Hoy, cuatro años, siete meses y dos semanas después de todo eso sus pies la volvieron a llevar a Corea, solo que esta vez no estaba sola… Había llegado a la ciudad que la había visto crecer junto a Noah.
Era un chico alto (de la estatura de Namjoon aproximadamente) de piel tan pálida como la nieve, unos hermosos ojos color Ciel y cabellos castaños muy lindos a vista de la chica. Al haber bajado del avión Noah acaricio con un poco más de fuerza la mano de Mei al ver como el cuerpo de ella se tensaba al ya estar en su tierra, esta le miro con ternura para luego agarra su maleta he ir al lugar donde ahora viviría con su pareja.
Ya unas horas después, y teniendo ya toda la casa ordenada, Mei se adentró en su habitación y se quitó la playera dejando ver su pancita ya un tanto abultada, sonrío con dulzura mientras la acariciaba un poco y procedía a vestirse para poder ir en busca de la empresa que la había contratado… Al ya haber llegado entro a la empresa con la emoción a flor de piel.
Después de haber terminado la universidad había empezado a soñar con poder entrar a esta empresa como trabajadora y al fin lo había logrado, estaba caminando rápidamente por el pasillo cuando su cuerpo se detuvo de golpe ante una fuerte contracción en su abdomen, estaba intentando calmar el dolor cuando un chico (que le resultaba familiar) ofreciéndole ayuda, ella acepto claro.
No estaba en posiciones para hacer lo contrario la verdad.
Así que le extendió la mano y dejo que él la guiara a una sala donde la logro acomodar y cuidar hasta que se le pasara el dolor.
Al ya ver que estaba mejor el chico que la había ayudado la miro por unos segundos para luego sentarse junto a ella y reír levemente. - Me alegra poder volver a verte Mei, me hiciste falta cuando te mudaste a Canadá- soltó el chico mientras Tania le miraba atónita.
¡Claro!
¿¡Como era que se había olvidado de Jimin?!
Este soltó una dulce carcajada mientras arrugaba sus lindos ojos y se ponía de pie. - Bueno… Ahora que ya estas mejor sería bueno que llame al CEO para que se encargue de ti- soltó con su calma característica para luego irse de ahí dejándola sola en esa espaciosa sala.
¿Cómo era posible?
De 7.8 Billones de Personas en el mundo y 51,74 millones en Corea del sur, ¿porque debía volver a encontrarse con Jimin? Soltó un ligero suspiro mientras recargaba su cabeza en el respaldo del asiento y luego se ponía de pie.
Ahora solo quedaba segur adelante con esto.
A los minutos la puerta de la sala se abrió dejando ver como por esta ingresaba el CEO acompañado de otros seis chicos.
¡¡Y VAYA SORPRESA!!
Los conocía a todos, o bueno, casi todos.
Mientras el CEO le daba a Mei las debidas indicaciones sobre su nuevo trabajo los chicos la quedaban mirando en completo silencio, cada uno sumido en su propio mundo.
Aunque claro, cabe aclarar que todos tenían la misma duda.
¿De quién estaba embarazada?
Y es que, no puedo decir que todos, pero los que ya la conocían sabían que ella no era de tener “amistades”, era muy cerrada y no daba nada en una relación.
Y ahora salía embarazada, la vedad causaba mucho más interés.
Al ya haber abandonado el CEO la sala de practica Tania miro detenidamente a cada uno de los chicos para luego despedirse con una reverencia de todos y volver a su casa.
Pudo haberse quedado un poco más de tiempo con ellos, pero la verdad era que aún no se sentía del todo preparada para eso.
Estaba en la salida de la empresa cuando alguien agarra de golpe su mano causando que ella por instinto se detenga, a sus espaldas se encontraba Jungkook. – Mei, detente un poco por favor, casi saliste corriendo de la sala de práctica después de vernos… acaso ¿nos odias tanto? - soltó con un tono falso de pena mientras ella soltaba un suspiro y se daba vuelta.
Al quedar cara a cara quedo completamente pegada, su rostro se tiño rápidamente de un rosado muy fuerte y su corazón se aceleró mucho.
¿Cuándo se había vuelto un chico tan atractivo?
Jungkook soltó una ligera sonrisa y acaricio con delicadeza su mano. - ¿Acaso me odias ahora?... ¿Ya no te causo lo mismo que era en secundaria? Porque… ¿Por qué no revivimos esas emociones otra vez y dejamos de lado lo malo? – soltó dándole inicio a su juego mental y de paso a toda la estabilidad emocional de la chica.
Intentaba controlarla emocionalmente.
Soltó con cierta brusquedad la mano del más alto mientras lo miraba con seriedad. - Jungkook para, te dije hace mucho ya que no te quería ver… Y no empieces con tu ¿acaso nos odias?, tú sabes a la perfección la verdad Jeon, sabes porque no los quiero ver, sabes porque me fui tan rápido- soltó con fuerza mientras su voz se iba alzando y sentía con cada vez más fuera la ganas de llorar apoderarse de su cuerpo.
Si bien suena como una idiotez de tamaña grandeza aun sentía muchas cosas al verlo a él y a los otros chicos.
Asco.
Afecto.
Miedo.
Odio.
Empatía.
Al hablar de esos chicos que eran parte directa de su vida tantos años atrás le tocaba decir que en ella se armaba un remolino de emociones enorme, tan fuerte y catastrófico que era capaz de destruir su vida en cosa de segundos.
Jungkook rio esta vez con más fuerza agarrando con ambos bravos su estómago debido a la fuerza de sus carcajadas mientras cambiaba completamente sus facciones. - Vamos Mei, deja eso atrás, éramos niños tontos y tu una estúpida niña enamorada… ¿Por qué no lo olvidas de una jodida vez y avanzas? – soltó en su tono brusco mientras metía sus manos en los bolsillos de su campera y volvía a entrar a la empresa dejando de lado a la temerosa y dolida chica.