Viernes.
Viernes, mi día favorito de la semana, los días pasados me he levantado de la cama como un robot, para hacer mi rutina diaria. Asistir a clases, trabajar y soportar a Adam, el día de ayer tuve un mal rato con ese idiota porque no le preparé su café justo como siempre lo quiere, me molestó tanto que empecé gritarle pestes y a cambio recibí un pellizco por parte de él.
Demonios, me dolía tanto que me dejó un moretón y también lo que dolía eran las sus palabras. También por las noches lloraba hasta quedarme sin lágrimas, deseando estar con papá, tenía también las pesadillas y el insomnio, cuando eso me pasa me dan ganas de vomitar.
Nos encontrábamos Nina y yo sentadas en el césped, mientras me contaba mucho sobre de ella como los amores que ha tenido, logros en la escuela y uno que otro chiste de ella.
―¿Angie…? —posa sus manos frente a mi cara y las mueve para que reaccione, la miré―. Estás como Buzz Light Year, mirando al infinito, ¿te encuentras bien? —guardé silencio.
―Si…estoy bien —respondí dudosa después de un rato.
―¿Qué te pasó en el brazo? —señaló el moretón, luego bajo la manga larga de mi blusa.
―Me golpeé con la puerta del auto —mentí y Nina asintió, pero a la vez se notaba en su cara que no me creía del todo.
―¡Chicas! Les traigo unas invitaciones para ustedes —exclamó Mikael llegando de la nada, eso hizo que Nina pegara un salto por el susto.
―¡Mikael! ¿cuántas veces tengo que decirte que no hagas eso? Si un día me da un infarto, será por tu culpa —exclamó enfadada y le da un golpe en el brazo de su mejor amigo.
―¡Au! —se quejó Mikael sobando su brazo―. Ya deja esa vida salvaje, señorita Nina.
―Ok, ¿qué es esta basura? —pregunta ella mientras empezaba a abrir la invitación.
―¡Ja! ¿basura? Esas invitaciones me las dio Jayden porque mañana es el cumpleaños de su novia y hará una fiesta en su casa. Los tres tenemos que ir.
―¿Tenemos? —reí irónica.
―De acuerdo, me parece buena idea, hay momentos en los que debemos hacer una escapada y divertirnos —aportó Nina.
Esto es demasiado estúpido ¿quién en su sano juicio haría una fiesta de cumpleaños en su propia casa para su pareja? Supongo que Katly tiene a Jayden como su mascota con correa. Además las fiestas no me dan entusiasmo y no están en mi lista de hobbies favoritos.
―Yo no iré a ningún lado, yo no le agrado a muchas personas de este “prestigioso colegio” y menos a Katly, mejor ustedes vayan mientras me quedo en casa viendo la televisión —puse eso como excusa esperando alguna respuesta que me agrade.
―De ninguna manera. Tienes que acostumbrarte a este tipo de ambientes y te podemos demostrar que no te vas a aburrir, y por si fuera poco tendrás la oportunidad de conocer más personas entre ellas al amor de tu vida —habló Mikael y rodea su brazo en mi cuello.
Alcé mis brazos, ―¡Los conozco a ustedes, ¿qué eso no es suficiente?!
―No —dijeron Nina y Mikael al unísono.
Y vaya que a estos chicos no se les puede decir un no por respuesta.
En unos minutos suena el timbre que indicaba que el recreo ha terminado, los tres nos pusimos de pie y primeramente acompañamos a Nina al salón donde le corresponde y por último acompañé a Mikael. Faltaban ya sólo cinco minutos para entrar a la siguiente clase, aproveché para ir al baño para lavar mis manos, y en cuanto entré… estaba Jayden frente al espejo y pasando sus manos por su cabello peinándose, voltea a verme.
―Amigo, no tengo nada en contra de tu orientación sexual —hice una breve pausa―. ¿Pero qué haces en el baño de mujeres? —él soltó una carcajada.
―Bueno, entré aquí porque el baño de hombres está peor que un baño público —dijo para luego verse al espejo―. Y para apreciar mejor esta belleza, que soy yo.
―Mejor ya no te tomes tus cinco minutos gays, porque luego te gustará y así te vas a quedar —dije con sorna y de inmediato me voy de ahí sin haberme lavado las manos como tenía pensado.
Regresé al aula y me senté hasta el rincón al igual que Jayden, que por cierto no me di cuenta que venía pisándome los talones. A esta hora tocaría ciencias sociales, y sería hoy la entrega del ensayo, no pudo haber sido tan más desastroso; Brandon entregó algunas hojas arrugadas y Jayden olvidó traer el resto, sacamos un 7 de calificación, maldije mil veces.
…
Las clases restantes pasaron de volada, salgo del instituto más irritada de lo normal, camino hacia mi trabajo, rápido me pongo mi uniforme y lista para colocarme detrás del mostrador sin ganas de trabajar.
El día ha estado tranquilo, me senté un momento para leer siquiera unas cuantas páginas de mi libro, luego mi atención fue robada por una familia padre e hijos que estaban sentados en una mesa junto a la ventana, se veían de escasos recursos; el papá comía plácidamente con sus niños y los abrazaba pero...¿y la madre?
Bajé la mirada, no quiero saber la clase de vida que tienen ellos, no lo sé, quizás tengan una vida como la mía. Suspiré pesadamente, hice mi cabello detrás de mi oreja, miré mi reloj de pulsera con ansiedad de que ya terminara mi turno y poder irme.
―Hola señorita McBurgger’s —alguien interrumpe mis pensamientos, despegué la vista de mi libro y levanté la mirada era ¿Jayden? ¿cómo carajo supo que trabajo aquí?
―¿Qué haces aquí amiguito? ¿no te bastó poner en vergüenza al equipo por no llevar el ensayo completo? Y decías: “verás que nosotros seremos un buen equipo” —recrimino.
―Creo que me salió todo al revés —rió como un tarado y rodee los ojos―. Y bueno, siempre estoy aquí los viernes de 2x1.
―¿Qué esos no son los lunes? —cuestioné con los brazos cruzados.
―Emm…ok, de acuerdo iré al grano, a lo que vengo es a invitarte a una fiesta mañana en mi casa, a las siete en punto. Es cumpleaños de mi… novia —titubeó.