Cuando el Sol se oculta, cuando al final del día el astro se dispone a hacer su ballet con el ocaso, cuando la luz se va disipando, cuando el ruido desaparece, cuando tú respiración es el susurro de tú alma, sientes una brisa, tú cuerpo presenta una frialdad repentina, miras el cielo y el único brillo es el de la luna y las estrellas, el pensamiento es indiscutible, sabes lo que necesitas, necesitas algo tan simple como un abrazo, pero sabes que ese simple abrazo, es muy especial para ti, necesitas ese beso cálido que te satisface, ese beso que te llena de deseo, anhelas el fusionarte en una sola alma, noche de sueños que deja libre la pasión.
La esperanza llega a tú alma, cuando sientes esas manos sosteniendo las tuyas, que sin decir una palabra, te apoyan y te valoran, es ahí cuando la oscuridad no es tan mala, porque se vuelve un momento íntimo que sin necesidad de llegar a la copulación, es profundo e inigualable.