Connor
Fui a la fiesta porque necesitaba irme de allí, escapar de alguna manera de aquella casa.
Trent era el que montaba la fiesta y básicamente estaba obligado a ir o me mataría por no hacerlo.
Me enteré de que Trent había invitado a muchas chicas buenas y eso sí que no me lo perdería por nada del mundo.
Aunque en mi cabeza solo resonase una chica. Aquella maldita chica nueva.
Estaba haciendo algo en mí tan inesperado que ni yo mismo lo creía posible.
Antes de salir por la puerta de mi casa mi móvil sonó.
¿Estás libre hoy?
Yo rodé los ojos.
Hoy me quedo en casa Dana.
Apagué el móvil y fui camino a la fiesta. Por el camino no pude dejar de pensar en ella. ¿Acaso era bruja y me había hechizado?
Solo deseaba verla esta noche. Por primera vez en mi vida pensaba en una chica de una manera que no fuese por simple atracción física.
Entonces cuando llegué al porche la vi entrar.
Estaba preciosa, ese vestido negro le quedaba como la seda, era apretado y dejaba ver cada curva y cada línea de su cuerpo. Era sencillo, pero ella también era una chica sencilla.
Siempre estuve con chicas mucho más esbeltas y sobre todo mucho más atractivas que ella, pero ella tenía algo que me llamaba la atención y que me volvía loco.
Ella era pequeña a mi lado, pero tenía en comparación unas piernas bastante largas y con esas botas de tacón que le llegaban casi a la rodilla ganaba unos cuantos centímetros.
Me quedé embobado durante unos segundos hasta que decidí entrar.
—Menos mal que has venido tío—dijo Trent que tenía bebidas en sus manos y Becca lo acompañaba.
—Te dije que vendría y aquí estoy—abrí mis brazos mientras sonreía—¿Sabéis dónde está mi hermana?
—Estaba afuera—señaló el jardín mientras yo asentía.
Me dirigí hasta el jardín trasero y, mierda, allí estaba. Estaba hablando con Hugo, mi mejor amigo.
Me puse celoso en aquel momento, no lo voy a negar. Me puse muy celoso, ¿ella y mi mejor amigo?
Agité la cabeza y conseguí ver a mi hermana a lo lejos con Adrien y me dirigí hasta ellos.
—¡Connor! —exclamó ella con ímpetu.
—Me quieres para lo que te interesa hermanita—sonreí—¿Qué tal Adrien? Cuidadito que es mi hermana—le advertí.
—Tranquilo tío, está todo bien. ¿Has visto a la nueva? —dijo mientras abría los ojos.
En aquel momento sentí la ira recorrer mi cuerpo sin ninguna razón aparente porque yo solía hacer los mismos comentarios de las chicas, aunque de cierta manera no me gustaba que lo dijese de ella.
—¡Adrien! —mi hermana le dio un leve golpe en el hombro haciendo que levantase las manos en son de paz—Es mi nueva mejor amiga.
¿Su nueva ¡Qué!? Me quedé impactado en aquel instante.
—Si claro—agaché mi cabeza—Mamá me ha dicho que no llegues tarde hoy que llevas unos días que apenas pasas por casa—dije a mi hermana.
—Claro hermanito—me copió.
Yo salí de allí y me quedé observándoles desde la distancia, vi como llegaban todos y vi desaparecer a Oliva y a Hugo así que los seguí.
Vi cómo bailaban juntos y la sangre hervía en mí y no podía no hacer nada al respecto. Sí, era un ataque de celos.
Pero no podía ver aquella escenita ante mis ojos sabiendo que ese era mi mejor amigo desde la infancia.
Me estaba aguantando las ganas de golpearle la cara incluso, pero no lo hice. Justo en el momento en el que estaban muy pegados no pude aguantar más y me dirigí hasta ella para agarrarla del brazo y llevarla hasta una habitación.
Olivia
—¿Qué haces Olivia? —preguntó muy seriamente. Parecía dolido, ¿pero de qué? Él y yo apenas nos conocíamos.
Connor estaba realmente atractivo esa noche. Llevaba una camiseta negra de mangas cortas en la que dejaban ver más tatuajes en sus brazos y sus increíbles brazos musculosos. También llevaba unos vaqueros un poco holgados y rotos.
—No sé— crucé mis brazos por debajo de mi pecho—Dímelo tú, ¿para qué me has traído a esta habitación? —me quedé pensando una cosa <<Olivia>>— Y... ¿cómo sabes mi nombre, nunca te lo he dicho?
—Eres la mejor amiga de mi hermana, ha dicho tu nombre millones de veces desde que llegaste. No soy como tú y ando espiando a la gente—recriminó—Si crees que soy como tú te equivocas.
<<Eso me dolió>>
—¿Para qué me has traído? No evadas mi pregunta.
—¿Qué haces tú aquí? No deberías haber venido a una fiesta como esta, más bien, no deberías ni beber.
—¿Por qué no quieres responder a mis preguntas? —pregunté.
—Porque quiero que tú me respondas primero.
Esta conversación no iba hacia ningún lado, era completamente absurda. Estaba comenzando a desesperarme.
—He venido a pasar un buen rato, eso es todo Connor—dije su nombre.
—¿Sabes mi nombre? ¿Has estado preguntado por mí? — esbozó una leve sonrisa mientras abría sus ojos al escuchar su nombre salir por mi boca.
—No, yo solo... Hugo me lo dijo. Tu amigo es bastante apuesto ¿sabes? —cambié de tema— Si no me hubieras traído hasta aquí seguramente me lo estaría pasando mejor allí abajo con él.
—¿Qué te ocurre? ¿Has bebido algo? ¿Estás borracha?
—No, solo he dado dos tragos a una cerveza. La pregunta me ofende, estoy lo suficientemente sobria.
—Ven te llevaré a casa— dijo agarrándome del brazo para intentar llevarme hasta la puerta.
¿Qué le ocurría y por qué estaba montando todo este numerito?
—No—dije en seco—Quiero quedarme aquí y disfrutar. Nunca antes había estado en una fiesta y no quiero irme tan pronto—dije apartando su mano de mi brazo.
Connor se quedó mirando fijamente como aparté su mano de mi brazo. Su mirada subió lentamente mientras ensanchaba una sonrisa hasta encontrarse con los míos y no pude evitar quedarme embobada mirándolo para luego bajar la mirada examinándolo por completo.