Cuando se pierde un amor, los segundos se hacen minutos, los minutos se hacen horas, las horas se hacen días, los días se hacen meses, los meses se hacen años, los años se hacen siglos y los siglos se hacen una Eternidad. Sientes que la tierra se abre y te va tragando lenta y agonizadamente hasta que llega un momento en el que prefieres la muerte y no lo que estás pasando en ese momento.
Cada segundo que pasa son como 1,000 puñaladas en el corazón mientras sientes que te desangras y no tienes a nadie quien te socorra.
Cuando se pierde un amor, te vuelves antipático, arrogante, odioso, aburrido y pierdes la noción del tiempo, se te olvida de que estas ocupando un lugar en este mundo cruel, no puedes sostenerte en tus propios pies ya que por quien luchabas tanto ya no estas a tu lado. Se te forma un nudo tan grande en la garganta que no puedes respirar, sientes como si te estuvieras ahogando en el fondo del mar, sientes que tu cabeza va a explotar pero no puedes hacer nada al respecto ya que no está a tu lado es persona tan especial en tu vidala cual en verdad nunca te quiso.