Estoy algo nervioso. Antes, cuando ignoraba mis sentimientos hacia Aaron se me hacía un poco más fácil hablar con él, pero ahora, que ya sé que siento algo por él, no se como reaccionaré al tenerlo cerca. Siempre y cuando no ocurra ningún cortocircuito con mi cerebro, todo bien.
Seguía unos minutos acostado en las piernas de Alejandra mientras miraba el cielo y pensaba en lo que me pasaba. Me cansé de estar tanto tiempo acostado así que me levanté y comencé a caminar con la intención de explorar el páramo.
—¿A dónde vas?— Preguntó Alejandra a mis espaldas.
—Voy a explorar, ya vengo— Dije y comencé a caminar.
Mientras caminaba detallaba el hermoso paisaje que me rodeaba. Habían unos riachuelos cristalinos, se podían ver montañas alrededor y la vegetación era hermosa, todo esto junto con la leve neblina hacía que el paisaje se viese como una obra de arte. Me recordaba mucho a un videojuego llamado "skyrim".
Caminé hacia un riachuelo y toqué el agua con mis manos, estaba helada. Comencé a seguirlo río arriba mientras caminaba lentamente y admiraba el paisaje. Llegué a un lugar tranquilo, me acosté sobre el césped y cerré los ojos. Es muy relajante, podría quedarme dormido muy fácilmente
Y así duré unos cuantos minutos, era justo lo que necesitaba para relajarme del estrés de la universidad, y de haberme dado cuenta de lo que siempre sentí por Aaron.
Escucho pasos, pero no abro los ojos para ver quien es. Luego escucho como se sienta
—Menos mal que soy yo y no un asesino o un malandro— Dijo Aaron en tono de burla. Me pongo algo nervioso, pero no abro los ojos y tampoco respondo.
Escucho movimiento, supongo que se acostó.
—Ya entiendo por qué ni siquiera abriste los ojos cuando llegué, es como estar en el paraíso— Dijo Aaron con voz relajada
—Mm-hmm— Respondí.
Y así nos quedamos por unos cuantos minutos, relajados y sin preocupaciones por el momento. Me agrada su compañía.
—Vamos— Dijo Aaron mientras se levanta y me extiende ma mano.
Miro su mano por un segundo, pero luego la agarro y me levanto, para luego comenzar a caminar junto a él.
—¿Que haces?— Le pregunté a Aaron al ver que se agachó frente al riachuelo
Repentinamente se levanta y me lanza agua que tenía en sus manos.
—¡Condenado!— Fui rápidamente hasta el riachuelo, agarré agua con mis manos y le mojé la cara. Nos empezamos a reír.
—Si me muero de hipotermia te demando— Dije en todo de burla y reímos.
Seguimos caminando hasta que finalmente llegamos y nos sentamos.
—Bueno, ya que estamos todos, empecemos a comer— Dijo Cristian mientras sacaba la comida, y todos comenzamos a almorzar. Eran hamburguesa
—Están riquísimas— Dijo Manuel, y los demás, incluyéndome, lo afirmamos.
—Gracias, las hizo mi mamá— Respondió Addison con una sonrisa.
***
Todos estábamos sentados en forma circular mientras hablábamos de cualquier cosas. Sentí un poco de incomodidad al estar tanto tiempo sentado, así que me tenía que acostar. Estaba al lado de Verónica y de... Aaron –¿Y si me recuesto en sus piernas?– Pensé. No sería raro, porque yo lo hago con mis amigos pero... tengo miedo, ¿y si comienza a sospechar y todo se vuelve raro? Cálmate Alex, cálmate. Recuerda que sólo se vive una vez.
Luego de haberlo pensado un poco, finalmente me decidí y lentamente me recosté en sus piernas. Lo busqué con la mirada para ver si me veía de alguna forma rara, pero sólo mi miró y sonrió. –Se ve tan hermoso cuando sonríe...– pensé.
Me siento tan relajado y cómodo, pero a la vez algo nervioso al estar sobre sus piernas. Hasta el más mínimo contacto que tengo con él hace que me estremezca.
Me encanta estar cerca de él y sentir todo lo que siento por él. Siempre hace que me sienta diferente a lo que acostumbro.
Me hace sentirme vivo. Me encanta todo lo que el produce en mi.
***
Luego de 3 horas de hablar de cualquier cosa, Cristian comenzó a repartir la merienda, eran galletas de chispas de chocolate –Hechas por mí– y chocolate caliente.
—Están exquisitas— Dijeron algunos, y los demás afirmaron.
—Gracias— Respondí. –La verdad es que quedaron un poco duras– pensé. Algo extraño de mi es que la mayoría de las comidas no me gustan, siempre me saben insípidas y algunas veces simplemente me saben feas. Literalmente a todas las comidas les encuentro algo que no me gusten de estas. Desearía poder comer como los demás.
—¡Vamos a tomarnos fotos!— Dijo Addison mientras sacaba su móvil. Todos nos juntamos para caber en la foto y finalmente Addison la tomó.
—Salió perfecta— Dijo Addison con una sonrisa, mientras nos mostraba el móvil con la foto, me gusta.
—Vayamos a explorar— Dijo Manuel, y algunos comenzaron a caminar para explorar con él. Iban a la misma dirección a la que fui antes, así que decí no ir.
Comencé a caminar en dirección a la laguna y escucho pasos. –Déjame adivinar, es Aaron– pensé, ya que es más probable que el me siguiera porque el también había explorado la dirección a donde fueron los demás.
Llegó hasta mi lado y comenzó a caminar junto a mi, volteo para ver quién era y acerté, era Aaron. –Me encanta cuando no se olvida de mi— pensé
Luego de caminar un poco llegamos a la laguna y nos quedamos admirándola un rato.
—Mira, hay un pez— Dijo Aaron y dirigí mi vista hasta el lugar a dónde señalaba. Era bastante grande el pez.
—Es grande— Respondí, busqué con mi vista a otro pero no encontré ninguno. —Creo que es el único.
—Los otros deben de estar escondidos.
—Supongo
—¿Me tomas una foto?— Me preguntó, extendiendo su mano con su móvil
—Ok, pero luego me tomas una a mi— Le respondí, para luego agarrar su móvil. Por casi menos de un segundo tuvimos contacto entre nuestras manos, pero ese tiempo fue suficiente como para hacerme sentir esa sensación que tanto me gusta.
Aaron comenzó a alejarse buscando el lugar perfecto para la foto, hasta que finalmente se detuvo. Alcé mis manos con su móvil para encontrar el ángulo perfecto para la foto y cuando lo encontré finalmente tomé varias. –Salió hermoso– Pensé, mientras veía las fotos que le había tomado. Aaron se acercó y le entregué su móvil.
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Editado: 21.06.2020