me acerco y deposito un beso en su mejilla.
Una vez dentro de la habitación, me quito mi ropa y me tiro en la cama solo con un bóxer. Estoy por quedarme dormido cuando la puerta es golpeada. Me pongo de pie y camino hacia ella, al abrirla, miro a Dove.