~ N A R R A D O R ~
Alexander estaba a punto de perder el control ya que no encontraba a su novia por ningún lado y Robbie tampoco quería decirle lo que estaba pasando, a la mujer le gustaba tener el control sobre lo que estaba viviendo el hombre. Finalmente, este la encontró en su oficina, junto a Rossarie.
—Mi amor, ¿qué paso? —Preguntó el hombre acercándose a Mía, quien seguía llorando. Ella sentía que no era capaz de pronunciar una sola palabra, no dejaba de llorar y se sentía que iba a perder cada vez la cabeza. El acarició su rostro y la abrazó, cosa que ella permitió, no sin antes darle una mirada de odio a Robbie, quien miraba la escena más que enojada—. ¿Alguien me puede decir que fue lo que pasó?
—Alex —Rossarie quiso decir algo, pero se vio interrumpida por Robbie.
—Lo que te dije Alexander, tu novia perdió el control… Me agredió física y verbalmente, además de dañar una de las pinturas que íbamos a subastar hoy, estamos jodidos gracias a ella —Alex le costaba entender y creer las palabras que le estaba diciendo su amiga, aunque llegaban años siendo amigos, conocía muchísimo a Mía, no podría creer que ella había hecho tal cosa.
Rossarie quiso gritarle a Robbie por mentir, pero su acción se vio nuevamente interrumpida por una de las empleadas de la galería, quien había entrado sin tocar, estaba asustada y parecía que en cualquier momento se iba a desmayar.
—Señor, tenemos un problema con una de las pinturas que iban a ser subastadas de primeras… Estábamos sacándolas y nos dimos cuenta de eso… No sabemos cómo pasó… —La joven sabía que si su jefe se enojaba era capaz de despedirlos a todos, no había pasado aun, pero gracias a que siempre trabajaban todos al 110% para evitar que alguien sea despedido por algún descuido.
—Margarett yo si se lo que pasó… —Robbie se aproximó a hablar…
—Sigan con las demás cosas en subasta, yo me encargaré de esa pintura —Alex por el momento no quería hablar sobre la maldita pintura, Mía apenas se había calmado y no quería hacerla sentir mal otra vez—. Retírate, ya saldremos… —El hombre acarició el brazo lastimado de la joven haciéndola saltar por la sorpresa de su roce, la miró extrañado al hacer esto. Nuevamente se volvieron a quedar solos, ahora al hombre no le importaba nada más que su novia—. Mi amor, dime que pasó…
—Yo… —Mía sintió su garganta arder cuando habló, no entendía que pasaba con su voz y de porque no podía hablar, pero poco a poco intentó hacer su esfuerzo para aclarar su voz mientras había comenzado a hablar—. Tuve un ataque de ansiedad —Explicó la joven sin mirar a nadie más. Robbie se cruzó de brazos, estaba esperando la oportunidad para interrumpirla—, quise esconderme y Robbie me encontró ahí —Siguió. Esta vez con más seguridad que antes, su voz estaba mucho más clara—. Ella me comenzó a insultar…
—Tu habías perdido el control y estabas en un lugar lleno de cosas importantes, estaba cuidando mi trabajo —Mía ya estaba harta de escucharla y por eso la miró con rabia.
—¿Y por eso tenías que decirme que después que me fuera te quedarías con Alex? —Respondió con malestar—. No sé qué estas tramando, pero ya no voy a seguir tu juego Robbie, yo no voy a pelear por el amor de un hombre…
—¡Nadie está hablando de Alex! Estamos hablando de una multa que ahora tenemos que pagar por tu falta de control —Robbie había alzado su voz, cosa que hizo que Alex se enojara como nunca antes.
—¡Ya basta Robbie! —Gritó el hombre haciendo que la mujer se sintiera asustada, ya que nunca le había gritado de esa forma—. Ya había hablado contigo sobre esto, mi relación contigo es meramente profesional, fuimos amigos por mucho tiempo y te tengo aprecio, pero no quiere decir que vayamos a tener algo… Tengo pareja y la amo —El hombre se levantó para mirar a la mujer.
—A mí me conoces desde hace años y le vas a creer a ella… —Robbie se había hecho la indignada por la situación, no podía creer que su amigo desde hace años estuviera creyéndole a una niña que apenas había llegado a su vida.
—No hay necesidad de eso Alex, yo lo escuché todo, Robbie estuvo provocando a Mía desde el primer momento —Rossarie sorprendió a todos hablando, ella no tenía por qué defender a Mía, pero siempre había tenido algo contra Robbie y le gustaba estar a favor de las mujeres. Ahora la chica estaba lastimada por culpa de la morena y eso no lo podía quedarse de esa forma—. Aunque Mía haya reaccionado de una mala manera, Robbie la ha lastimado…
—¿Y aun me pides que te crea? —Alex se sentía indignado por lo que había pasado—. Robbie, retírate, no quiero saber de ti ahora mismo…
—Pero Alex… La pintura es muy importante, tendremos que pagar mucho dinero por su culpa… ¿Me va a escuchar? —Atajó la mujer.
—¡Yo voy a pagar lo que sea necesario! Mi novia ahora esta lastimada por tu culpa… —Alex se volvió a acercar a Mía y le tomó el rostro—. Te llevaré al hospital mi amor… Vamos.
Aunque Mía no quería hacer eso, aceptó ya que su brazo le dolía horriblemente. Se levantó con la ayuda de su novio, Angel les seguía. Llegar al hospital fue sencillo, durante todo ese rato Mía no había dado ni una palabra, aún tenía miedo, se sentía estresada gracias a lo que había hecho, parecía que las cosas fuera su culpa. Que Robbie haya sido una cabrona no quitaba que ella haya actuado de una mala forma.