Todos los días son iguales excepto los fines de semana, para el gran y exitoso señor Cristhofer De La Rosa.
Sus días inician con un buen entrenamiento en el gimnasio de su departamento, luego un buen desayuno y después una jornada en la empresa llena de juntas, llamadas extensas con clientes, socios y proveedores internacionales, para terminar en la noche de nuevo entrenando en su departamento. Pero las noche de los fines se reúne Francys Millán, una socia (y la mujeres más deseada según las revistas de chismes de New York) que llena su cama (o la cama de la habitación que se encuentra al otro lado del departamento) todos los fines de semana.
Pero el empresario no sabe que todo cambia cuando elije el nuevo restaurante que ha comprado para cenar con francys, que su vida cambiará por completo.
Después de ese día solo pensará en unos ojos tan azules como el mar, pecas exparcidas por el rostro tallado por los ángeles y una melena larga azabache.