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—Érase una vez un niño que se perdió en el tiempo...

—Pero... ¿Eso no es algo cliché?

—Así es.

—¿Entonces porque Mark haría otra historia similar?

—No importa si la historia es similar, un escritor que usa bien las bases puedes hacer oro puro con argumentos tan comunes como esos.

—¿Cómo Midas?

—Exacto.

—Pero, ¿él no muere a causa de su poder?

—Sí, trataremos de que Mark no muera de hambre por seguir escribiendo.

—Pero solo existimos cuando nos leen, ¿Cómo lo lograremos?

—Eso depende del lector.

—¿Por qué?

—Si él lee el libro, la historia llegará a más personas.

—En ese caso, ¿nuestra aparición aquí no está impidiendo eso?

—Si lo ves de esa manera, sí.

—Entonces, deberíamos dejar de aparecernos y de hablar en la mente del lector, de esa manera acabará el libro más rápido.

—Me parece una buena respuesta. No obstante, antes de irnos, démosle un mensaje para que nos alejemos de manera más discreta.

—Creo que es una buena idea.

—Querido lector, ¿te está gustando lo que lees? Desliza la pantalla para que puedas seguir con la historia, con eso harás que Mark nos siga escribiendo. Este es el único favor que te pediremos en toda nuestra existencia. Si lo haces, estaremos eternamente agradecidos contig....

No tomes en cuenta su último comentario, si los escribo es cosa mía, no tuya. Si dejan de ser interesantes dejaré de escribirlos, así de fácil. 

Esa es la vida de los personajes escritos.

Gracias.