Estaba deambulando por ahí sin nada que hacer. — ¡Oye Dan, espérame! — el rubio frunció el ceño y pasó de él, en las vacaciones se había propuesto mejorar e ignorar a todos aquellos que intentaban distraerlo como lo era Derian. —-¿Oye por qué pasas de mí? — Dan decidió quedarse justo en ese lugar y suspirar sin otro remedio.
— ¡Eres un estorbo Derian! — quizás pensó que con eso Derian se enfadaría y le dejaría en paz.
— ¿Vamos a la cafetería? Yo invito— error, le conocía tan bien, sabía cómo comprarlo.
— ¡Bueno, vamos! — cedió rendido, su propuesta de inicio de semestre se había ido a la cañería, pero al menos comería algo, tenía mucha hambre.
— ¿Podrías bajar el tono de tu voz? Siempre estás hablando fuerte, ¿qué quieres comer? — Derian estaba ahí de pie jugando con su rubio cabello sin su consentimiento.
—Quiero carne de albóndigas…— se había percatado de que en menos de segundos su mejor amigo ya estaba hablando con el Sr. Mendes, al parecer le había encargado algo, ya que no tardó mucho en regresar con él y disculparse.
—Lo lamento, lo lamento, el Sr. Mendes quiere que le ayude con unos recados, te lo compensaré luego—- asentir, esa fue su única opción, estaba tan hambriento y no llevaba nada de dinero con él… como si fuese algo raro.
—Está bien, yo te veré luego— el rubio se sentó sobre una valla de metal la cual rodeaba toda la zona verde del campus, inconscientemente decidió recostarse para luego sentir un gran impacto en pocos segundos. — ¡Oh, mierda! qué idiota— había alguien recostado sobre un gran manzano. —Ah, hola… lamento el alboroto— el chico sobre el árbol era Tyler Lee le conocía por los malos comentarios que hacían de él.