Fruto del destino

Capítulo 16: Lo que deja el mar

Olivia

Sentí como la brisa marina rozaba suavemente mi cara y hacía a un lado mi pelo largo dejando a la vista mi rostro. Mi mirada estaba puesta en Connor y me quedé atónita en ella.

Comenzamos a desvestirnos hasta quedarnos en ropa interior. Yo llevaba un vestido de color verde oscuro que resaltaba con mis ojos y con los suyos. Lo dejé caer suavemente en la arena. Entrelazamos nuestras manos.

—A la cuenta de tres.

—A la cuenta de tres—asentí.

—1...

—2...

—3...

Comenzamos a correr, lo hacía junto a él. Me sentía libre a su lado, corrimos tan rápido hasta introducirnos en el mar por completo. El agua estaba fría y todo mi cuerpo se congeló en ese momento. Comencé a tiritar y me sumergí bajo el agua. Cuando salí, tenía a Connor parado justo enfrente de mí, sus ojos estaban quietos en mi mirada. Yo me acerqué hasta él para posar suavemente mis brazos en sus hombros para estar más cerca de él. Connor agarró mi cintura haciendo que mis piernas se posaran en su cintura mientras nuestra mirada estaba fija.

El silencio inundó el momento, pero no hacían falta palabras.

Yo aparté su pelo mojado de su rostro para observarlo mejor. De nuevo sentí como las mariposas inundaban mi estómago, era instantáneo lo que este chico me hacía sentir.

—Ahora creo que me gusta más el mar— añadí.

—¿Sí? Pues yo creo que me pasa todo lo contrario.

Me separé de él al instante y le tiré un poco de agua en la cara—Eres un idiota— dije mientras me reía en tono burlesco.

—Lo sé, pero soy un idiota con buen gusto.

Mi mirada se quedó paralizada en la suya y sentía como mi corazón se había parado en ese instante—¿Sabes? Al principio creí que eras un chico sin sentimientos.

—Y lo soy…— hubo un silencio en el que no nos dejábamos de mirar—Tú sacas mi lado tierno y a veces me asusto de mí mismo.

—Pues ese lado me gusta— dije golpeándole en el hombro.

Connor se rio—Antes de conocerte todo esto del amor me hubiese parecido una estupidez.

—¿Por qué? — pregunté interesada.

—Porque nadie había roto mis esquemas. Yo antes me dedicaba a salir con las chicas y sin quererlo les hacía daño porque ellas comenzaban a sentir algo que yo no podía.

—¿Nunca te has enamorado?

—No.

—¿Eres un chico sin sentimientos? — no pude evitar reírme—¿Eras como los malotes de la historia?

—No me vuelvas a llamar así.

—¿Así cómo? ¿Chico sin sentimientos? — le desafié.

—Sí, o prefieres que yo te llame Olivia Rose Shields— dijo mientras se reía de mi nombre.

—¿Cómo lo sabes?

—Te dije que le había caído bien a tu madre— dijo alzando las manos mientras se reía.

—No es gracioso, mi madre era muy fan de Titanic.

—Claro, Olivia Rose Shields—me desafió.

Yo le miré con mala cara—¿Y qué hay de Dana? Dijiste que nunca te habías enamorado— intenté volver al tema.

—Yo prefiero no hablar de ella. Es un tema muy complicado.

Yo me quedé en silencio, quería saber toda la historia, pero sabía que no debía preguntar más, puede que sea ese el problema que le atormente y no quiero reabrir una herida que aún no está curada.

Prefería centrarme en un nosotros.

—¿Y tú? ¿Te has enamorado alguna vez? —preguntó.

Me detuve un tiempo a pensar—Puede...

Quería darle dramatismo al asunto.

—¿Como que puede? — preguntó confuso—Tiene que ser una respuesta clara si sabes de tus sentimientos. No puedes no saber qué es lo que sientes.

—¿Y si realmente no sé lo que siento?

Mi vida estaba dando tantos cambios de repente que no me había parado a pensar realmente lo que sentía, tenía claro de que Connor me gustaba y bastante, pero no sabía que sentía hacia él.

¿Atracción? ¿Amor? ¿Cariño? Estaba realmente confusa.

—Pues, escucha lo que te diga tu corazón...

—¿Y si lo que escucho es intermitente? — me quedé pensante—Quiero decir...que a veces siento como si estuviera enamorada y otras como si todo mi odio se fuera en ello.

—Eso significa que realmente estás en un proceso complicado— dijo mientras me tocaba el rostro—Y yo puedo ayudarte con eso si quieres.

—¿Entonces puedes ayudarme a saber si realmente estoy enamorada de un personaje literario? —dije mientras soltaba una risa.

Connor me miró fija e intensamente.

—¡No es broma!, siento como si me enamorase de cada uno de ellos, pero luego siento como si me dieran una patada en el corazón cuando hacen algo que no deben y cuando piensas que esas personas ni siquiera existen, que no son reales—comencé a reírme—En serio, no sabes lo que se siente, te deja un gran vacío en el corazón.

—Estás loca.

—Lo sé— dije imitándole—Pero está loca te gusta.

Connor me tiró agua a la cara de repente y comenzamos una guerra en el mar. El agua salpicaba nuestros rostros mientras nos reíamos. Cuando paramos estábamos los dos de pie mirándonos fijamente el uno al otro, sin decir absolutamente nada dejando que el silencio invadiera el lugar. Connor se acercó bruscamente hacia mí hasta estampar sus labios contra los míos, no dejaba de sorprenderme con sus besos, eran cálidos y suaves pero intensos a la vez, era una sensación indescriptible. Él posaba suavemente su mano en mi rostro. Y nos separamos del beso. Yo estaba un poco en shock.

—¿A qué ha venido eso?

—Necesitaba callarte de alguna manera, estás aprendiendo a ser como yo y eso no te lo permito.

—¿Y si quiero ser como tú?

—Como quién, ¿cómo una persona que no sabe qué siente, a la que sus padres le han estropeado su futuro y que eligen toda su vida por él?

Me quedé paralizada ante eso, no me lo esperaba—Lo siento...siempre meto la pata— no sabía qué decir—Si te sirve de consuelo mi vida también es una mierda.

—La vida es una mierda en sí si no hay nadie que sepa enseñarte que no lo es, solo necesitas a la persona correcta para que te enseñe y te guíe en el camino para que no te desvíes.




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