_ ¡Acepto el desafío!_ exclamé, a los cuatro vientos.
DEM: _ ¡Estás loco de remate! ¡Cabeza de balón N° 5 !
_ ¿Quién podrá con esa fruta estilo rascacielos...?_ interpeló Huesitos.
_ PEPE LUIGGI:_¡No es problema mío!_ profirió Calvito, cruzado de brazos, con un infinito desdén sobre sus enormes ojos saltones como vaca asustada.
DEM: (Viendo como la solución, se hallaba al alcance de los dedos, me abordó y me dijo): _ Mira, Redondín... ¿alguna vez has comido un fruto así de grande...?_ examinó Demettrio, con ojos de huevo tibio.
CACHITO: _ ¡Nooo! ¡Jamás! ¡Pero amo los desafíos!_ exclamé extasiado de alegría.
DEM: _ ¿Qué dices?
DEM: _ ¿Le entras o no...?
CACHITO: _ ¡Hecho! ¡Pero como premio, me quedaré con tu soda y todo lo que pediste!
DEM: _ ¡Acepto!_ añadió Huesitos, mientras yo, me preparaba para la gran hazaña. Acto seguido, tras rebotar un par de veces contra el piso, volé por los aires como un atleta, para finalmente, encestar la fruta entre mis dientes, al mejor estilo de Michael Jordan. La devoré como un caníbal. En un abrir y cerrar de ojos. Ante la atónita mirada de Pepe Luiggi, quien no pudo dar crédito a lo que vio. En ese preciso instante, tras escupir el carozo, caí con la potencia de un gigantesco meteoro desde lo alto.
Acto seguido, Dem, corrió en mi auxilio, para evitar que me golpeara con violencia, pero no sirvió... ya que, acabé por estrellarme, cual bola de demolición contra los coloridos mozaicos, haciéndole un gigantesco agujero al piso. En tanto, a don Pepe, le salía humo por las orejas, como una ardiente tetera de fuego en pleno estado de ebullición.
Luego, Dem, me ayudó a subir... y comencé a desinflarme mientras subía, y... tras disparar algunos gasesitos al aire, con el poder de adormecer una docena de elefantes, salté de inmediato a la superficie.
A renglón seguido, Huesitos, cubrió su nariz con el puño derecho, en tanto el travieso pastelero, ocultó su narizota de berenjena en el interior de su gorro.