Todo era extraño. Mientras más pasaba por los pasillos del edificio pegaso, podía escuchar una voz vagamente que interfería con mis pensamientos, esta se volvía repetitiva y siempre decía lo mismo, como si me estuviese siguiendo durante todo el trayecto.
“Todavía tienes tiempo, te seguiré esperando…”
«¿Qué podría significar esas palabras?» «¿Para qué me quedaría tiempo?» «¿Quién me está esperando?», Eran algunas preguntas que mantenía en mis pensamientos luego de escuchar esa voz repetidas veces en mi cabeza.
¿Conocía esa voz? Sí, seguro que la conocía y no solo porque me trataba de transmitir un mensaje de confianza en un tono tranquilo y amigable, la forma en como sonaba su voz se me hacía familiar.
Era una voz dulce y agradable, aunque sonaba un poco ronca.
Sabía que la había escuchado en algún lugar, pero tengo recuerdos borrosos de eso, quizás si supiera de quién es esa voz, podría acercarme a más pistas sobre mi memoria. Quizás esta voz sea de alguien importante para mí y no me he dado cuenta hasta ahora.
De repente, oí más fuerte esa voz repitiendo lo mismo tres veces.
—Estoy aquí, ¿acaso no puedes verme...?
Observé a mi alrededor para ver que no se trataba de una broma de Lukk, pero no encontré nada.
—¿Hola...? —pregunté un poco desconcertado.
—Aún no puedes verme, ¿no? —respondió suavemente.
—¿Quién eres? ¿Te conozco de algún lugar?
—Digamos que me conoces y no me conoces por el momento, pero eso no significa que no nos conoceremos. Si nos conocimos y nos vamos a conocer, pero por el momento solo yo te conozco —tartamudeó un poco—, no te preocupes, ese momento llegará, ahora solo debes seguir con lo que estabas haciendo.
—¿Tú sabes que hice el año pasado? —pregunté curioso sobre mis dudas.
—Todos lo saben, no hay forma de que olviden esto, pero no te preocupes por ello. Todos saben que te estás esforzando mucho por nosotros, sé que lograras cambiar este destino de tiempo, solo confía en ti.
—¿De quiénes hablas? ¿Qué estoy haciendo por ustedes? Y lo más importante —agregué mientras trataba de comprender la situación en la que me encontraba—. ¿Me conocen de algún lado...?
—No puedo responderte sobre esas preguntas, si lo hago estaría interfiriendo directamente en tus acciones y por lo tanto las cambiaría por razones que no conoces. Si te cuento lo que está sucediendo la línea de tiempo cambiaría y no podrías hacer lo que siempre quisiste. Además, tú me dijiste que no te dijera el motivo, confío en tus palabras, confía en las mías también, Anth.
—¿Entonces no puedo saber nada de lo que me ha ocurrido? —pregunté dudoso de sus palabras.
—No es del todo cierto, ya tienes algunas pistas sobre eso. Quizás no puedo interferir dando información de algo que aún no ha sucedido. No obstante, puedes encontrarlas dentro de este lugar, no habrá problemas si eres tú el que encuentra la información.
—¿Y dónde puedo encontrar esa “información”?
—Eso es algo que no puedo decirte. Sin embargo, estoy muy segura de que es un lugar donde pasas mucho tiempo en estos últimos días.
—A ver, los lugares en los que más tiempo he estado estos últimos días son: la sala de comidas, mi habitación, la sala central y aquí. ¿No es así? —«seguro que las pistas estarán entre la sala de comidas y la sala central, estoy más que seguro que será así», pensé por un momento—. Es en alguno de esos lugares, ¿no es cierto?
—No puedo decírtelo, pero me agrada que seas tan inteligente como para darte cuenta de las cosas a tu alrededor. Estoy segura de que conseguirás recordar todo, bueno ya cumplí con…
Los pasos de alguien que se acercaba interrumpió lo que ella me decía y ya no pude volver escucharla, entonces pude divisar a lo lejos a quien había espantado a la voz de aquella chica con la que hablaba.
No era más ni menos que Isaac.
—Hola, Anthie. ¿Qué tal tu día libre? Veo que lo estás disfrutando recorriendo el edificio.
—Ah, sí. Trataba de saber donde estaba cada cosa para no perderme otra vez como en el primer día —me acerqué un poco más a él y agregué—. Sabes, me he estado preguntando como ocurrió el accidente, quería recordar un poco y quería saber si me puedes contar lo que me sucedió ese día de manera exacta.
—Según lo que escuché, fue que estabas en los baños y tras un descuido de mantenimiento del edificio entraste a una de las habitaciones por error. Por lo que un gran cortocircuito impactó tu cuerpo dejándote en coma durante estos siete meses. Este edificio está alejado de la ciudad por esa razón, creamos energía con unos mini reactores para abastecernos de energía y distribuirla a otros espacios de la D.O.R.P.A. Nada del otro mundo, para ser exactos.
—Entonces fue un cortocircuito lo que me dejó en coma y generó una enfermedad en mí para verme de la edad de diecinueve años a pesar de que tengo la mente de un niño de doce años, es correcto ¿no? —respondí ante las palabras de Isaac.