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Alex
Vivir fuera de la casa de mis padres me facilitaba mucho. Llevaba la vida que quería, podía sentirme libre la mayor parte del tiempo y cuando no iba a las carreras en la ruta, la velocidad y el aire chocando conmigo me brindaban calma.
Había pasado ya un día desde que mis padres habían decidido hacer un viaje que no me interesaba en lo absoluto, pero al que tendría que ir dentro de dos días.
Al revisar el móvil tenía un mensaje de Josuan.
[Hay carrera hoy por el cumpleaños de Iván]
Era justo lo que mi cuerpo pedía, necesitaba despejarme por lo que se me venía encima y disfrutar lo que quedaba de mí en ese mundo, así que confirme mi presencia esa noche.
Había llegado a ese mundo solo, me gustaban las motos, las altas velocidad, las fiestas, las mujeres y ese mundo las tenías todas. Conocí a Josuan en la universidad hace un año, se veía un chico tranquilo, pero bien dice que las apariencias engañan, a él también le gustaban mis mundos, no pertenecía a una de las familias más influyentes, pero no era ningún arrastrado sus padres eran dueños de una cadena de restaurantes.
Pase la tarde revisando la moto, no podía darme el lujo de que fallara algo, necesitaba alejarme de todo.
A las 11:00 pm llegué a casa de Iván, eché un vistazo a mi alrededor y lo que vieron mis ojos me dejaron en shock. Que hacía una chica como Amara aquí, era una niñata engreída de papi, estudiosa, preocupada, niña de casa, ella no pegaba aquí, pero tal parecía que estaba en su ambiente y por la forma en la que bebía le daba una hora para que estuviera borracha y este no era el mejor lugar para quedarse uno inconsciente y menos sí eras mujer.
La vi bailar como si se le fuera la vida en ellos, se notaba que le gustaba, no dejaba que nadie se le acercara, y se subió en una mesa a seguir con su baile sin que nadie la molestará.
No podía dejar que me viera aquí. Nadie de mí mismo estatus podía saber que estaba aquí y mucho menos ella, no la conocía lo suficiente como para saber si se quedaría callada.
Salí de la casa cuando llegó la hora de ir al lugar donde se hacía la exhibición y la carrera. Me monto en la moto y esperé por Josuan.
—¿Qué hace ella aquí? —pregunte refiriéndome a Mara.
—Vino con Sue, su amiga —me respondió—, es la chica que te dije que invitaría esta noche.
—No puede volver a venir —dije negando—. Este no es su mundo.
—Permíteme contradecirte en eso, amigo —dijo con una sonrisa—, pero esa chica encaja perfectamente aquí. Es sutil, nada pija, le gustan las fiestas,
bailar y por lo que dicen las dos le encantan las motos, no es a la primera exhibición que viene, aunque claro si es la primera ilegal, esa chica es divertida, espontánea, tiene respuesta para todo —parecía que me describía a alguien totalmente diferente a lo que yo conocía— ¿De dónde las conoces?
—Amara es hija de unos de los amigos de mis padres —le conté a la par que recordaba la forma como la había conocido y me había llamado jardinero—. La conocí justo ayer, antes que nuestros padres se fueran de viaje y me llamo jardinero, la niñata de los cojon*s.
Josuan reía por lo último que le había contado, y se subió en la moto para irnos. Media hora de viaje después habíamos llegado y antes de que desapareciera a organizar lo que faltaba.
—No le quites los ojos de encima —aunque le gustara todo esto, este no era lugar para una niña de bien—. Sabes cómo funciona esto, no dejes que se metan en líos.
—Ya les dejé claro que si alguien se les acercaba dijeran que andaban conmigo y que si no funcionaba que andaban con Hanse —Asentí con la cabeza y se marchó.
Me quedé recostado en mi moto y con el casco puesto no podía permitir que me reconociera. Desde mi lugar podía verla mover las caderas al compás de la música, no podía dejar de pensar en la forma en que Josuan me la había descrito, ni despegar mis ojos de ella. Al parecer sintió que la observaban porque se giró en mi dirección y sus ojos chocaron conmigo. No me gustaba como mi cuerpo recibió una corriente en reacción a su atención. Vi sus intenciones de venir hasta mí, pero fue detenida gracias a que mi amigo estaba anunciado que la fiesta empezaba y las personas despejaban la calle.
A medida que fueron presentando a los motoristas, Iván se paró a mi lado y vi sus intenciones de tratar de provocarme.
—Dime Hanse, que tiene como para que te hayas pasado parte de la noche solo mirándola —sabía que no debía responderle—. Viéndola bien, está muy buena la tía, y ni hablar de ese movimiento de cadera que tiene, fascinante tal vez luego intente acercarme —logro lo que quería, tener mi atención.
—Mantén tus manos lejos de ella —dije quitando la vista de Mara y posando mi mirada en el—. Déjala fuera de tus mundos, no pertenece aquí-no me respondió porque fue anunciado y partió a la meta.
Cuando llegó mi turno de ocupar mi lugar, sabía lo que tenía que hacer para mantener a todos lejos de ella. Se notaba de lejos que era alguien de carácter fuerte y que no le gustaría que la marcará como si fuera de mi propiedad, pero la verdad es que no me importaba si se molestaba, de hecho, me intrigaba ver si estando así se vería igual de hermosa. ¿Qué mierda dices Alex?
Cuando fui pasando frente a ella, la miré y le hice un gesto con la cabeza, que fue suficiente para que Josuan pronunciará lo siguiente.
—Al parecer nuestro rey de la calle ya eligió a alguien esta noche.
Su cara fue todo un poema, estaba seguro de que no se esperaba eso. Mi amigo se posicionó delante de los 10 que correríamos esta noche.
—Listos —preguntó, teniendo como respuesta el rugir de las motos.
Saco el arma y a punto hacia arriba y por el rabillo del ojo vi cómo Amara se quedó paralizada, miré al chico frente a mí y apunte hacia ella, se dio cuenta de lo que decía y de repente disparo.