Capítulo 6

Narra Angie:

He pasado más de dos horas en esta sobre valorada fiesta donde un chico del instituto al inicio de un ciclo escolar realiza una fiesta en su casa en donde todos se drogan. Estaba sentada en las escaleras mientras bebía un refresco Fanta que me había traído Nina de una tienda cercana. Hablando de ella, está hablando con unos compañeros de su facultad, mientras que Mikael pasado de alcohol hacía stripper sobre una mesa de cristal ‒no entiendo como es que no se rompe esa mesa‒. Yo ya estaba cansada de bailar.

En cuanto a Jayden, lo he estado siguiendo la mirada y noto que hay chicas que tratan de evitarlo, también él se gana un montón de miradas de parte de otras chicas, su arrogancia es palpable.

Estoy bastante aburrida que ni con jugar con la lata de refresco me quitaba el aburrimiento, aun viniendo a este tipo de panoramas no encajo en ningún grupo de personas y no tengo el imprevisto de socializar con este tipo de personas. Reviso mi celular y no hay ningún mensaje de mi madre y dudo mucho que me marque o me envíe un texto para preguntarme si estoy bien o a qué horas regresaré a casa.

―¿Te estás divirtiendo? —me pregunta Jayden que no sé en qué momento apareció a mi lado. Lleva aún esa sonrisa que lo caracteriza.

―Sí —mentí.

―¿Hablas en serio? Si quieres hacer nuevos amigos...no te ofendas pero, con esa cara que llevas ahora mismo espantas a las personas —dijo con sorna. Reí irónica.

―¿Quién dijo que quiero ser una persona como tú? ¿y quien dijo que esa clase de “personas” las quiero cerca? —hice comillas con los dedos.

―¿Una persona atractiva y popular? —pregunta él, haciendo su cabello por un lado con sus dedos―. Es lo mejor que te podría pasar, anda, ve por un trago de vodka a la barra y diviértete, una simple gaseosa no te levantará los ánimos —sugirió y luego se va.

Rodee los ojos, encendí los datos móviles de mi celular, una sonrisa se instala en mi cara al ver varios mensajes de papá, al menos él si levanta mis ánimos y puedo hablarle de lo que sea.

―Oye chica rara, muévete de ahí, si estás en esta fiesta por lo menos no estorbes —dice una voz femenina, levanto la mirada y es Katly de la mano con Jayden.

―Katly por favor se mas gentil con los invitados —intervino el moreno.

―Uy, perdón —dijo la castaña sarcásticamente y me hice a un lado para que pasaran―. Creo que vas a tener que limpiar bien esas escaleras cuando termine la fiesta —dijo con sorna.

―Si van a su zona VIP, no olviden llevar globos ¿vale? —dije burlándome de ellos, Katly me fulminó con la mirada y subieron las escaleras.

Realmente ese par de idiotas son patéticos; amigos, a continuación, habrá una escena explicita y no voy a entrar en detalles. Mis ojos volvieron a la pista donde Mikael se encuentra bailando y veo que ahora está vomitando en un jarrón de cerámica, rápidamente corro entre las personas mientras recibo codazos y pisotones para ir ayudarlo al igual que Nina.

―¿Me pueden traer otro trago? —pidió el chico todo ebrio.

―Sí, ahora vuelvo —dijo Nina y va directa a no sé donde, ¿what? ¿le va a traer otro trago mientras que éste chico está al borde de quedar estúpido? Es como si alguien le echara combustible al fuego.

―Que hermosa estás hoy Angie —dijo con voz ronca y mirándome sonriente, fruncí el entrecejo.

―Y vaya que estás delirando Mik —dije pasando su brazo derecho por mis hombros para ayudarlo a salir de aquí.

En eso llega Nina con otro vaso de no sé que sustancia.

―¿Por qué diablos tardaste tanto? —le pregunta él y le arrebata el vaso para beberse aquél líquido―. ¡Oye, pero esto es jugo! ¡yo quiero más whisky! —exclamó enojado y arrojó el vaso al piso haciéndolo añicos.

―Ya tuviste suficiente querido amiguito, mejor vamos a casa y cuando sea mañana desearás no haber venido a esta fiesta —le dijo Nina pasando su brazo izquierdo por sus hombros y salimos de aquí.

―¿Qué te hace pensar que me voy a arrepentir después de haberme divertido? —pregunta Mik y abrimos la puerta del auto y lo subimos para recostarlo en los asientos.

―Te acordarás de mí —concluyó Nina.

Entonces me subí al asiento de copiloto y Nina conducía. Llegamos a casa de Mikael, se podría ver que la luz del living está encendida, creo que sus padres están preocupados por él. Ayudé a Nina a bajar al chico para llevarlo.

―¿En dónde diablos han estado chicos? —exclamó una señora canosa poniendo una mano en posición de taza.

―No te enojes mamá, sólo salimos a divertirnos un poco y ya... —dijo Mikael, no tuvo tiempo de hablar más porque ya en este instante volvió a vomitar pero a los pies de su madre. Oh, este chico si estará en serios problemas.

―Emm...es que en la fiesta se comió unos nachos y no le cayeron bien —inventó Nina.

―Si claro —dijo irónica la señora―. Pasen, y acuéstenlo en el sofá, menos más que no estaba conduciendo en estado de ebriedad para luego provocar un accidente vial —nos deja pasar y cuidadosamente lo ponemos en el sofá y nosotras nos sentamos en el otro sillón―. ¿Ustedes creen que bebiendo alcohol en una fiesta los hará verse bien?

Nadie contestó ni una sola palabra, no queríamos delatar a Mikael por todas las cosas ridículas que hizo o la cantidad de tragos que tomó porque él tuvo la decisión de hacerlo.

―Lo sentimos mucho, señora —dijo Nina con la mirada fija en el suelo.

―Bueno, ya no hablemos sobre ese tema ¿no quieren chocolatada y brownies? —pregunta la señora.

Mikael subió al segundo piso para irse a duchar y luego le sugerimos que vaya a dormir de inmediato, cuando amanezca va a sufrir esas horribles jaquecas. En fin, Nina y yo estábamos charlando con la señora, la verdad es que hemos interactuado bien con ella, es muy amable y sobre todo cuidadosa, me recuerda a la señora Molly Weasley, de la saga de Harry Potter. Daría lo que fuera por tener una madre así.