Alexander, Alexander. Durante todo el día, mi nombre estuvo en boca de todos. Me sentí abrumado e importante por primera vez en mucho tiempo y y supe que desde ese día todo iba a cambiar.
Para alguien como yo tímido y reservado etc, era un momento único que debía disfrutar. Aquel día cada paso que daba era una felicitación un reconocimiento que me llevo a una nube de la que no deseaba bajarme. Me sentía muy cómodo, me sentía muy bien tanto como para pensar que estaba en un sueño del que no queria despertar.
Esa jornada acabo llego a su fin, y llegó momento de pensar y de digerir todo.
Me metí en mi cuarto baje las persianas, y en la oscuridad aún con la música de fondo, sabía que tenía por delante un FUTURO PERFECTO.