Capítulo 5

Me levanté de la cama con una energía especial que hace mucho no sentía, todo me parecía que estaba volviendo a la normalidad, las cosas con Sara estaban de nuevo bien, se había alejado de ese hombre y volvíamos a estar muy unidas como siempre, también había recuperado mi promedio de notas y volvía a ser la numero uno de la clase, lo siento por Diana Álvarez se que sus padres le exigen mucho para que sea la mejor de la clase y me quite ese lugar, pero si quiero entrar a Friedman debo ser la mejor. Hacia un día precioso, el sol brillaba con gran intensidad, las aves cantaban en el balcón de mi ventana y mi abuelo se encontraba ya muchísimo mejor, aparte de eso era viernes y todos sabemos que los viernes tienen esa magia especial para levantarnos el ánimo.

Fui la primera en llegar a clases como siempre habia sido, tuve en toda la clase una sonrisa de oreja a oreja que ni la molesta Verónica logró quitar . Luego de uno de los mejores días de clase nos quedamos a las afueras haciendo planes sobre que haríamos esta tarde, era viernes lo que significaba tarde de chicas. Sara y yo queríamos ir a la nueva heladería, pero Gabriela quería ir a la cafetería de Doña Gladys y aún que les sugerí que podíamos ir primero a la heladería y luego a la cafetería, ellas no me prestaban atención y seguían discutiendo. En ese momento vi a Fabián con su grupo de amigos, ellos se quedaron al otro lado de la calle casi enfrente de donde estábamos nosotras, cuando el me ve me saluda agitando la mano y con una enorme sonrisa, yo hice lo mismo, intenté retomar la conversación con Sara y Gabriela pero ya ni siquiera sabía de que estaban hablando, ellas estaban tan sumergidas en su conversación que se olvidaron de mí por completo. Volví a mirar a Fabián y me sorprendí al ver que estaba mirándome, él nuevamente me sonríe, luego comienza a hacer muecas tratando de decirme que su conversación estaba muy aburrida, y yo sonrió tímidamente al ver sus expresiones, estaba en ese intercambio de miradas con Fabián, cuando por un extraño instinto decidí mirar hacia mi derecha y de inmediato sentí un corrientazo que me recorrió todo el cuerpo cuando vi al chico de año nuevo, llevaba puesto el uniforme del Bartolomeo y me había atrapado viendo a Fabián. Se veía algo molesto, traté de cubrir mi rostro con el cabello pero fue inútil él ya me había visto y no se por cuanto tiempo llevaba mirándome.

-Oh por Dios, miren el nuevo chico que ha entrado al Bartolomeo, esta guapísimo -dice Gabriela. 
-Si, esta buenísimo incluso se parece al protagonista de esa telenovela que ustedes tanto ven-comenta Sara. 
-Tu también la ves -afirmó Gabriela.
-Antes, ahora soy una mujer madura que no pierde su tiempo viendo esas cosas para niñitas -dice Sara con aires de superioridad.
-Tu mamá y tu abuela también la ve -le replica Gabriela- y no creo que tu abuela pueda considerarse una "niña" -agrega Gabriela con una sonrisa burlesca en su rostro.
-No te metas con mi abuela Gabriela, ella no -espetó Sara.

-Es sólo una broma -le dice Gabriela con un tono inocente
-Sabes que no me gusta que hagas bromas sobre de mi familia -dice Sara molesta.

Ellas solían discutir siempre por estupideces, y esta vez no les presté mucha atención, sentía todos los músculos del cuerpo tensos y las manos frías.

-¿Andrea te pasa algo? Has estado muy callada -me pregunta Sara.
-No, es sólo que tengo que ir...
-miren, miren parece que ese chico viniera hacia nosotras -dice Gabriela entusiasmada.
-No parece, viene hacia acá -dice Sara mientras se arregla el cabello y adopta una pose seductora.

No sabía que hacer, no podía contarles sobre él sin quedar como una mentirosa, hipócrita, además no quería contárselo. En ese momento desee estar en la comodidad de mi habitación, bajo los muros de mi cuarto, escuchando mi música favorita. Tenía que hacer algo rápido si quería salir de esta.

-Tengo que irme -solté y me aleje dando grandes zancadas.
Cuando creí que iba a salir bien librada de esta situación, escucho unos gritos a mi espalda.

AMOR, AMOR -grita él- de inmediato reconocí su voz pero no me di vuelta, además era claro que no era a mí a quien llamaba. Seguí caminando pero esta vez más rápido.

ANDREA, AMOR ESPÉRAME -vuelve a gritar- y al escuchar mi nombre me detuve de inmediato, había quedado expuesta.

Di media vuelta y vi a Sara y a Gabriela que me miraban desconcertadas mientras ese chico se aproximaba hacia mí.

-Hola -me dice con una media sonrisa- por fin te he encontrado. 
Luego se inclina para besarme pero logró esquivarlo y le doy un empujón.

-¿A ti que te pasa? ¿Qué es lo que estas haciendo? -le digo furiosa y mirando de reojo a Fabián que nos mira atento con sus amigos.

-Sólo quería saludarte. No creí que te molestarías por esto -me dice esta vez serio y nota que estoy viendo a Fabián y se da media vuelta para mirarlo.
-Sabes que, sólo déjame tranquila - le dije y me fui.

Sara y Gabriela fueron hacia mi con miles de preguntas sobre lo sucedido, y yo sólo no quería hablar sobre eso, estaba tan molesta y decepcionada de aquel chico que el sólo tema me molestaba.

-Chicas yo se que prometimos no ocultarnos nada, pero en realidad no quiero hablar del tema ahora, cuando llegué el momento les contaré todo ¿Está bien?.

Ellas asintieron y se marcharon, esa tarde habíamos quedado en vernos en la plaza. 
Me fui a casa y cuando llegué no había nadie, había olvidado que mi abuelo hoy iría a la casa de don Gregorio a jugar cartas, y mi abuela como siempre se quedaría en el colegio hasta tarde.

Entre y me quedé tumbada en un antiguo sofá victoriano verde oliva que estaba en la sala, traté de no pensar en nada pero era algo que simplemente no se me daba muy bien, todo iba tan bien hasta que este chico apareció de esa forma. ¿Qué será lo que quiere? —pensaba— ¿Qué pensará de mí Fabián? Y un vago recuerdo no se porque me hizo pensar en mi madre pero me esforce mucho para no darle mucha importancia si ella no lo hacía porque yo si, porque tenía que pensar en ella cuando ella decidió sacarme de su vida.