Capítulo XXVII: Causalidad Destinada

—¡Debemos darnos prisa en regresar al edificio Pegaso cuanto antes! —mencionó Lukk.

—¿Hay algún problema si no lo hacemos? —pregunté dudoso.

—¿No logras entenderlo? ¡Si nos quedamos más tiempo puede ocurrir algo que no debe de ocurrir! Piensa, Anthie. ¿Qué puede pasar con los Greenders si no volvemos rápido?

Con esa pregunta al aire pude entender que el personal del edificio podrían monitorearnos y descubrir que algo extraño había pasado en esta época.

—¡Deja de pensar! ¿Dónde dejaste caer la boina que te dieron? —preguntó Lukk caminando en círculos.

—¡Debería estar aquí! Sé que me arrastraste desde este punto, así que no debería estar lejos.

—Está bien, entonces debemos encontrar ambas cosas e irnos de aquí. Tú busca por la izquierda y yo lo haré por la derecha. Si encuentras tu boina o la comida que me dieron grita mi nombre, yo haré lo mismo. ¡Pero no te vayas muy lejos! —recalcó Lukk intentando que no volviésemos a separarnos.

—Entiendo, te llamaré si encuentro alguna pista.

Ambos fuimos en direcciones opuestas. Sin embargo, no pasaron ni diez minutos hasta que Lukk halló la boina.

—¡Anthie! —Gritó Lukk desde el otro extremo.

—¡¿Qué! —exclamé acercándome a lo lejos.

Una vez reunidos, él me mostró la boina y me preguntó acerca de la comida que se había perdido.

—¿Encontraste los panes?

—No. ¿Y tú?

—Si los hubiera encontrado no tendría por qué preguntarte. ¿No crees? —preguntó Lukk de forma sarcástica.

—¿Quién sabe? ¿En todo caso no deberían de haber quedado en el suelo? —mencioné buscando una razón.

—Los traje en un recipiente pequeño, Anthy, dudo que desaparecieran de la nada.

De repente, me acordé de algo que había hecho después de la aparición de Ali, entonces fui corriendo a donde me había reunido con ella y tomé el recipiente que había escondido en el pasado para traerlo a Lukk.

—Sé que sonará extraño, pero... ¿Acaso este es lo que estás buscando? —pregunté para despejar las dudas.

—¡Sí! Eso es. ¡¿Dónde lo encontraste, Anthy?! —exclamó interesado mientras habría el recipiente—. Con que aquí estaba, pensé que perdería los panes que me habían regalado. ¡Espera un momento! ¿Dónde están los panes?

—No quiero alarmarte, pero esto lo encontré cuando Ali me dejó en el pasado, como lo vi tirado en el suelo y tenía hambre me los comí. Justo cuando la estuve esperando, ya luego de un tiempo, llegaste tú.

—¡¿Me estás diciendo que te comiste los panes del futuro en el pasado?! Espera... ¿Acaso eso es posible? ¿Cómo te comes algo que aún no existe?

—No lo sé, pero si te das cuenta, pasó lo mismo con Ali. ¿No crees? —agarré sus hombros—. ¡Escucha, Lukk! Si no hubiésemos vuelto al pasado, el pasado que vimos antes de venir al futuro no existiría —tartamudeé un poco— O eso es lo que creo....

—¿Qué me estás queriendo decir?

—Que teníamos que viajar al pasado para que ese pasado fuera real, si no hubiésemos viajado... No, perdón —me disculpé mientras comprendía las cosas—, esto ya estaba escrito. ¡Esto era algo que debía pasar!

—Primero, quita tus sucias manos de mí. Segundo, eso es imposible, los panes ya habían sido creados y el que no desaparecieran es prueba de ello. Por último, según tu lógica... ¿Todo lo que ha ocurrido antes de volver ha sido porque nosotros en el futuro lo provocamos? —mencionó Lukk agarrando su cabeza en son de dolor.

—Exactamente, nuestra elección de volver al pasado ya había sido predicha, llámalo destino o como quieras, pero todo ocurrió porque volvimos al pasado, fue nuestra culpa alterarlo.

El silencio envolvió el clima por unos segundos.

—Me duele la cabeza de solo pensarlo, dejemos de hablar de ello. Al menos ya tenemos lo que necesitamos... A excepción, claro, de los panes, ya que alguien tuvo la idea de comérselos solo.

—¡No fue mi intención! En primera, el problema es tuyo por enviar a alguien del pasado a buscarme. Así que tú tienes la culpa también —dije señalándole con seriedad.

—Esto es lamentable... ¡¿Te estás excusando con un argumento tan bajo?! —exclamó con prepotencia.

—Solo digo la verdad. ¿Cómo se te ocurre involucrar a alguien que no tiene nada que ver en este viaje? —mencioné sacándoselo en cara.

—¡No quise hacerlo! ¿Bien? Solo sucedió por un fallo en los betavisores.

—¿Un fallo? —indagué dudoso.

—Aparecí en frente de ella, y ella no quiso irse. Me insistió en ayudarme a conseguir información y se me acababa el tiempo, entonces le pedí el favor para que te buscara, eso es todo.

—Entiendo más o menos lo que me quieres decir. Sin embargo, ahora que lo pienso... Nosotros salimos corriendo ¿cierto?, ¿Ali se quedó con mi "yo" del pasado no es así?

—Pues así parece, la última vez que la vimos estaba con él... Digo, contigo, tú lo entiendes —dijo Lukk medio confundido.