CAPITULO 14
~ N A R R A D O R ~
Los días comenzaron a pasar, Mia no se sentía bien. Había dejado de salir de su habitación, Angel estaba dependiendo de los cuidados de su padre, quien habló con Donald y le explicó lo que pasaba, era una situación crítica para la familia, estaban separados por la pandemia y las cosas que las llevaron a una mejoría ahora habían tomado un espacio para destruir todo. Mia no asistió a sus sesiones diarias con Donald, no se había bañado en varios días, no salía ni hablaba con nadie.
—Mía, por favor, debes comer algo —Su padre insistía en que ella comiera, pero muchas veces no lograba nada más que peleas y llantos, la joven estaba sensible. Sentía que su vida no tenía ningún sentido, no había nada que tuviera sentido en su vida. La depresión se la estaba llevando nuevamente, eso era algo normal, había momentos donde tendría esos estados depresivos, no se curaba, así que tendría que vivir en resto de vida con ello.
El sábado, Mía sintió ganas de hablar con Donald, algo le decía que era lo que debía hacer, así que le escribió y no tardaron en hacer una de sus llamadas, al principio se quedaron callados, Donald se dio cuenta de que el estado físico de Mia no era el mejor, así que no quiso decir nada malo al respecto, había sido un avance el estar ahí sentada frente a su computador, cosa que no había hecho durante 6 días.
—No sé qué hacer Donald —La voz de Mía se quebró. Había algo roto dentro de ella más allá de su voz.
—¿A qué te refieres Mía? Cuéntame todo lo que tengas en su cabeza, yo no te voy a juzgar —El hombre tenía miedo de lo que pudiera pasarle, él había intentado muchas cosas y se le acaban las opciones para hacer con la joven.
—Hace unos días estaba bien, hablé de que antes tocaba la guitarra y todo comenzó a caerse... Me di cuenta de que yo no tengo una aspiración, no tengo sueños, no tengo un deseo... —Confesó la joven rompiendo a llorar, odiaba sentirse de esa forma, odiaba no poder controlar sus sentimientos, pero también odiaba ser tan frágil—. No tiene sentido estar viva si no tengo una motivación Donald —Finalizó con amargura, soltó todo lo que tenía en su cabeza, lo había estado dándole vueltas por varios días.
—Mia, te voy a ser sincero, te voy a hablar como si no fuera tu psicólogo... Eres una de las personas más hermosas que he conocido en mi vida, hay tanto en ti que me cuesta creer que tienes 23 años... Hay más de ti de lo que crees, eres tan amable, dulce e inteligente, estás haciendo dos años de carrera en uno solo y es como si no fuera nada, no te esfuerzas en tener buenas notas y aun así lo tienes... Imagínate si te esforzaras... No estas estudiando algo que amas y eso te desanima, eso te hace sentir mal contigo misma, pero tienes el tiempo, la salud, el dinero para estudiar lo que quieras... Para hacer lo que quieras. —Cuando el terminó de hablar, hubo un silencio entre los dos, Mía había comenzado a pensar en que Donald estaba viendo cosas que ni ella veía.
Sus palabras habían hecho que Mía dejara de llorar, o al menos que dejara de llorar por tristeza, él había sido directo y honesto, tanto que hicieron que la joven se sintiera mejor. No como una recuperación, pero si la hicieron sentir mejor. Hasta pensó que era una pérdida de tiempo estar triste.
—Estas en un momento de tu vida donde no sabes que hacer, pero eso no quiere decir que no tengas un propósito en esta vida... Vamos a hacer algo, quiero que escribas en una lista las cosas que te hacen sentir bien, que realmente esperas en momento para comenzar a hacerlo. Actuales y antiguas, quiero que hagamos eso ahora... —Él se sentía angustiado y en realidad lo estaba, se sentía frustrado de que tenía un diamante en bruto frente a ella y la joven no lo veía.
Mía buscó una hoja y un lápiz, comenzó a escribir.
Tocar la guitarra
Cantar
Componer
Las películas y sus soundtracks
Los videojuegos
La historia del arte
Eran pocas, pero realmente era algo que le llamaba muchísimo la atención. Cuando terminó se lo leyó a Donald, quien tomó el momento para pensar en lo que le diría, él sabía el talento que había dentro de Mía y no permitiría que eso fuera desperdiciado.
—Tienes muchas en común con el arte, amas el arte y eso es lo que vamos a usar para que consigas tu pasión, tus aspiraciones... No has pensado en componer algún soundtrack para alguna película o algún juego, eso podría ser bueno... —Los ojos de Mía se iluminaron, no era una idea loca, podía funcionar si se lo proponía, había muchísima más gente que estaba tratando cumplir sus sueños, pero ella no perdía nada al intentarlo—. Quiero que aprendas a tocar otro instrumento, piano o la batería podría ser... —Propuso feliz.
Mía asintió. Siempre le gustó el sonido de la batería, pero nunca había logrado aprender, era buena oportunidad para hacerlo, era un buen momento para comenzar, tenía demasiado tiempo libre y lo podría aprovechar para hacer algo productivo para ella.
—Comencemos de a poco, tal vez no has vuelto a la música porque te hace recordar momentos tristes, pero tomemos esto como algo positivo, de todo debemos sacar una parte buena... Habla con tus padres y diles que quieres aprender a tocar otro instrumento... Buscaremos algún tutor en internet y comenzaras a buscar otros géneros de música... Vamos Mía, debes vencerle a eso que te pone mal, eres más fuerte de lo que crees... —La chica volvió a asentir. Tenía un camino largo por recorrer y gran parte tendría que hacerlo por su cuenta, tendría a sus mentores, pero si ella no quería caminar, no servía de nada.