CAPITULO 4
~ A L E X A N D E R ~
A la hora del almuerzo había quedado con Rosarie para hablar, debía saber porque había tomado esa decisión y porqué estaba pidiendo 5 millones para reparar cualquier cosa que le pudiera pasar al auto. Era ridículo llegar a tener que pagar esa cantidad, no era una cantidad que podía costear, es que tendría que pedirles dinero a mis hermanos o vender todo lo que tenía para poder pagar esa cantidad. En caso de que llegara a aceptar que estuviera en la exposición.
—Es una sorpresa Alexander, luego de estar recibiendo llamadas de la galería y que ninguna fuera de tu parte, es una sorpresa verte otra vez —Ah claro, había olvidado que ella y yo tuvimos un pequeño romance hace muchos años, ni siquiera podía recordar porque comenzamos a salir, pero éramos un par de jóvenes en la universidad que estaba con las hormonas a mil.
Lo bueno es que todo duró poco más de 6 meses, era un alivio pues la chica había querido que fuéramos más allá, que nos comprometiéramos frente a sus padres y luego de nuestra graduación, casarnos, pero yo no quería eso, ni muerto me casaba de esa forma. Además, que sabía la reputación que tenían los Galloway y no podría hacerme eso a mí mismo, ya de por si estaba cansado de mi familia, no quería imaginarme tener que lidiar con la suya. Por eso rompimos.
—Sí, para mí también fue una sorpresa volver a saber de ti gracias a esto —Respondí a media sonrisa, no tenía malos recuerdos de su presencia en mi vida, solo que fue muy intensa, ya quería casarse a los 4 meses de estar saliendo, quería hijos, dios no—. Debes decirme porque ofreciste darnos uno de tus autos... —Atajé dejando los papeles que se me habían entregado durante la mañana y que había estado leyendo por horas hasta llegar a ese encuentro.
—Quiero venderlo pronto y necesito una buena publicidad para eso... —Ella atajó a responderme. No pude evitar soltar una risa, relajé mi cuerpo, aquello era una de las tonterías que había escuchado durante el mes.
—No necesitas publicidad, eres una Galloway y además estamos hablando de un auto Ferrari del 47, ¿Tienes idea de cuantos compradores puedes llegar a tener? —No entendía realmente para que quería publicidad, no tenía sentido.
—Bueno, será algo bueno para ese día, para ti también, por como hablas me haces pensar que no lo quieres... —Traté de mantener la paciencia, la que no tenía obviamente, ya que realmente me enojaba que me estuvieran tomando como un idiota.
—¿Sabes lo que sería para mi tener que pagarte 5 millones de euros en caso de que le pase algo? —Apreté mi puño por debajo de la mesa, no porqué la fuera a golpear, sino que estaba sintiéndome demasiado frustrado.
—Pues podrías contratar seguridad para el auto —Ella respondió a mi pregunta. Tenía una sonrisa burlona que no me gustaba, los Galloway eran traicioneros, jugaban muy sucio y tener problemas con ellos eran de por vida, jamás te dejaban en paz. ¿Acaso me estaba hablando en serio? ¿Tenía yo que contratar seguridad para un auto cuando estaba más que justo en gastos? Giré los ojos y esperé que mi cólera se pasara para responderle de una forma más… Amable.
—Gracias por aceptar tener uno de tus autos en mi exposición, pero no aceptaré sus condiciones, son exageradas e impagables... —Me levanté de mala gana. Todo ese tema realmente me estaba sacando canas verdes, por más que lo pensaba y lo volvía a pensar, no tenía luego de lo que vivimos, ahora quería hacer "negocios" conmigo. Antes de que pudiera irme, la rubia me tomó la mano y habló con rapidez, por un momento recordé cuando estaba suplicando para no terminar y optó por terminar en un berrinche.
—Acéptalo Alex... Por favor —Suplicó la mujer. Ahora estaba aún más confundido—. Si le pasa algo, yo me haré responsable... —Volví a sentarme, acomodé mi traje y volví mi mirada hacía ella.
—¿Qué quieres Rosarie? —La interrogué, sé que habían pasado un par de años desde la última vez que nos vimos, pero ahora me daba cuenta de que no había cambiado en nada y que seguía siendo la misma niña caprichosa de siempre.
—Acéptalo... —Ella tenía unos ojos que podrían obligarme a lo que ella quisiera—. Sé que te ayudará en la exposición. —La vi como relajó sus hombros, ahora no me miraba como antes, ya no tenía el control de la situación y eso más que darme tranquilidad me dejaba una sensación extraña en el cuerpo.
No lograba entender por qué estaba haciendo eso, no me daba la razón de la oportunidad, no era un tonto, a veces podía ser un idiota, pero cuando se trataba de negocios debía separar mi vida personal de estos. Me quedé en silencio, pasaba mi mirada por el contrato que su abogado nos había enviado y luego a ella, por un momento pensé que realmente sería una buena oportunidad, si ella quería vender el auto, yo podría ayudarla con eso.
—Solo quiero algo a cambio Alex —Añadió la mujer con media sonrisa. ¡Y ahí está la personalidad Galloway! Solté un bufido. Sabía que algo quería y estaba solo perdiendo mi tiempo.
Pasó una de sus manos por la mesa y tomó la mía. No quería hacerle algún desplante, pero no quería que me tocara. Sentí como todo mi cuerpo se erizó, me sentía realmente incomodo por la situación, siempre había querido mantenerme alejado de su familia desde que terminamos, pero parecía que no me podría librar de ellos tan fácilmente.
—Asistamos juntos a la exposición... —Alcé las cejas y abrí los ojos, estaba sorprendido de su propuesta. Ahora entendía que todo era parte de un plan mayor para convencerme a ir con ella.
Estaba loca. Siempre que hacíamos un evento de esa clase, siempre había demasiada prensa, no era un don nadie, tenía que cuidar de mi reputación, era parte de una familia conservadora y con grandes empresarios, llegar con ella solo nos podría en el ojo de la prensa rosa, de la cual siempre quise mantenerme alejado. Se podría decir que ella y su hermana habían sido la versión inglesa de Paris y Nicky Hilton durante los últimos años, eran la comidilla de la prensa rosa y yo no estaba para lidiar con eso.