Y de repente vi su voz perderse entre las tenues manos del invierno, mi conciencia me gritaba más y cada vez más fuerte ---No la dejes ir así sin decirle nada.--- pero cuando reaccione ya no había tiempo. Sus ojos clavados en mi me miraban y me daban a entender que ella aún sentía algo por mí, el viento soplaba y soplaba y al paso del mismo mi vida se acababa, las suaves manos de la soledad me consolaban, en ese instante me llegaron aquellos recuerdos de nosotros los cuales se perdieron en el holocausto odio del tiempo.
´__’’Recordarte me hace daño, pero el no tenerte más.’’__