Foscorllum

Capítulo dieciocho

Mi corazón palpitaba más rápido que mi cerebro tratando de encontrarle a esto una explicación lógica. Pero simplemente mi mente se quedaba en en blanco.

Al momento en el que Azrel se lanzó detrás del chico, este lo apartó lanzándolo muy lejos contra la pared y sus garras provocaron que la ropa de Azrel terminara rasgada al igual que su piel. El monstruo iba hacia a mi y yo ni siquiera podía escapar, estaba en shock. La madre de Bree se abalanzó contra él y de ella desprendieron alas negras  y sus ojos parecían tornarse rojos, ella le dió una patada en el pecho que lo lanzó al otro lado de la habitación, fue entonces cuando Azrel se abalanzó contra aquel y empezaron a pelearse. Solo veía sangre desparramarse del perfecto cuerpo de Azrel, que al parecer para poder defenderse tuvo que hacer lo mismo que su madre, desprendió de su espalda enormes alas negras mucho más grandes que las de su mamá y estas alas al salir de su espalda provocaron que sangrara aún más en su espalda. Azrel empezó a atacar al chico de una manera brutal, que este no podía defenderse y solo soltaba gritos desgarradores de dolor. Antes de que pueda seguir espectando paralizada todo esto, Bree me toma por el brazo y me guía fuera del lugar junto con su padre; lo último que vi fue como su mamá y Azrel rodeaban el cuerpo inconsciente de aquel chico.

Estaba temblando y sentía que estaba fría. Bree y su padre no parecían muy asustados como si hubieran visto algo parecido antes. Literalmente no podía abrir mi boca para decir algo, estaba helada y muy asustada.

- Eh... Tranquila Julieta, pronto te llevaremos a casa. - Me dijo Bree, como si no hubiera visto nada de esto.

No pude responderle, no podía hablar.

- ¿Estás bien? - Preguntó ella.

Estábamos ella, su padre y yo en la sala de estar después de presenciar como un tipo quería chuparme la sangre y ver a su hermano y su madre convertirse en unas gárgolas para defenderme. Y Bree me pregunta si estoy bien.

- Oye - Continuó ella-, Nada de lo que viste pasó, ¿si? Todo fue un sueño- Agitó sus dos manos en círculos frente a mi rostro como si eso fuera a hacerme perder la memoria.

- Basta, Bree. Será mejor que si Azrel fue muy valiente para meterse en su vida sin su permiso, sea igual de valiente para explicarle todo de una vez a Julieta.

Bree no dijo nada, sólo agachó la cabeza dándose por vencida. El padre de Bree tenía razón, Azrel me debe una explicación, en realidad muchas explicaciones.

– Será mejor que te cure eso. - Dijo el señor Delgado mientras sacaba vendas del botiquín cerca a nosotros.

Él empezó a vendarme la piel cortada que no paraba de sangrar; esto sin duda dejará cicatriz.

- G-Gracias, señor Delgado. - Pude articular.

- De nada y dime Mike por favor.

Asentí y Mike me miró comprensivamente- Sé que todo esto es muy confuso para ti, pero también sé que de alguna manera esperabas algo muy oscuro detrás de Azrel quien estoy seguro que te explicará todo.

- Espero que así sea. - Dije en voz baja, casi un susurro.

Un estrepitoso sonido de alguien tocando la puerta llama la atención de los tres aquí. Mike abre la puerta y veo a Harper entrar con cara de preocupación y se dirige a mí.

– ¿Estás bien? Tuve una visión de que estabas en grave peligro - Su mirada se dirige a mi brazo vendado y sus ojos se abren más. - ¡¿Qué pasó?!

– Ella está bien, ya puedes irte. - Le dice Bree.

– Yo no me iré hasta que... – Harper para de hablar cuando Azrel cruza por la puerta ya sin alas y sin aspecto perturbador. Mi corazón late como siempre lo hace cuando él está cerca. - ¡Él es un demonio! Te lo dije, Julieta. Ahora no tengo dudas de que eres un ser peligroso y lleno de tinieblas. - Le espeta a Azrel.

– Tú no sabes nada, apenas estás descubriendo tus poderes de bruja. ¿Porqué no le dices eso? Y dejas de ocultarte en tu facha de simple psíquica  "lee cartas" y le dices a Julieta que eres tan peligrosa como yo. ¡Una bruja! - Ahora resulta que la novia de mi hermano es una bruja, ¿por qué no me sorprende?

No aguanto más y rompo con mi silencio- ¡Que alguien me diga qué pasa! ¡¿Ahora resulta que toda la gente que me rodea son seres mágicos?!

En ese momento Azrel me toma por la muñeca y nos guía a la puerta, pero antes de que pudiéramos salir Harper lo detiene.

- No permitiré que le hagas daño.

- Será mejor que tú te apartes si no quieres que te lo haga a ti.

Los dos se miran con aparente odio unos segundos, pero finalmente Harper se aparta y Azrel y yo salimos por la puerta dejando atrás la casa y dirigiéndonos al parque de enfrente, que más que un parque parece una especie de mini bosque lleno de árboles y arroyos. El radiante sol hace que las verdes hojas de la vegetación del lugar parecieran brillar.




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