Fragmentos de una mente olvidada

·Dear Mary·

Me encontraba corriendo, me escabullia entre los arboles ganándome algunos razpones por el cuerpo gracias a las ramas.
No me detendria hasta estar a salvo.
Mi alquimia estaba frenetica.
No recordaba absolutamente nada.
Sólo sabia que corria peligro.

Mi respiración retumbaba a lo largo de aquel oscuro bosque.
Cada paso dolia mas que el anterior
Mis pies descalzos se cubrian con la fria tierra y esta se mezclaba con la sangre que emanaban
Un fino vestido de seda cubria mí anatomia.
Lindo y absurdo. Más nunca se me cruzo por la mente usar tal pieza.

La adentrada noche hacia escasa mi vision, por lo que entrecerraba los ojos ocasionalmente
Una brisa se convirtió en una gran ventisca y ella en un clima helado 
Que era abrazado por las finas gotas de la lluvia naciente.

Gire mi cabeza para mirar sobre mi hombro.
Aunque no logre ver mas allá de arboles que se fusionaban con la penumbra.

Acto por el cual me desoriente y caí de rodillas, no me importó demasiado
Estaba tan entumecida que dificilmente podria sentir algo.

Una luz se hizo presente entre las figuras de madera
Corri con mas fuerza para llegar a ella
Sali a la carretera con la respiracion
Entrecortada.
— ¡Alto, por favor! —grité con mis manos elevadas. 
Un auto freno frente a mi y de él, un joven salio con la mirada preocupada.

Dentro de éste, una muchacha de cabellera rubia, marcaba algo en su celular.
Deduje que era una llamada a emergencias.

—¿Te encuentras bien? — inquirió el chico de cabellos rojizos frente a mi.
Asenti torpemente, se acerco y tomo mis hombros haciendo que lo mirara fijamente—¿Te llevare al hospital mas cercano de acuerdo?

—Si... si muchas gracias — mí voz era casi inaudible.
Me guío hasta la puerta trasera de su automovil, abriendola para que asi pudiera entrar.

La chica volteo, también con una mirada preocupada, me tendió una manta que llevaba en sus piernas.
— Soy Amelia —dijo a media sonrisa —¿Quieres hablar de lo que sucedió?

Entrecerre mis ojos y ladee mi cabeza — La verdad es... que no recuerdo — baje la vista —sólo se que de un momento a otro me encontraba corriendo entre los arboles, desesperada, con miedo

—¿Alguien te seguía? — volvió a hablar el chico.
Me encogi de hombros y susurre un lo siento.

Ambos cruzaron miradas.
Carecia de capacidad para descifrarlas.
Pasaron unos minutos 
La lluvia se intensificó.
Al igual que un extraño sentimiento de ira en mi interior.

Apreté la tela entre mis manos.
Era suave.
Calida
Y para nada familiar.
Amelia me miraba de a ratos.
A veces sonreía.
A veces solo analizaba brevemente. 
— Creo que deberia reportar esto a la policia local, en caso de que estuvieras involucrada en algun ilicito — comento el moreno.

Su novia asintió, pasandole el movil ya marcado.

" —Hola.. Soy el oficial Davin McLaren de Chicago, me encuentro en la carretera 67, necesito hablar con algún oficial al mando - espero unos momentos [...]"

Amelia volvio a mirarme y me paso lo que parecia ser una galleta, amablemente la tome, y me alento con la mirada. 
Era una muchacha dulce.

Davin acomodo el móvil en su oreja nuevamente y hablo "—Si, gracias por atenderme detective, vera, vamos camino a RavenDell por la carretera 67, encontramos una chica en medio de ella, si... un momento"— me miro por el retrovisor — Podrías decirme tu nombre

Cerre mis ojos — Mary Angela Buchamp — dije mecanicamente.
De pronto mi cabeza comenzó a doler 
Deje de oir el resto.
La tomé por inercia
Y solte un gritillo alarmando a Amelia.

Entre en una vorágine de recuerdos.
Dolorosos
Turbios
Y lejanos recuerdos.
Azotaban mi mente con fiereza 
El dolor crecía y mas me retorcía en mi lugar.

"Mary" "Mary mírame" "¡Davin apúrate!" oí en un alejado tono que provenía de Amelia. 
Un grito gutural y oscuro salio de mí garganta.
Perdiendo el control de lo que sucedía.

Con la poca visión que tenía logre captar la mirada aterrada que tenia Davin en sus ojos. 
Frenó el automóvil de golpe, y tomo el brazo de Amelia.
Quien lo quitó con recelo al ver mi deplorable estado.

— ¡Aléjate Ams, sal del auto! — gritó.— !Que demonios te sucede Davin!— contraataco — ¡Mary necesita ayuda, conduce ya!

Con manos temblorosas quitó su cinturón de seguridad, alegando en voz alta que solo saliera.

— Ella esta muerta Amelia—articulo débilmente, su compañera rió incrédula — Que... 
—El oficial dijo que murió hace tres años...

Amelia giró lentamente su rostro hacia mí. 
Mi grito cesó y el dolor se fue.
Abriendole paso a la innegable y rotunda ira.
Una sonrisa de carácter cínico surco mis labios
El terror abarroto sus ojos.
Y el placer que me otorgó su sangre en mis manos mezclada con los gritos de agonía llenaron la fría noche.

 

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Editado: 29.06.2019

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