Vale, confieso algo antes de que abras la primera página: esta historia nació de una obsesión. Sí, así de simple. Estaba leyendo Starboy y pensé: “¿Y si la llevo a mi manera? ¿Y si le meto más comedia absurda, más humor negro, más drama adolescente y un poco de mi toque personal?”… y bueno, aquí estamos.
No esperes perfección ni cuentos de hadas. Esto no es un manual de cómo ser el novio o la novia ideal. Esto es más bien una montaña rusa narrada en primera persona donde a veces querrás abrazar a los protagonistas, otras veces querrás gritarles “¡idiotas!”, y probablemente en más de una ocasión pienses: “esto me recuerda a mi vida… pero con más desgracia y menos glamour”.
Aclaremos algo importante: los nombres de los personajes se mantienen, porque me ayudan a recordar de dónde salió esta locura. Peeero, la trama, los giros y los desastres emocionales llevan mi sello personal. Aquí vas a encontrar romance, sí, pero no de ese empalagoso que te sube el azúcar. Vas a encontrar comedia, pero de la que roza lo ridículo y lo incómodo. Y, por supuesto, humor negro, porque ¿qué es la vida sin reírse de la desgracia propia?
Prometo darte capítulos largos, divididos en partes (como si fueran temporadas dentro de una temporada), con frases al inicio que sirvan como presagio o simple recordatorio de lo jodidamente complicadas que son las relaciones humanas.
En resumen: esta no es una historia perfecta. Es humana. Es caótica. Es un “no debí haberme enamorado” convertido en más de 12 capítulos llenos de desmadre, lágrimas, risas y declaraciones que llegan tarde… como siempre pasa en la vida real.
Así que ponte cómodo, agarra algo de comer (no me hago responsable si te atragantas en las partes de comedia) y acompáñame en este viaje donde la friéndzone no es un lugar, sino un deporte extremo.
Atentamente,
IVETTE
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Editado: 25.09.2025