《fuego vs Hielo》

Capítulo 3.

Preparo mis músculos  para el entrenamiento ya que Samuel, aunque sea mi hermano, me la pone muy difícil. 

Apenas la semana que pasó, parecía un moretón viviente ya que por la falta de concentración fui un punto fácil para él, y no es porque él sea malo.

Soy la única hija mujer, mis padres tienden a protegerme con los entrenamientos. Samy, él sabe que me puedo defender sola. Así que no me trata como si fuera una muñeca de porcelana a punto de romperse. Lo único con lo que es protector es con respecto a Chicos, debería ser al revés, pero solo me queda restarle importancia.

Ya en posiciones de combate, cada uno a unos metros de distancia, empezamos a correr evitando los ataques del otro. Samuel es muy bueno con la fuerza ya que el practico artes marciales, pero yo soy buena con el hielo, se un poco de lucha ya que tenía que aprender a defenderme.

Comienzo arrojando dagas de hielo, cada una sincronizadas. Corriendo atrás del hielo para que no me vea, saco un poco la cabeza de mi escondite para ver dónde está.

Recorriendo con la mirada cada parte campo, Hasta que siento a alguien atrás de mi, volteo rápido-.Mala idea.- Ya que mi hermano, me lanza una patada por la costilla.

Jadeo en un intento de encontrar aire, no me deja reponerme, porque con hielo me lanza a unos metros. Tirada en el piso trató de recobrar la postura de ataque.

—Pensé que sería más difícil, hermanita. —Me grita a lo lejos, se lo que está haciendo. Le gusta hacerme eso, le gusta explotarme y retarme, sabiendo que no me rindo fácil y saco mi potencial cuando me retan. 

Esto es Guerra hermanito. Pienso.

Corro lo más que puedo hacia donde él está. Samuel imita mi movimiento, a solo unos pocos pasos de distancia lanzando escarcha a sus ojos para que le sea imposible ver. 
   Buscándome por todos lados, lo agarró desprevenido lanzando una patada a la rodilla haciendo que se doble, después un Jab que va directo a su mejilla.

 Retrocediendo varios pasos para lanzarle varias dagas de hielo, ya en posición de ataque crea un escudo, que cuando mis dagas chocan contra él, se rompe en muchos pedazos.

Alza la mano en mi dirección, cuando pequeños hielos vienen a donde estoy convertida en unas shuriken, tratando de esquivar las tres que me lanzó, doy un salto mortal hacia atrás para evitar la primera. La segunda, me inclino hacia atrás arqueando la espalda con los dos pies y las manos en el aire por unos segundo. La tercera, se clava en mi brazo, sintiendo el ardor miro a mi hermano que solo me da una mirada burlona.

—Imbécil, eso dejará marcas. — Le grito.

—Aprende a pelear, bebita. —Grita el riendo.

Corro hacia él tratando de evitar cada uno de las dagas que me lanza. Corriendo en zic zac y con una Katana de hielo en mis manos le hago un pequeño corte en su costilla. Impresionado por lo que acabo de Hacer, baja la vista hacia su costilla y ve que un hilo de sangre ce en la nieve haciendo que esta se tiñe de rojo.

—Estas muerta, hermana. — Hablas él.

Sin previo aviso se levanta y me lanza un  High Kick, aturdida por el fuerte golpe me tambaleo hacia atrás. Sam aprovecha y me da una Hook Kick haciendo que unas pequeñas gotas de sangre cayeran de mi nariz.

Ya cansada le lanzó varias shuriken con saltos mortales hacia atrás las esquiva fácilmente excepto la quinta que le rozó la mejilla haciendo un pequeño corte. Empezando a correr de nuevo para ataca, mas  una voz nos interrumpe cuando estábamos a punto de volver a pelear.

—Sam y Leila venga, los necesito por favor. — La voz autoritaria de mi abuela. La actual reina del hielo, se hizo presente en el salon de entrenamiento. 

Para no caminar tanto, ya que el campo de batalla quedaba a 3 patios del castillo, solo nos tuvimos que agarrar de la mano y el teletransportanos. Ya ahí vemos a nuestra abuela sentada en la mesa para té con varias delicias situadas en la mesa.

—Hola, abuela. — Hablamos Sam y yo al unísono.

—Hola mis niños ¿Cuando será el día que vengan primero a saludar?— Dice ella mirando reprobatoriamente. Desde que tengo memoria, la nueva a decir verdad, el campo de entrenamiento es en lo único que pienso, muy pocas veces visito los otros pasillo o a mi abuela. 

—Lo siento, pero sabes que tengo que estar lista. —hable sentándome y agarrando un vaso de chocolate caliente.

— Yo tengo que hacer lo que la niña dice, abuela. —dice mi hermano echándome la culpa.

—Eres un mentiroso, imbécil.

—Ya entendí, la próxima primero vayan primero a saludar a su querida abuela ¿si?—solo nos queda decir un ligero okay de parte de Sam y mío. — Leila cariño, te van a salir canas de todo los colores eres una adolescente diviértete, sal con chicos...— habla ella hasta que Sam la interrumpe.

—No no y no, todo menos chicos. —habla como todo un hermano sobreprotector.

—Como seguía diciendo, antes de que tu hermano me interrumpiera. —Le lanza una mirada a Sam y se regresa a mí. — Estarás lista, lo sé, además tienes a tu hermano y tus padres no te dejarán sola e igual que yo y las reinas antepasadas.



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En el texto hay: traicion, guerra, hielo

Editado: 03.09.2018

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