Sirin
Abro un poco la mirada para enfocar mejor pues el cansancio que llevo acumulado no se compara con el de ninguno. Y todo por las pesadillas, las cuales no han cesado en lo más mínimo. El único avance que he logrado tener a través de los años, ha sido el poder despertarme sola. Los últimos meses estas han ido aumentando, volviendo a ser tan frecuentes como al inicio de estas. Además de que la situación en la que estaba no ayudaba. Los ataques de pánico también han aumentado.
Enciendo mi teléfono para comprobar en que día estoy.
Lunes, 15 de febrero, 19:47
Llevo desde el viernes por la noche sin salir de mi cuarto. La habitación esta hecha un desastre, no he permitido que nadie entrase. Rossana es la única que he dejado pasar y solamente porque me traía la comida además de asegurarse de que siguiera viva. No necesitaba nada, mi cuarto ocupaba toda un ala de nuestra casa, tenia incluso una especie de alacena en la que tenia toda clase de snacks, chocolatinas y bebidas. Había perdido la noción del tiempo al tener todo a oscuras. Intento salir de la cama, pero me es imposible, vuelvo a ordenar a mi cuerpo que se mueva, pero este no me obedece. Siento la humedad en mis mejillas. Lágrimas caen lentamente por mis mejillas, dejándome tan débil, tan frágil que siento que cualquier movimiento que haga me dejara rota.
***
Miro mis dedos arrugados, otra vez perdí la noción del tiempo. Después de un tiempo de agonía en el cual no tenia control sobre mi cuerpo conseguí levantarme y meterme en la ducha. Ya no se ni cuanto tiempo llevo sentada bajo la lluvia que caía del techo, deducía que mucho tiempo ya que mi piel estaba roja por la temperatura que tenía el agua. Me envolví en un albornoz y salí. No me moleste en vestirme ya que el olor a comida llamó mi atención, salgo a la sala que forma parte de mi habitación encontrándome con un plato de raviolis de espinacas y ricotta junto a un vaso de zumo de remolacha. Oigo como me suena el teléfono, no le presto mucha atención pero al ver que este no para lo decido coger. No reconozco el numero
-Dime
-¿Cómo estas?- reconozco la voz de Alessandro. Sonrió recostándome en el sofá.
- Lo normal
- ¿Lo normal normal, o tu normal?
- Sabes, cuando empezó no se dio cuenta nadie- ignoro su pregunta- pero tu lo sabias, de alguna manera u otra. Incluso me dejabas jugar a peinarte, aunque tu odiabas que te tocasen el pelo.
- Hasta que te desmayaste y nos asustases a todos. Pasamos la noche entera en urgencias, no despertabas. Al final se dieron cuenta de lo que te pasaba. Lo que nos paso desencadeno una serie de consecuencias, pero en ti...
-Trastorno de pánico- Termino por él.
-Pensaba que lo tenías controlado
-Eso mismo pensaba yo, hasta que hace unos meses volvió todo. Las pesadillas y los ataques cada vez son más frecuentes, cada vez que ocurren me dejan exhausta.
- ¿Por eso no contestabas?
-Si. Llevo unos días malos ¿De dónde has sacado mi número?
-Enrique. Sabes, soy incapaz de ocultarle algo, aparte de que la Tía le ha dicho que estamos en la misma clase, por lo que el unió las piezas. ¿Quieres contarme que ha sido esta vez?
-No lo sé, ni si quiera me acuerdo bien de lo que hice el viernes. Gracias por llamar- de echo había sido el único, de Mai lo entendía ella tenia muchas responsabilidades, pero Luke desde que se fue el viernes no he sabido nada de él. Simplemente desapareció.
-No hay de que, mejórate que tienes mucho que hacer, señorita Fares. Buona Notte.
-Itsbah a la gir- le respondo en árabe, para después colgar.
Me vuelvo a fijar en la pantalla de mi móvil.
Lunes, 15 de febrero, 23:17.
Estoy terminando de comer cuando la puerta se abre dejando ver a mama. Se queda en la puerta mirándome. Se que quiere decir algo. Pero no le sale, así es ella.
-¿Desde cuanto en esta casa se cena sola?- esa era su manera de decir. He vuelto tan pronto como supe lo que pasaba, estoy preocupada o cualquier cosa. Se mete a mi vestidor para salir con un set de pijama. - ¿Te apetece ver una película o una serie corta?
No creo que pueda dormir por lo que asiento a modo de respuesta
-Voy a pedirle a Rossana que haga palomitas, me cambio y bajo.
Vacila al irse, quiere decir algo, pero no se siente capaz. Al voltearse me fijo en que sus ojos están rojos. Toma asiento junto a mi y me coge ambas manos.
-Siento todo lo que esta pasando, pero sabes que es necesario- suelta un suspiro antes de seguir- Se que no soy la madre que os merecéis, ni si quiera se mostrar lo que siento sin que me cueste la vida, pero no me apartéis de vuestras vidas- ¿sabrá la verdad de lo que pasó? como si me leyese la mente sigue- podríais habérmelo dicho y no enterarme por parte de Padre
- ¿Estas enfadada por habértelo ocultado?
- No. Es culpa mía y de vuestro padre, cada vez que las cosas se ponían feas os intentábamos ocultar los problemas. Os hemos intentado proteger tanto que esto se ha convertido en una jaula de cristal, yo siempre me he estado enfocando tanto en mi carrera durante esto que se me ha olvidado que antes de todo soy madre. No sabes lo que me gustaría poder abrirme como tu padre hace, pero no puedo, por la rigidez y el protocolo con el que fui criada me hace esto mucho mas duro de lo que en si ya es. ¿Me perdonas por no ser una madre en condiciones? - me abraza y se que eso es un gran esfuerzo para ella, sentarse y abrirse así le hace sentir vulnerable. Al final yo no era tan diferente.
- Claro mama.
***
Miércoles, 17 de febrero, 23:43.
-No preguntes, limítate a sonreír
-Sigue sin parecerme bien esto- masculla Sam a mi espalda- Te digo que me las puedo apañar solo.
- ¿Por eso te han tumbado la partida del domingo? -me giro para encararlo- Admite de una vez que no puedes llevar esto solo, o vas a acabar como tu padre por orgulloso. Omar no está aquí para salvarte el culo, por lo que cállate y deja que me encargue.
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Editado: 02.03.2021