—¿Por qué me llamas a esta hora? —pregunto con curiosidad
—Porque te extraño. Extraño sentir tu cuerpo contra el mío. Extraño tus hermosos y delicados labios. Extraño hacerte mia y solamente mia —confiesa con voz ronca
—Que pena porque hoy me acosté con Noah y lo hace mejor que tu —menciono con orgullo
Era una gran mentira pero de una manera u otra tenía que molesta a este hombre.
En la línea se escucha una risa casi burlona.
—Eso no te lo crees ni tu misma, apuesto a que ni te pudiste correr porque estabas pensando en mi todo el tiempo —escucho como dice
Y todo era verdad, cada palabra que él decía era verdad.
—¿Acaso dije la verdad? —pregunta cuando nota que me había quedado callada
—Si —confieso sintiéndome estúpida
—No te preocupes, yo te puedo ayudar —susurra lo último
—¿Cómo? —cuestiono
—Pon una de tus manos sobre tu precioso coño y comienza a tocarte para mi —me dice
Estúpidamente, hago lo que él dice.
—Imagínate que soy yo quien te está tocando ahora mismo. Que soy quien esta acariciandote. Comienza a acariciar tu cl*toris con suavidad —susurra
Comienzo a seguir sus direcciones y cierro mis ojos en placer mordiéndome el labio inferior.
—Ahora, introduce uno de tus dedos en tu interior y comienza a moverlo como yo lo haría —sigue diciéndome y yo sigo obedeciéndolo
Comienzo a gemir sin ser muy escandalosa ya que no quería levantar a Noah.
—Ah Maximiliano —gimo su nombre y de repente escucho sus roncos gemidos
—¿Te estás tocando igual que yo? —pregunto introduciéndome otro dedo comenzando a moverlos de manera rápida y precisa
—¿Qué esperabas? Eres jodidamente caliente Camila y escucharte gemir por el teléfono no es muy decente que digamos —responde
Río traviesamente y decido llevar la conversación a otro nivel.
Oprimo el botón de cámara.
—Enséñame lo que causo —le digo mirando como no esta desnudo en la cámara
Me enseña su grande v*rga.
—Esto es lo que me provocas hermosa —comienza acariciarse a si mismo
Sigo masturbándome y aún más cuando le veo gemir. Me encantaba saber que yo era quién provocaba todo eso y más. Yo era la dueña de sus deseos y sus placeres.
Dentro de poco, ambos comenzamos a corrernos casi a la vez y me muerdo el labio inferior para no provocar mucho ruido.
Escucho un sonido lo cual me alarmo.
—Me tengo que ir —digo con rapidez y cuelgo la llamada
Salgo del baño y observo a Noah atrás de la puerta.
—No lo puedo creer —él comienza a negar
—¿Cuánto habías escuchado? —pregunto apenada
—Todo, literalmente lo he escuchado todo —confiesa con rabia
—Lo siento Noah, tu no te mereces esto —comienzo a decir
—¡Camila yo gusto de ti! ¿Quién es él? ¿Por qué hiciste esto? —pregunta triste
Decido decirle la verdad por primera vez iba a hablar con alguien sobre esto.
—Él es el prometido de mi hermana —le digo con seriedad
—Tu estas jodidamente loca Camila, yo me voy de aquí—se gira para dirigirse a mi habitación
—¡Espera! ¡Déjame explicar! —corro detrás de él
—¿Qué razón me vas a dar? A mi no me importa yo, a mi quien me importa es tu hermana que esta siendo la víctima ahora mismo en esta situación —comenta mientras que se pone la ropa con rapidez
—Espera, déjame explicar por favor —pido con seriedad sentándome en mi cama
Se calma y se sienta enfrente de mi en una silla que tenía en mi habitación.
—Explícame —me dice
Tomo una respiración preparada para contarle todo.
—A mi me gusta el prometido de mi hermana Maximiliano y yo sé que nada puede justificar lo que le estamos haciendo a mi hermana pero yo lo había conocido primero en el bar que trabajaba. Él estaba muy ebrio y le hice el favor de llevarlo a casa pero nos acostamos. Dos años pasan y él vuelve como el prometido de mi hermana pero el deseo aún sigue ahí. Y yo no puedo dejarlo, se me hace difícil —comienzo a sollozar de rabia
Él no dice nada más se queda serio.
—Yo no voy a saber como tu te sientes pero tienes que saber que esto no está bien —me dice
—¡Lo sé! —contesto poniéndome de pie —¿Acaso no crees que el sentimiento de culpa no me está matando?
—¿Y por qué él no deja a tu hermana o porqué tu no lo dejas a él? —cuestiona poniéndose de pie también
—No lo sé, tal vez él no siente lo mismo por mi —bajo la cabeza —Y yo no sé porque no lo puedo dejar tal vez y hasta esté enamorada de él, no sé —digo con desesperación
—Bueno, hasta que tu no tengas tu mierda clara. No me incluyes en tu vida y en ello. Me voy —es lo último que dice antes de irse por la puerta y dejarme sola
Comienzo a llorar en la cama pensando en todo lo que estaba sucediendo.
Comprendía del porque Noah se había ido, joder hasta yo me hubiese ido si yo estuviese en la posición de Noah.
Soy un desorden y de un desorden, tengo el presentimiento de que pasaré a ser una chica rota.