fuiste solamente una apuesta

Capitulo Once.

Pasadas unas semanas de la desaparición de los dos bebes todos los chicos junto a Mei se encontraban en la casa de ella comiendo juntos cuando de golpe la televisión señala una noticia de última hora; Mei rápidamente centro su atención en la entrevistadora.

“Dadas las siete de la mañana nos vimos conmocionados por un caso de alto impacto, en la zona de central park Seúl se encontraron los cuerpos de dos bebes, cabe recalcar que estos ya se encontraban en muy mal estado indicando que llevaban mucho tiempo ahí, después de muchas investigaciones se vieron identificados como Hyenoum y Geumdooung…. Dos bebes de casi un mes fueron encontrados lamentablemente por un vecino… Después de realizar las pericias se dio como único responsable a Noah Whinstoon el cual ahora se encuentra en juicio para definir cuál será el castigo que se le dará por este brutal delito”

Taehyung apago rápidamente la televisión volviendo su mirada hacia el asiento donde se encontraba Mei

Asiento que ahora estaba vacío.

Esta salió rápidamente de la casa encaminándose al lugar que había mencionado la entrevistadora en turno.

 

¿Esos eran sus hijos?

 

¿Por qué sentía que ya sabía esto?

Si bien esto le había pegado como flecha prendida en fuego a un cubo de hielo sentía a la vez que ya estaba al tanto de que esto terminaría así.

 

 

Los ojos de la castaña se llenaron de lágrimas mientras veía los cuerpos inertes de sus dos hijos.

 

     Los dos sin vidas.

 

Soltó un quejido mientras dejaba caer su cuerpo en la dura cerámica del piso y se ahogaba en todo el dolor que esa escena le estaba causando.

 

               Sus hijos habían muertos en manos de Noah.

 

               Su “novio” la abandono y se llevó consigo a lo que ahora el mantenía en pie.

 

Pasados unos minutos Yoongi lego completamente disfrazado para poder llevársela de ahí y no empeorar su situación.

 

 

           Al apenas haber llegado a la casa Yoongi se apuró en dejarla cómoda en el sofá de la cama y traerle algo para distraerla… Su preocupación la verdad no hizo más que empeorar.

 

Ella estaba de la misma forma en la que se encontraba cuatro años atrás.

 

Triste.

 

Sin vida.

 

Casi era como tener un retrato ahí.

Su voz había abandonado su cuerpo… Su piel parecía ahora casi la de un muerto, estaba completamente pálida y su mirada… Anteriormente castaña.

Ahora era un oscuro y aterrador abismo que ya se había llevado todo de ella. !!Y es que no era para menos¡¡, su vida después de los niños había mejorado.

Su vida estaba centrada en sus dos hijos y hoy, de un momento a otro, le tocó verlos ya sin vida.

 

La vida volvió a dar una jugada en su contra quitándole a las dos luces de su vida… Le habían quitado lo que antes la mantenía con ganas de vivir otro día, soltó un suspiro mientras refregaba con pesar su rostro y pasaba a tomar unas tazas con mate y unas galletas llevándolas junto a la chica intentando arreglar todo.

 

     Miento, no lo intentaba arreglar, solo intentaba que lo olvidara por un tiempo

 

 

 

Los días que le siguieron fueron relativamente mejores, ella intentaba mejorar.

 

Intentaba seguir adelante.

 

Cada tanto los chicos le hacían tiempo en sus agendas para salir con ella o ir a verla a su casa y que no esté sola, debemos ser sinceros, ella ya no lo mostraba, pero aún sufría muy en su interior.

 

     Por los días sonreía, la sonrisa no abandonaba su aun pálido rostro… Pero en las noches era lo contrario.

 

Se dejaba ahogar en dolor y llanto.

 

Sus brazos, siempre cubiertos por camisas manga larga o polerones estaba nuevamente llenos de cortadas, cortadas que ahora acompañaban a las marcas que hace tanto decoraban su piel quedando, así como una huella permanente de su oscuro pasado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mei se puso de pie nuevamente unas horas después con los ojos irritados de tanto llorar y todas las extremidades al borde del colapso… Todo lo que hace tanto se había vuelto obligada a pasar volvía de golpe.

     Todos los golpes.

 

     Insultos.

 

     Todo el odio hacia ella misma y hacia el resto volvía.

En su cabeza retorcida se volvían a repetir las imágenes de todas las cortadas y heridas que ella se hizo.

Que Namjoon le causo.

 

A pesar de ya haber dejado bien atrás esa época oscura aun sufría por ello, aun dolía recordar todo lo que ahora la conformaba.

 

 

 

 

           Namjoon entró rendido a la casa, por más que intentaran los chicos ya no le daban la atención necesaria, eso sin mencionar que la empresa se había enterado de sus antecedentes de la secundaria y por lo tanto del problema que tuvo años atrás con Mei, se quitó la mascarilla y el abrigo para luego subir rápidamente a su habitación encontrándose con una gran sorpresa.

 

           Todas sus cosas se encontraban ya en maletas al exterior de su habitación junto a una carta.

 

Sintiéndose entre confundido y alarmado dejo sus cosas en el perchero que colgaba junto a la puerta y se dispuso a tomar la carta entre sus manos y leerla.

 

“Estimado Sr, Kim Namjoon.

 

En la presente me doy el derecho a informarle sobre su renuncia y despido de la empresa… Junto al archivo que le será entregado en las centrales se les pagará su ultimo tiquet siendo parte de la empresa y luego se desalojará de esta definitivamente”




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