—Hasta que por fin te da la gana de levantarte, dormilón —dijo Lukk, mientras me sacudía incontables veces—. ¿Tuviste alguna pesadilla? Tus ojos están llenos de lágrimas ¿Qué soñaste para quedarte así? —preguntó mientras soltaba una carcajada.
—Creo que fue un buen sueño —dije mientras me secaba los restos de lágrimas de mi rostro—. Podría decir que fue demasiado extraño, pero me reencontré con alguien importante y pude hablar con una persona especial a quien no veía hace mucho, aprendí muchas cosas y al parecer olvidé otras, no sé como explicártelo todo.
—No necesito que me cuentes, con solo saber que no fue nada grave me sirve. Y bien, ¿pudiste entretenerte mientras no estuve aquí? —preguntó mientras tomaba asiento en una de las bancas que estaba al lado de la camilla.
—El cuadernillo que me diste fue interesante, había una historia muy rara sobre superpoderes y cosas así, pero nada del otro mundo. ¿Dónde lo conseguiste...?
—En uno de las habitaciones que están cerca a la tuya, creo que había unos cuantos cuadernillos más, si deseas te puedo ayudar a buscarlos, será fácil.
—¿Sin nada a cambio? —pregunté hacia ese desinterés de parte de Lukk.
—No, nada que ver. Es como agradecimiento por haberme dejado ir un rato por el edificio, tómalo como un regalo. ¿Qué dices?
—De igual manera te iba a obligar a decirme, pero acepto tu amabilidad. Y bueno, ¿dónde queda exactamente el lugar?
—Alto ahí. Tú no puedes moverte de la camilla aún, Isaac fue demasiado específico con dejarte descansar un día entero. El día de mañana te ayudaré a buscarlos, trata de descansar por el día de hoy. Igual me quedaré hasta que te duermas, hasta entonces no hagas más problemas. ¿Te parece? —aclaró mientras trataba de que no me levantara de la camilla.
—Está bien, pero promete que me llevarás luego.
—Es una promesa —Lukk se levantó para darme un estrechón de manos.
—Que así sea —Estreché su mano como señal de aceptación.
—Bien... Dejando el tema de los cuadernillos faltantes, ¿dijiste algo sobre superpoderes o algo así...? —peguntó interesado en mis palabras.
—Ah, sí. El cuadernillo tenía una historia extraña, parecía un diario o algo por el estilo sobre experimentos con habilidades extrañas, no lo sé realmente. ¿Tú sabes algo de eso?
—No que yo sepa, llegué a este lugar hace unos meses, o eso es lo que me dijo Isaac. Como sabes, no recuerdo nada de mi pasado, sería muy extraño que pudiera recordar algo así, pero… ¿Tú crees que la gente con superpoderes existe de verdad?
—Si creo o no está fuera de cuestión. Una vez pueda verificar algo que no considero real dentro de la realidad puedo decir que cualquier cosa imposible, puede hacerse realidad. Aunque, puede haber algunas excepciones.
—¿Eso es un sí? —preguntó un poco confundido.
—Creo que sí. Oye… ¿Tú que harías si pudieras levitar cosas? Cosas como… hacer flotar cosas o mover una cosa de un lado para otro, ¿qué harías si pudieras hacer eso?
—Supongo que sería épico, Anthy. Pero no creo que esas habilidades realmente existan, una cosa es hablar de viajes en el tiempo, otra es hablar de poderes sobrenaturales que existirían en la realidad. Es algo fuera de cuestión. Aunque… Ahora que lo dices, hace unos días encontré un informe sobre algo llamado “Habilidad Divergente”.
—¿Habilidad Divergente?
—Así es. Mm… Si no recuerdo mal, era algo sobre una forma de pensamiento o capacidad de crear algo sin límites. Ya sabes, materia. Lo que decía Tesla acerca del cambio que sufren las cosas, solo que esta vez, sería algo creado desde el inconsciente y traído a la realidad que presenciamos en el día a día.
—¿Tienes el informe aún? ¿Dónde lo encontraste?
—Si me das unos minutos puedo traerlo de mi cuarto. ¿Y dónde lo encontré? Un ilusionista no revela sus secretos, fracasaría como uno si te dijera todo lo que he hallado durante mi estadía aquí.
—A veces esa faceta tuya no me agrada, no sé si estás jugando o hablas en serio. Ah, como sea. Ve a traerlo, por favor. Te espero aquí —mencioné mientras veía como Lukk se retiraba del cuarto.
No pasaron ni diez minutos, cuando volvió con un sobre que tenía un montón de documentos e informes sobre aquella “Habilidad Divergente”.
—Aquí lo tengo. Lo prometido es deuda, aunque no sé para qué te sirva, por más que trato de terminar de leer eso, hay cosas que no logro comprender, algunas partes están en otro idioma.
—No te preocupes, agradezco tu intención. ¿Podría leerlo ya...? —estiré mis manos para recibir el informe.
—Claro, tómalo —entregó el informe en mis manos—. No trates de forzarte demasiado, yo tampoco lo entendí a la primera, me tomó casi siete horas tratar de entender las cosas que estaban escritas ahí, pero aun así no lo pude entender completamente.
Con esas últimas palabras, empecé a leer en voz alta el gran sobre con documentos variados en su interior. Aquel informe estaba completo de información relacionada con el primer espécimen de prueba, del cual se relataba en el cuadernillo que me dio Lukk.