Frías intenciones

Capítulo 7: Me estoy muriendo

Eva:
Salgo de mi oficina y pido un taxi que me lleva hasta el parque donde está Oliver con Angi. Me quedo mirándolos desde lejos como juegan cariñosamente, ambos tienen los ojos verdes, claros y el pelo castaño. La pequeña me ve desde el castillo inflable y corre hacia mí abrazándome. 

—Te extrañé mucho—dice abrazándome. 

—Yo más mi niña preciosa—respondo besando su mejilla. 

—Las espero en el auto—dice Oliver pero Angi lo detiene. 

—Papá, no te vayas—dice tomándole la mano—quiero que te quedes con nosotras—exclama y Oliver se acerca y la abraza. 

—Perdóname, sí, Angi perdóname—dice abrazado de la niña—no sé como pude estar tanto tiempo lejos de ti. 

—Tomemos una foto de recuerdo—digo sacando mi celular y Angi nos abraza a ambos y tiro una selfi de los tres juntos y luego una foto de solo ellos dos.
Oliver nos lleva hasta la casa y voy hasta nuestra habitación.
Tomo el teléfono y envío las fotos a Brenda Drupel, con la nota: Oliver y la nueva familia por la que una boda fue cancelada, sé que puedes armar fuego con esa foto. 

*** 

Siento unos golpes en la puerta y abro.
—Oliver qué sucede—cuestiono aparentando inocencia. 

—Eso quiero que me digas ¿qué diablos es eso? —exclama en voz alta mostrándome en su teléfono el titular: El "incorruptible" candidato a alcalde Oliver Cromwell al parecer ya tiene hija y esposa a pesar de que ayer iba a casarse con Camila Wilson 

—Hablemos a solas—exclamo y él llama a una de las empleadas para que cuide a Angi y salgo hasta el pasillo para que vayamos a algún lugar a hablar. Él me sostiene el brazo, pero se lo arrebato con fuerza de la mano. 

—Cuidado, mucho cuidado con lo que haces—le digo y pone los ojos pequeños como muestra de que está enfadado. Entonces abre la puerta de su habitación y cierra luego de que entremos. 

—De qué quieres hablar—cuestiono sonriendo y él cierra la puerta con llave. 

—No te hagas la inocente, enviaste esas fotos nuestras y esas noticia a esa periodista de cuarta que tanto me odia. 

—Oliver eres una figura pública, tus electores deben saber quién es el hombre en el que están poniendo su confianza para que los dirija con dignidad. 

—Deja de jugar—dice pegándome a la pared y sujetando con fuerza mis brazos. 

—¡Suéltame! —exclamo. 

—No lo haré hasta que me digas por qué estás haciendo esto. Por qué volviste. 

—¡Suéltame! 

—No Eva, vas a dejar de jugar conmigo ahora o verás mi peor lado, arruinaste mi boda, ahora mi campaña, quién te contrató. 

—¡Auxilio! ¡Suéltame Oliver! ¡No me hagas daño! ¡Suéltame! —grito con fuerza para que escuchen los demás miembros de la casa y él me suelta y se aleja de mí. 

—Nunca pensé que te convertirías en este tipo de persona, eres una arpía, sabes que nunca le haría daño a una mujer. 

—A mí me lo hiciste Oliver. ¿Crees que hacer daño es solo dar un golpe? Me destruiste por completo. 

—No fue intencional, ¡Era un inmaduro y me arrepiento! —exclama—solo te pido Eva una oportunidad, no más, solo una oportunidad para enmendar mis errores, nuestra hija nos necesita. Solo dime quién te está pagando para que hagas esto. —dice pasando con suavidad una de sus manos por mi rostro pero la aparto de a golpe. 

—Te odio Oliver más que a nada en este mundo. 

—Si me odiaras tanto y si no te estuvieran pagando no estarías aquí con nuestra hija para que crezca a mi lado. —exclama y unas lágrimas empiezan a rodar por mis mejillas. 

—¿Qué sucede Eva? Solo quiero que seas sincera, dime ya que sucede. 

—Me estoy muriendo, eso sucede—digo secando mis lágrimas con fuerza—Me quedan 3 meses de vida y solo quiero que cuando muera Angi no se quede desamparada—le digo y él me mira con duda. 

—Eres joven, estás llena de vida. 

—No Oliver, no. Me estoy muriendo—exclamo con llanto prorrumpido y él hace algo que no estaba en mis planes, se acerca y me abraza, apretándome contra su pecho—Tengo un tumor cerebral en fase terminal, he visto a los mejores médicos y no hay solución, se me está acabando el tiempo. 

—No, no puede ser... 

—Tengo miedo de que nuestra hija se quede sola, sin alguien que la cuide—digo y él me abraza y me besa la frente. 

—He sido un idiota todo este tiempo. Perdóname Eva. Juro que no dejaré sola a Angi y tampoco a ti. 

—Oliver abre la puerta—exclama Will Cromwell, pues al parecer había escuchado mis gritos. —¡Oliver! —repite y Oliver seca mis lágrimas y besa mi frente, falsedad, es eso lo único que puede dar y no espero más de él, aunque reconozco que su perfume aún me embriaga y que cuando se acerca demasiado mi corazón se acelera un poco, pero no es para menos, lo que estoy haciendo pone en riesgo mi libertad e incluso hasta mi vida. 

—¡Oliver! —vuelve a exclamar el padre de Oliver y él abre la puerta. 

—¿Qué sucedió? ¿Estás bien muchacha? 

—Si, gracias—respondo limpiando mi rostro 

—Oliver vamos a mi oficina, estás haciendo cosas ilógicas, hablaremos seriamente de lo que pasó aquí—exclama enfadado el padre de Oliver. 

—Aquí no pasó nada papá y no le debo explicaciones de mis actos a nadie. 

**** 

Ya cenamos y Angi se ha dormido, es tarde en la noche. Salgo de mi cuarto con cautela y camino por el extenso corredor de la casa hasta llegar a la escalera principal que conduce al piso de abajo, las uso y sigo por el corredor hasta la última puerta, ese es el despacho de Oliver según tengo entendido. Tomo una llave de mi sostén, miro hacia todos lados y abro la puerta y entro juntándola al entrar y comienzo a colocar en las decoraciones que hay sobre el escritorio y en la parte de abajo de los cuadros minimicrófonos. Termino y justo cuando iba a salir la puerta se abre. 

—¿Eva Martínez Flovier qué estás haciendo en mi despacho? —pregunta el mismísimo Oliver parado frente a mí impidiéndome la salida
 



#3150 en Novela romántica
#993 en Chick lit

En el texto hay: secretos, amor, venganza

Editado: 01.12.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.