CAPÍTULO 2 PARTE 6: "EL ADIÓS A TOOTZY"

A todo esto , la espesa nebulosa hollín, que hacía irreconocible el aire y dificultosa la visión, se había esfumado por completo. Miramos hacia todos lados, no obstante, no conseguíamos dar con el felino. Hasta que, la caída aparatosa de los metales... descubrió al intruso . ¡ Tootzy ¡  _ chilló la niña, corriendo rumbo al felino, mientras las gotitas de un invernal rocío, morían entre sus afilados bigotes .

_ ¡Es él!, ¡Es él! _exclamó la chiquilla con una pincelada sonrisa. Me alegré por ella. Estaba completamente empapado y tiritaba de frío.

Dey lo palpó con sus dedos. Una rubí y sepulcral llovizna, fluyó vigorosamente de entre su vientre. La niña, pensó lo peor. Fue en ese preciso instante, que Tootzy lamió la triste y dulce carita de su dueña por última vez. Luego, en su agonía, me clavó fijamente sus dos azules noches de invierno, y susurró estas lacónicas palabras: “ Cuídala bien, amigo mío “.

Acto seguido, estiró sus patitas, y encomendó su corazón a Dios. La niña, lloró desconsoladamente durante aquellos instantes. Quise consolarla, pero su silencio fue más poderoso que las palabras.

Entonces, cogió los restos del felino, y arrancándose de un tirón, parte de su vestido, envolvió el vientre de Tootzy . Y, en un simbólico saludo de amor eterno, besó su cabecita de mortadela, por última vez. En ese preciso instante, sopló un frío desgarrador... y el gatito se desvaneció como la fragancia del último beso de la rosa .